Corregir modelos de pensamientos sustentados sobre criterios erróneos y llevados a la práctica durante mil años -tal El Vaticano- no es cualquier bagatela. Tanto es así que, quinientos años más, no han bastado para enmendar la saga. Todavía el modelo de pensar y de actuar del Vaticano forjado durante la Edad Media, persiste. No bastó […]
Corregir modelos de pensamientos sustentados sobre criterios erróneos y llevados a la práctica durante mil años -tal El Vaticano- no es cualquier bagatela. Tanto es así que, quinientos años más, no han bastado para enmendar la saga.
Todavía el modelo de pensar y de actuar del Vaticano forjado durante la Edad Media, persiste.
No bastó la Edad Media para que la Iglesia Vaticana enmendase su locura criminal, han pasado cinco siglos y, para muestra, he ahí a la Conferencia Episcopal Venezolana -CEV- conspirando contra el Estado que le da una impecable protección. Mas, la tal CEV encubre la perfidia y el crimen sexual, en la propia sede de su embajada en Caracas, sin que les de pena ante la sociedad; muy por lo contrario, anda con su cara bien pelá y esgrimiendo lecciones de «moral».
Y, es que ese alto clero vive en un mundo que ya no existe: La Edad Media en que prevaleció el catolicismo.
Ahora, apenas dejando atrás el Siglo XX y, sin embargo, ese alto clero, con su Papa Benedicto XVI al frente, no es más que un tren descarrilado en retroceso.
A cada rato el mundo da vueltas y, al final de cada vuelta, todo está por ser pero, el alto clero parece no percatarse. A cada rato todo lo nuevo se convierte en antiguo y es reemplazado. El avance de los conocimientos científicos y de los desarrollos tecnológicos hacen caducar, a su paso, todo lo que instantes antes había sido una novedad y, sin embargo, los altos prelados pretenden seguir viviendo a costillas de los fanáticos oprimidos dentro de su iglesia caduca.
Apoyarse en el conocimiento de la realidad es esencial porque permite avanzar pero, apoyarse solo en la fe y la maldad, es otra cosa. Antes que la fe religiosa, los pueblos avanzan por la naturaleza de sus conocimientos, el conocimiento es lo que te permite vencer la ignorancia, un poco de fe no te hará mal, siempre que tú la dejes de muy bajo perfil frente al conocimiento.
Es bueno conocer algo de la saga del alto clero para saber a que atenerse.
Se me ocurre relatar algo que sucedió en mi ya remota juventud pero que recuerdo con suficiente claridad.
Era una media mañana y un niño de 14 años se acababa de ahogar. Había que buscarlo, por lo que algunos pescadores salimos a rastrear la zona hasta encontrarlo y sacarlo de las aguas. Algunos buscamos a pulmón limpio y otros, mediante el chinchorro hasta que lo encontramos. Fue un episodio desgarrador aquello.
Se trató de un camionero que venía de muy lejos y, como era época de vacación escolar, se hizo acompañar por su hijo niño; entonces ellos hicieron un alto en el camino para darse un chapuzón y, sucedió la tragedia.
Llevamos al niño a la capillita mientras improvisábamos un cajón porque el carpintero no estaba y, fue entonces cuando el cura, que era un buen cura, hizo una referencia importante que, al momento no le di importancia o quizá no la entendí. Dijo el cura que había habido un Papa cuyos restos habían sido rescatados de las aguas con las redes de un pescador.
Mucho tiempo después llegó a mis manos-por mera casualidad- un folletico o tal vez un desvencijado librito-eso no lo recuerdo con precisión- donde pude leer la referencia y se trató del Papa Formoso.
Del relato respecto al Papa Formoso no recuerdo bien si éste era partidario de enmendar la iglesia pero, él enfrentaba las injusticias y ponía en evidencia a los cardenales sinvergüenzas. Entendí que no era un Papa escuálido, por lo que, poco tiempo después de su muerte, sus restos fueron exhumados por el Papa sucesor, un tal Esteban, para someter dichos restos, a juicio.
El Papa Esteban -que era obviamente escuálido- manda a vestir el cadáver de Formoso con la usanza de las ropas papales, y lo sienta en el trono, «para ser enjuiciado» y, puesto que se le consideró «culpable», se anularon todos los actos de su papado, luego desnudaron la osamenta y le cortaron los tres dedos de la mano, dedos con los cuales él difunto Papa impartía bendiciones y, enterraron el cadáver en un lugar ajeno a los predios papales, mas, los tres dedos fueron quemados y llevados al basurero.
El «juicio» contra el Papa Formoso es el denominado Concilio Cadavérico de esa iglesia loca de remate.
A la muerte de Esteban hubo un nuevo Papa que, al parecer, tampoco era escuálido, por lo que prohibió esas aberraciones. No obstante, a la muerte de tal Papa, advino otro loco llamado Sergio III (si mal no recuerdo) y anula la anterior prohibición, mediante otro decreto (como los de Pedro Carmona) y, no sólo eso sino que ordena exhumar nuevamente los restos del pobre Formoso e, inicia un segundo juicio que lo sentencia culpable, nuevamente, con el agravante de que manda a echar los restos del pobre mortal, al río Tíber y, sucedió ahí que, un pescador que presenció la vaina, caló sus redes y sacó el cadáver, que luego escondió en alguna parte.
Entonces fue cuando yo comprendí lo que aquél buen cura de pueblo quiso decirnos entonces, a los jóvenes pescadores.
El Vaticano ha sido-de acuerdo a su historia-un emporio de intrigas y crímenes de toda índole pasando por incesto, envenenamiento, apuñalar, quemar vivos, torturar, robar y «déle que no viene carro».
Parece ser que El Papa Alexander VI -padre de Lucrecia Borgia- incurría en incesto con su todavía para entonces niña, Lucrecia. Y, supuestamente más tarde la convirtió en prostituta para obtener beneficios políticos.
Entre otras perlas, tal papa no era más que un degenerado.
Inclusive, cuenta la historia que el propio Papa Esteban murió estrangulado.
Del Papa Juan Pablo I se especula que fue envenenado por los propios cardenales porque dicho Papa planeaba separar el Banco Vaticano del Banco Ambrosiano del que se supone estaba en manos de las mafias italianas y de las que muchos cardenales eran socios. Se trató de la famosa logia «P2» italiana.
Hubo un Papa «rosado»-al que se le mojaba la canoa- hubo todo tipo de degenerados en la iglesia. Hasta se afirma y, no me consta pero, se afirma que hubo un Alto Prelado del Vaticano, que estuvo al servicio de Adolfo Hitler y así por el estilo.
No obstante, esa es la iglesia que pretende darnos clase de moral y de buenas costumbres, por lo que debemos salir al paso.
Estoy persuadido de que cuando el Papa Benedicto XVI tenga un cerebro de repuesto, él va a entender al Presidente Hugo Chávez y, pueda que hasta se disponga a enmendar y decida respetar al pueblo venezolano. Las transformaciones que el Presidente Chávez propone para Venezuela son francamente ecuménicas y podrían servirle a Benedicto XVI para aplicarlas a su Vaticano.
Pero, la corrupción de la iglesia, la decadencia del sacerdocio y el terrorismo que el alto clero venezolano practica contra nuestro pueblo, es difícil de erradicar porque esa es una secular costumbre.
Ahí tiene el Nuncio Berloco a un criminal como Nixon Moreno, asilado en la Embajada del Vaticano en Caracas. ¿Y, de que le acusa la justicia venezolana?-pues, le acusa de violar a una joven policía y de pegarle un tiro en la cabeza a otro policía. El Nuncio Berloco se hace el sin Ber(güenza), ante los reclamos del gobierno y de la sociedad. El Cardenal Urosa está muy ocupado dando «clases de moral», el Lückert, el Porras, el Ugalde y demás altos prelados, andan quemando los árboles del Parque Guaraira Repano, que es el pulmón de Caracas.
¿Toda la conspiración? -¡Para tumbar a Chávez!-
Pero, Chávez no se va. Venezuela necesita a Chávez en la Presidencia, al menos, por un nuevo período de seis años y, vamos a enmendar la Constitución para que ello sea legalmente posible.
El solo apoyarse en el conocimiento no basta sí el beneficio de tal conocimiento se pone al margen de la ética y de la moral del pueblo; si ponemos el conocimiento al servicio de la maldad, es como estar en la fe de los curas sinvergüenzas, antes y luego citados.
El que debe irse es Benedicto XVI o, al menos, someterse a un revocatorio en el que voten los católicos de todas partes y digan sí o no a su nefasta gestión.
¡Ameeeeeeen!