Más de 38 millones de electores brasileños regresará a las urnas el domingo para elegir en segunda vuelta a los alcaldes de 57 grandes ciudades, incluyendo Sao Paulo y Río de Janeiro, donde en la primera vuelta de las elecciones municipales del 15 de noviembre ninguno de los candidatos obtuvo más de la mitad de los votos.
La primera ronda, el 15 de noviembre, significó una decepción para el Partido de los Trabajadores de Lula da Silva, y un fracaso del ultraderechista Jair Bolsonaro y el progresismo, aunque fue excelente para la derecha. En un Brasil jaqueado por el coronavirus, la crisis económica, social y sanitaria, y gobernado por Bolsonaro y su cohorte de militares y grandes empresarios bendecidos por Washington, el abanico progresista se mostró fraccionado en la antesala de las presidenciales de 2022.
En segunda vuelta, la esperanza del progresismo es que el líder del Movimiento de los Sin Techo, ex candidato presidencial por el PSOL, Guilherme Boulos, logre la alcaldía de Sao Paulo y Manuela d’ Ávila (PCdoB) la de Porto Alegre. Para los analistas, Boulos tiene luz propia, mucho talento, pero convertirse en un líder original después de Lula es una tarea básicamente imposible.
Si pocos años atrás los mapas electorales podían leerse a la luz de la polarización, la desestructuración del sistema partidista produjo un mosaico de colores y siglas que exigen análisis más profundos.
En 2018 emergió un tercer campo político. Más allá de la izquierda-centroizquierda (PT, PSOL, PC do B, PSB, PDT, Rede) y del campo de la derecha-centrodrecha (PSDB, DEM, MDB, Cidadania), se consolidó el campo de la extrema derecha (Republicanos, Patriota, PSL, PRTB, PSC).
El ascenso de Bolsonaro siginificó que una parcela de fuerzas que orbitaban alrededor del PSDB configuraran un nuevo bloque, hoy el núcleo de sustentación del gobierno de ultraderecha. Y más allá de estos tres, existe otro agrupamiento de partidos conocido como “centrão” (PSD, PP, Avante, PTB, PL, Podemos) que, sin proyecto propio, opera como fuerza auxiliar de otros campos en circunstancias puntuales y/o locales. Hoy es base de sustentación del proyecto bolsonaristas, mayoritario en el Parlamento.
Se va a la segunda
La legislación electoral brasileña prevé una segunda vuelta en las 95 ciudades con más de 200.000 electores del país en que el vencedor no obtuvo mayoría absoluta de los votos, y este año el balotaje será necesario en 57 de esos municipios (60 %).
Los partidos de centro-derecha y derecha, que rechazan la polarización del país y distan de los extremos representados por Bolsonaro y el Partido de los Trabajadores del ex presidente Lula da Silva, se perfilan en los sondeos, como los principales victoriosos en la segunda vuelta, tras haber alcanzado el mayor número de alcaldías en la primera ronda.
Los partidos Demócratas (DEM), Social Demócrata Brasileño (PSDB) y Movimiento Democrático Brasileño (MDB), que ya conquistaron cinco capitales en primera vuelta, pueden obtener otras siete este domingo, incluyendo Sao Paulo y Río, y, con 12 de las 27 capitales, fortalecerse como opción de centro para las presidenciales de 2022.
El acuerdo alcanzado por el Tribunal Superior Electoral (TSE) con las plataformas de las principales redes sociales para combatir las falsas noticias permitió una fuerte reducción del número de perfiles que difunde mentiras, bulos y difamaciones contra candidatos, un fenómeno que afectó significativamente las elecciones presidenciales y legislativas de 2018.
Tan sólo Whatsapp eliminó 1.004 perfiles que eran usados para disparar mensajes en masa con informaciones falsas luego de que el TSE recibiera 4.759 denuncias sobre el uso indebido de las mismas.
En la primera vuelta fueron elegidos alcaldes y concejales de los otros 5.512 municipios del país, con excepción de Brasilia, que cuenta con un gobernador, y Macapá, en donde los comicios fueron postergados por un apagón que se prolongó por 22 días.
Del total de los votos de la izquierda y centroizquierda en las municipales del domingo 15, el PT obtuvo casi siete millones de sufragios (66% del total), el PSOL tuvo 2.236.273 (21%), el PCdoB 1.184.609 (11%) y los demás partido sumados se quedaron con cerca del tres por ciento de los votos. El PT logró en primer vuelta 174 alcaldías, el PSOL cuatro y el PCdoB 45.
A la segunda vuelta están convocados 38,3 millones de electores, el 25,9% de los 148 millones de votantes del país, pese a que tan sólo se elegirán los alcalde de 57 ciudades, que corresponden al 1% del total de 5.569 municipios de Brasil.
La elección de alcalde quedó pendiente en 18 de las 27 capitales regionales del país, incluidos tres de los seis mayores colegios electorales de Brasil: Sao Paulo (8,9 millones de electores), Río de Janeiro (4,8 millones) y Fortaleza (1,8 millones). De las 57 en disputa para la segunda vuelta, el PT disputará 15, el PCdoB Porto Alegre y el PSOL dos, Belén y Sao Paulo.
Belo Horizonte (1,9 millones) y Salvador (1,8 millones), cuarto y quinto mayores colegios, definieron la alcaldía en primera vuelta. Brasilia (2 millones), tercer mayor colegio, no elige alcalde debido a que el Distrito Federal cuenta con un gobernador.
Sao Paulo, Río y dos bolsonaristas
Por ser las dos mayores ciudades del país, la atención en esta segunda vuelta está centrada en el resultado de las elecciones en Sao Paulo y Río de Janeiro.
La alcaldía de Sao Paulo será definida entre el actual ocupante del cargo, el centroderechista Bruno Covas, que obtuvo el 32,85 % de los votos, y el líder izquierdista y excandidato presidencial Guilherme Boulos, segundo con el 20,24 % de los sufragios. En los sondeos para segunda vuelta Covas tiene el 48 % del favoritismo y Boulos el 43 %.
La alcaldía de Río de Janeiro la disputarán el actual alcalde, el pastor evangélico Marcelo Crivella, que cuenta con el apoyo del presidente Jair Bolsonaro y fue el segundo más votado con el 21,90 %, y el ex alcalde Eduardo Paes (37,01 %), del derechista partido Demócratas (DEM). Las encuestas prevén la victoria de Paes, con el 53 % del favoritismo, contra el 23 % de Crivella.
De los 13 aspirantes a los que el presidente ultraderechista dio respaldo público, nueve fueron derrotados en primera vuelta y sólo dos fueron elegidos, aunque en ciudades poco importantes. Además de Crivella, el otro candidato apoyado por Bolsonaro es el derechista Wagner Sousa Gomes, que se medirá con el laborista José Sarto por la alcaldía de Fortaleza. Los sondeos prevén derrotas de los dos bolsonaristas.
¿Un respiro para el PT?
La segunda vuelta puede significar para que el Partido de los Trabajadores (PT) la recuperación de parte del terreno que perdió en la primera vuelta. El PT conquistó que conquistó 630 alcaldías en 2012, cayó a 254 en 2016 y a 179 en la primera vuelta de este año.
No consiguió ninguna capital ni ciudad importante en primera vuelta, y en el balotaje tendrá candidatos en 15 de las 57 ciudades aún en disputa, y es el partido con más aspirantes en la segunda vuelta.
Los candidatos del PT disputarán dos capitales regionales, Vitoria y Recife, y los sondeos descartan una victoria en la primera pero señalan posibilidades en la segunda, donde Marilia Arraes, segunda más votada en primera vuelta (27,95 %), disputará la alcaldía con su primo, Joao Campos (29,17 %), del Partido Socialista Brasileño (PSB).
Las elecciones municipales terminarán este domingo y dejarán un mapa nuevo de cara a las presidenciales de 2022. La dupla Lula-Boulos o Boulos-Lula parece ser la nueva dimensión de la organización progresista en el país, dice Gustavo Conde. Siempre que haya un proceso de unidad. Juntos, podrían ser el antídoto para detener tubos de ensayo tóxicos como las candidaturas presidenciales derechistas de Luciano Huck y Sergio Moro.
Juraima Almeida es investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).