El artista conocido como Alejandro Sanz , cuya carrera comenzó con el más que pretencioso e histriónico nombre de Alejandro Magno [¡!], en realidad se llama Alejandro Sánchez (suprimió el «che» de su apellido) y tiene fijada su residencia en Miami (Florida, EEUU). Y es que este chico de Moratalaz* siempre tuvo delirios de grandeza […]
El artista conocido como Alejandro Sanz , cuya carrera comenzó con el más que pretencioso e histriónico nombre de Alejandro Magno [¡!], en realidad se llama Alejandro Sánchez (suprimió el «che» de su apellido) y tiene fijada su residencia en Miami (Florida, EEUU). Y es que este chico de Moratalaz* siempre tuvo delirios de grandeza inversamente proporcionales a su más que discreto nivel cultural, como suele ser habitual en estos casos de desclasamiento sobrevenido por el éxito e interrupción prematura de los estudios.
Pero no es el motivo de estas líneas analizar la trayectoria profesional de Sanz-Magno-Sánchez, arquetipo del cantante tierno que empieza emocionando a fans adolescentes a las que les falta un hervor y acaba siendo admirado por sus abuelas, con un vacío generacional intermedio más profundo que sus letras.
La última ocurrencia que ha tenido Alejandro Sanz –leit motiv de la inapelable roja directa que le presentamos en estos días protagonizados por el balompié- ha sido poner en duda el valor (¡!) y el patriotismo del campeón español de Moto GP Jorge Lorenzo por no atreverse a blandir y plantar una bandera rojigualda de la monarquía española en el «territorio hostil» de Montmeló para celebrar su reciente triunfo en el Circuit de Catalunya. Acostumbrados como nos tenía a sus obsesivas proclamas anticomunistas contra Cuba y Venezuela, el progre residente de ese «nido de izquierdistas» que es Miami cruza ahora el charco para pontificar sobre las eternas tribulaciones identitarias de la tierra que le vio nacer. Seguir leyendo…
LOS ‘PATRIOTAS’ DE LIECHTENSTEIN
Dudar públicamente (por medio de Twitter) sobre el valor y el patriotismo del piloto malloquín puede y debe ser calificado como una temeraria osadía viniendo de quien viene… Se da la circunstancia de que hace poco más de año y medio (diciembre de 2008) la revista Interviú y otros medios desvelaron que el nombre de Alejandro Sánchez (alias Sanz, alias Magno) figuraba en un listado de 67 españoles o residentes investigados por la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada y el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz por ocultar dinero en fundaciones opacas del paraíso fiscal de Liechtenstein.
Al artista conocido como Alejandro Sanz se le investiga por la supuesta ocultación de un millón de euros en los oscuros fondos financieros del Principado centroeuropeo. Según la investigación abierta, sólo por este concepto Alejandro Sanz habría defrudado a Hacienda la bonita cantidad de 480.000 euros en un solo ejercicio fiscal. En esta lista también aparecen otros apellidos de más rancio abolengo en las causas patrióticas, como es el caso del progenitor del líder nacionalista catalán Artur Mas , presidente de Convergència i Unió. El juez Pedraz solicitó en su momento a la Agencia Tributaria informes sobre la situación fiscal de los investigados para, en su caso, proceder a acusarlos por delitos de fraude a la Hacienda Pública que podrían superar los 73 millones de euros. Esta trama de corrupción -en la que estarían implicados también ciudadanos de otros países- fue descubierta por los servicios secretos alemanes, país donde fue calificada como «el mayor caso de evasión de impuestos de la historia de Alemania».
Finalmente diremos que poco o nada ha trascendido en los medios de comunicación sobre el desarrollo de esta investigación desde la fecha de su apertura en España a finales de 2008. Cabe dentro de lo posible que -al final- los papeles de Liechtenstein acaben enterrados bajo una montaña de recurrentes recursos, apelaciones y tejemanejes jurídicos de las defensas, como ocurre con la mayoría de los casos que afectan a este tipo de individuos con dinero y abogados, que son -a fin de cuentas- dos de los factores que definen y caracterizan sus desvelos por la Patria y su amor a la bandera… aunque no sabemos muy bien a cuál de ellas… Y «no es lo mismo», como dice el estribillo de una canción del artista conocido como Alejandro Sanz.
Todo un ejemplo, aunque no precisamente de valor y patriotismo de verdad**, el que nos ofrece Alejandro Sánchez, alias Sanz, alias Magno, con último domicilio conocido en Miami (Florida, EEUU).
Fuente: http://ciudad-futura.net/
Texto e infografía: Paco Arnau / Ciudad futura
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[*]: Barrio obrero de la periferia de la ciudad de Madrid.
[**]: El concepto político moderno de patriotismo tiene sus orígenes en los tiempos de la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII, cuando a la sazón se consideraba patriotas o hijos de la Patria a los defensores de la Nación, entendida ésta como el pueblo en armas frente a las clases dominantes del antiguo régimen; en contraposición con los enemigos del pueblo, de la República y de la Revolución. Posteriormente, a lo largo de la Edad Contemporánea, el término ha sufrido todo tipo de reinterpretaciones perversas por parte de los defensores de doctrinas nacionalistas e imperialistas y de las propias clases privilegiadas.
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