El presidente de Ecuador, Rafael Correa, negó el martes que su gobierno esté dispuesto a dar asilo al fundador del sitio Wikileaks, el australiano Julian Assange, como anunció el vicecanciller Kintto Lucas.
La declaración de Kintto Lucas fue a título personal, pues no ha recibido la autorización del canciller (Ricardo Patiño), ni del Presidente», expresó Correa, según informó la presidencia de la República y recogieron las agencia de noticias internacionales.
Lucas había dicho que el gobierno ecuatoriano estaba «abierto» a otorgarle la residencia a Assange, quien reveló miles de notas diplomáticas de Estados Unidos.
Assange fue colocado anoche en una lista de búsqueda de Interpol en la que figuran los sospechosos que deben ser detenidos para su entrega a un país que investiga en su contra, según despacho de la agencia alemana DPA.
La «Red Notice» -como se denomina a esa lista- no es una orden de captura internacional. Según Interpol se trata de ayudar a la policía de un país miembro «a lograr la detención o arresto preventivo de una persona buscada con perspectivas de lograr su entrega».
Suecia solicitó a mediados de noviembre a Interpol una orden de arresto internacional contra Assange, acusado de violación y acoso a dos mujeres.
En tanto, Correa añadió que ha solicitado «un informe a la Secretaría Nacional de Inteligencia para que sistematice los mensajes que tiene que ver con Ecuador y otros casos que nos interesan, como el caso hondureño del golpe de Estado».
«Estados Unidos ha destrozado la confianza de los países aliados, de sus países amigos con esta clase de espionajes», dijo Correa, pero consideró que con la divulgación de las notas diplomáticas «se ha cometido un error al romper las leyes de Estados Unidos».
«Todo estado tiene información confidencial que no necesariamente va en el sentido de espiar a otro país, pero si más tarde esto se permite que suceda sin ninguna sanción pueden salir cuestiones muy graves para seguridad de los estados», dijo Correa.
De las 250.000 notas divulgadas por Wikileaks, se conoce que más de 1.600 hacen referencia a Ecuador, pero hasta el momento no ha trascendido su contenido.
Desde la asunción de Correa a la Presidencia, en enero de 2007, las relaciones con Washington han tenido varios momentos de tensión, pero hoy tienden a la normalidad.
Quito sospechaba de la participación norteamericana en la incursión militar colombiana en su territorio en marzo de 2008 que generó la ruptura de relaciones entre ambos países, pero Bogotá insiste que actuó sin ayuda de terceros.
A fines de 2008, el gobierno denunció la infiltración de sus servicios de inteligencia por parte de la CIA estadounidense y a inicios de 2009, Correa expulsó a dos diplomáticos de ese país por supuesta ingerencia en asuntos internos.