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Prólogo-denuncia del libro "El papa polaco. Balance de un pontificado"

El poder de la Iglesia católica

Fuentes: Rebelión

Traducción de Mikel Arizaleta

 

Presentación

El investigador de la religión, filósofo y teólogo Hubertus Mynarek es uno de los críticos de la Iglesia más destacados del siglo XX y XXI. Tras su carrera de filosofía, psicología y teología se doctoró en teología y ocupó la cátedra de la universidad de Würzburg sobre Religión comparada y Teología fundamental. Como profesor impartió clases también en las universidades de Bamberg y Viena, enseñando entre otras materias Religión comparada, Filosofía de la religión y Teología fundamental. En 1972 se convirtió en el decano de la facultad de Teología católica de la universidad de Viena. Mynarek fue el primer profesor universitario de Teología, en el ámbito de lengua alemana, que en el siglo XX osó abandonar la Iglesia. Se despidió del sistema totalitario con una carta pública al papa, en la que censuraba su ansia de poder, las estructuras de dominio y el afán de lucro de la jerarquía.

 

Cuando Mynarek publicó su libro «Señores y siervos de la Iglesia«, describiendo las situaciones que se dan dentro de la Iglesia, lo que ocurre tras bambalinas y fachadas de decoro y santurronería, los representantes de la Iglesia, que se sintieron agredidos, interpusieron 15 demandas contra él por injurias, y otras tantas requiriendo indemnización económica por los daños ocasionados con la publicación del libro. De hecho, merced a los procesos iniciados, se impidió durante décadas la reedición del libro. Algo que ocurrió en el 2002 de modo más actualizado y en forma más explosiva. Acompañando a este libro Mynarek publicó «Eros y clero«, «Casanova de negro» y «Jesús y las mujeres» para iluminar desde todos los ángulos la sexualidad curiosa y grotesca en la Iglesia. En «Prohibido pensar«, «Entre Dios y los colegas«, «El primer servidor de su santidad«, «Traición del mensaje» y «La nueva inquisición» se describen con detalle y precisión los modos e intrigas de poder y la ambición de la Iglesia y de sus jefes.

 

Pero también Mynarek se ha destacado como filósofo de la cultura y como fundador de una religión ecológica, libre de dogmas, de un humanismo ecológico. A este deseo obedecen sus libros «Religión ecológica«, «¿Religiosidad sin Dios?», «Orientación en la existencia, «La razón del universo«, «Mística y razón» y «El arte de ser«.

MIkel Arizaleta

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Prólogo del libro: El papa polaco. Balance de un pontificado

que ha sido publicado a pesar de ser impedido

 

HABENT SUA FATA LIBELLI – ¡Los libros tienen su estrella, su historia!

Y este libro, aunque aparece ahora, tiene ya tras de sí, como yo digo, una «prehistoria» explosiva que proyecta una luz sintomática sobre nuestra sociedad y la libertad que reina en ella.

 

Mi libro originariamente debía aparecer en la editorial Fischer de bolsillo. Y aquí quiero aclarar por qué curiosas circunstancias no fue así. Ya en la primavera de 1996 esta editorial, una de las mayores productoras de libros de bolsillo de Alemania, me rogó que escribiera un libro sobre Juan Pablo II, debía ser un balance detallado de su pontificado. Pero se me advirtió repetidas veces que mi libro aparecería sólo a la muerte del papa Wojtyla. Ya en 1996 se preveía una muerte cercana de un papa cada vez más achacoso.

 

El 7 de marzo de 1996 firmé el contrato con Fischer. Ya previamente, el 26 de febrero del mismo año, lo habían suscrito los responsables de la editorial, Martín Bauer y el Dr. Hubertus Schenkel. Algunos meses después entregué el manuscrito a la editorial con el título El papa polaco. Balance de un pontificado. Y no sólo fue aceptado por la editorial sino que también elogiado por su contenido y estilo. La editorial hizo una primera impresión del manuscrito sin tapas y sin poner a disposición del público.

 

Pero el papa, aunque todos los años se aguardaba su muerte, tardó en morir. Y no sólo no murió sino que debido a sus intervenciones, actuaciones y viajes hizo que se siguiera hablando de él en todo el mundo. Así que envié a la editorial Fischer una serie de añadidos y actualizaciones a mi texto manuscrito, que también los aceptaron íntegramente y me volvieron a felicitar. Se hizo una nueva impresión, añadiendo los complementos.

 

La editorial me urgió las últimas actualizaciones de mi texto sobre el papa dos días antes de la muerte real de Juan Pablo II. Algo que conseguí trabajando duro, día y noche, en este corto espacio de tiempo. El Dr. Peter Sillem, «de la dirección de programas de libros de documentación» de la editorial Fischer-libros de bolsillo, se mostró muy contento al examinar estas últimas actualizaciones. E hizo que se imprimiera de nuevo con las últimas correcciones incorporadas. Nuevamente me llamó, feliz y contento, anunciándome por fin «la próxima semana aparece su libro. Usted recibirá de inmediato los primeros ejemplares de prueba».

 

«La próxima semana» debería haber sido la del 10 al 17 de abril. Pero en su lugar recibí, como si dijéramos caído del cielo y para gran sorpresa mía, un escrito fechado el 6 de abril de 2005, suscrito por Peter Lohmann («Gerente de programación«) y Peter Sillem, en el que se me comunica que «no se han dado los requisitos ineludibles de planificación para la publicación diligente de un libro». Se referían a mi libro.

 

A la editorial no se le pudo ocurrir una excusa más peregrina para una ruptura grosera del contrato, puesto que tuvo todos los años, desde 1996, en sus manos para una planificación perfecta, incluida la condición de que sólo aparecería a la muerte del papa. Hasta lo anunciaron ya en internet como tomo de bolsillo 13502, y el libro estaba perfectamente impreso a excepción de las tapas.

 

Evidentemente la editorial Fischer de bolsillo sabía que había roto el contrato y que ante un tribunal le resultaría difícil justificar. Así que dejaba una puerta abierta. No desistía directamente del contrato, pero en el escrito comentado me abría la posibilidad de editarlo «a partir de noviembre de 2006» como libro de bolsillo de Fischer, dejando ver claramente que mi libro sobre el papa, tras medio año, habría perdido toda actualidad. Así que añadió en su escrito dulce y amigablemente: «Por razones de actualidad sería bueno que ofreciera el libro a otras editoriales interesadas. En este caso nosotros estaríamos dispuestos a devolverle sus derechos sin costes añadidos». Es decir, descargaban en mí la responsabilidad.

 

Quien tiene el poder no necesita justificar su proceder. Presenta sólo excusas. Telefoneé al señor Lohmann. En vano. No estaba dispuesto a decir las razones auténticas por las que la editorial de pronto no quería editar mi libro. Dijo que hablaría de nuevo con el abogado de la editorial y que me llamaría. Y me lo prometió solemnemente. ¡Hasta hoy! Me puse en contacto con Peter Wensierski, redactor de la revista Der Spiegel. Le pareció el caso «explosivo», me llamaría en cuanto supiera algo a través de Lohmann o Sillem. Por lo visto ambos callaron como muertos porque Wensierski no me ha vuelto a telefonear.

 

Por lo tanto a mí sólo me cabe hacer suposiciones ante la pregunta de por qué una editorial, apreciada y tenida como seria, no estuvo dispuesta a publicar un libro contratado. Suposiciones que en cualquier caso me parecen más fundamentadas y cercanas a la realidad que las palabras hueras y evidentemente engañosas de los «requisitos ineludibles de planificación», que la editorial adujo como por encanto, y más sabiendo que la editorial Fischer pertenece al grupo editorial Holtzbrinck, estrechamente relacionado financieramente con la Iglesia católica.

 

No hay que perder de vista el contenido de mi libro sobre el papa. En contraposición a los numerosos libros sobre Juan Pablo II, casi todos entonando cánticos de alabanza sobre la dimensión y perfección de este papa y su obra, mi libro es un análisis racional y objetivo y un inventario de los resultados reales etc. de este papa, por encima de toda sugestión o histeria de masas. Habla también de las carencias y déficits de este hombre. Esto no se ajusta al paisaje actual de medios, editoriales, políticos, también de intelectuales, que parecen haber perdido aquel ímpetu ilustrador, no se ajusta a todos esos que, a cientos, peregrinan al Vaticano, lugar desde el que durante siglos enteros se ha ejercido la anti-ilustración.

 

Sólo existen dos argumentos para este comportamiento de no publicar por parte de una gran editorial un libro ya aceptado y maduro. O que la editorial temiera, al publicar un libro crítico sobre el papa, provocar una pérdida de compradores y lectores ante el entusiasmo acrítico y desbordante por uno de los últimos señores absolutistas de nuestro planeta, o que los representantes de los intereses eclesiales hubieran influido directamente en la decisión de la editorial contra mi libro. A quien esto le parece improbable ante las condiciones previamente firmadas, quiero recordarles sólo un par de hechos sin ánimo de ser exhaustivo.

 

Primer caso: Tertulia de Maischberger. Se le invita a Karlheinz Deschner, autor de La historia criminal del cristianismo, y luego se le desconvoca porque el obispo auxiliar de Hamburgo, Jaschke, insiste en que él no se sienta en una mesa con este crítico de la Iglesia.

 

Segundo caso: El obispo Kamphaus de Limburg, invitado a una tertulia televisiva, se entera que la teóloga Uta Ranke-Heinemann va a participar en ella. Él la rechaza y ella es desconvocada.

 

Tercer caso: Yo mismo soy invitado a manifestarme por escrito sobre El código da Vinci o el sacrilegio para la emisión Pro-Sieben, se me garantiza que se leerá lo que escribo y que se citará en la emisión mi libro de «Jesús y las mujeres«. Para la emisora, tras las protestas habidas o influencias ejercidas, por lo visto un tema demasiado peliagudo. No se lee mi aportación. Y en su lugar interviene en el programa un portavoz de la poderosa organización eclesial y secreta «Opus Dei» durante diez minutos largos.

 

Cuarto caso: Soy invitado por la WDR a un programa sobre un sacerdote que durante años en Krefeld ha abusado sexualmente de niños. En el último momento se me desconvoca. La fundamentación: «Soy uno de los que ha apostatado de la Iglesia y, por tanto, no puedo ser objetivo. En mi lugar será invitado un teólogo de la Iglesia».

 

Se podrían aducir otros ejemplos. Basta mencionar tan sólo mi libro autobiográfico «Señores y siervos de la Iglesia» que, en su tiempo y por presión de la Iglesia, no fue editado por la multinacional de medios-Bertelsmann, a pesar de existir contrato por medio. Mis experiencias con los señores de la Iglesia, recogidas en este libro, sus intrigas y sus comportamientos de poder, desconocidos para la mayoría, han podido ser editados después de 30 años en una pequeña editorial. Doy las gracias a la editorial Ahriman, que no disponiendo de grandes medios económicos pero sí de un gran coraje, siendo decididamente atea y haciendo gala de una tolerancia generosa y muy abierta estuvo dispuesta a aceptar la distribución de la obra mencionada, a pesar de algunas diferencias ideológicas con el autor, y que además, también ahora, ha estado dispuesta a publicar este libro sobre el papa, rechazado a última hora por la editorial Fischer de manera indigna, acercándolo así a los admirados lectores.

 

Mi «balance del papa» quisiera contribuir a agudizar el sentido crítico y a examinar de igual modo lo que se ha dicho, impreso o ilustrado de manera pública, y es que la Iglesia introduce también subrepticiamente en las denominadas mesas de redacción y en las editoriales liberal-izquierdosas a gente que, aparentando una imagen abierta ante mundo, sirven a la Iglesia. Bajo el pretexto de la libertad ésta es mancillada y violada multitud de veces tanto en los medios impresos como en los electrónicos.