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MADHAV KUMAR NEPAL / Líder de las revueltas de Nepal

«El rey cumplirá su palabra o volverá a probar la ira del pueblo»

Fuentes: El Mundo

Cuando las protestas contra su reinado llegaron a la calle, una de las primeras decisiones del rey Gyanendra de Nepal fue mandar a prisión a Madhav Kumar Nepal. El monarca esperaba así eliminar al más formidable de sus enemigos sin darse cuenta de que, en realidad, lo había engrandecido. El clamor de la calle y […]

Cuando las protestas contra su reinado llegaron a la calle, una de las primeras decisiones del rey Gyanendra de Nepal fue mandar a prisión a Madhav Kumar Nepal. El monarca esperaba así eliminar al más formidable de sus enemigos sin darse cuenta de que, en realidad, lo había engrandecido. El clamor de la calle y la presión internacional obligaron al rey a dejar a Kumar en libertad semanas después, permitiéndole liderar a cientos de miles de nepalíes por las calles de Katmandú.

El veterano político, secretario general del Partido Comunista de Nepal, ha sido junto con el líder del Partido del Congreso, Sher Bahadur Deuba, el arquitecto del alzamiento que ha terminado con los poderes absolutos de la monarquía. Sus contactos directos con el líder de la guerrilla maoísta Prachanda y con los siete principales partidos políticos del país le convirtieron en el pilar de la alianza que ha forzado la claudicación de Gyanendra.EL MUNDO habló ayer con Kumar, de 52 años, en un receso en las intensas negociaciones para la formación de un nuevo gobierno.

Pregunta.- El rey Gyanendra le ha encarcelado en varias ocasiones, pero, al final, cuando usted y sus aliados tenían en su mano derrocarle, le han ofrecido una oportunidad para salvar el trono.¿Por qué?

Respuesta.- No tengo una mentalidad de venganza y no creo que ésa sea la actitud que resuelva nuestros problemas. Debemos recuperar las instituciones y evitar la anarquía para sanar el país. Esto no quiere decir que la lucha haya terminado. Hay fuerzas retrógradas dentro del Estado que quieren llevar la sociedad al pasado y vamos a combatirlas para avanzar hacia la democracia. Yo, personalmente, no guardo rencor a nadie.

P.- ¿Qué papel desempeñará el rey a partir de ahora?

R.- Tendrá que ser un papel meramente ceremonial y limitado por la voluntad del pueblo, sin funciones ejecutivas.

P.- ¿Perderá el control del Ejército, tradicionalmente leal a la monarquía?

R.- Así debe ser porque ésa era una de las principales demandas de la calle. Debemos mantenernos inflexibles en este punto. El control de las Fuerzas Armadas debe ser transferido al Gobierno democráticamente elegido.

P.- Pero mientras el Ejército esté bajo su control, el rey puede influir en el proceso político y resistirse a las reformas.

R.- El rey ha aceptado nuestras demandas y ahora debe cumplir su palabra. Si no acepta su nuevo papel ceremonial, se enfrentará de nuevo a la ira del pueblo y esta vez será derrocado definitivamente.El monarca ha visto cómo le pasaba por encima un tsunami y otro mayor le espera si trata de aferrarse al poder.

P.- Una parte de la oposición y muchos manifestantes no estaban de acuerdo en ofrecerle al rey una salida y pedían una república.¿Hay consenso dentro de la oposición sobre cómo llevar adelante el proceso político abierto?

R.- Estamos haciendo nuestros deberes y negociando los términos.Esperamos que el Gobierno se forme antes de la convocatoria del Parlamento (mañana viernes). Está previsto que el nuevo primer ministro, Girija Prasad Koirala, jure su cargo en las próximas horas. Trabajamos contrarreloj para presentar un programa conjunto.

P.- Los maoístas rechazaron en principio el acuerdo alcanzado con el rey antes de suavizar su postura y dejar la puerta abierta a un compromiso. ¿Están dispuestos a aceptar una monarquía con poderes limitados?

R.- Tras su rechazo inicial, el nuevo comunicado de los maoístas ofrece una respuesta mucho más positiva que incluye la suspensión del bloqueo que mantenía sobre la capital. Creo que son buenas noticias. Su posición es esperar y ver qué ocurre. Les hemos dicho que seguimos adelante con nuestro compromiso de celebrar elecciones para una Asamblea Constitucional y la redacción de una nueva Constitución. Los maoístas están dispuestos a aceptar una monarquía ceremonial siempre que ese papel sea decidido por el pueblo.

P.- ¿Qué medidas piensa adoptar el nuevo gobierno para tratar de atraer a la guerrilla a la arena política?

R.- El primer paso es crear un ambiente que permita una negociación.Hay que retirar a la guerrilla de la lista de grupos terroristas, decretar un alto el fuego, relajar la presión en las zonas bajo su control, liberar a los presos…Todas estas decisiones traerían un clima propicio para que dejaran las armas y apostaran por la política.

P.- ¿Cuáles serán las prioridades del nuevo gobierno?

R.- Hay mucho por hacer, empezando por atender a las familias que han perdido a sus seres queridos durante las protestas de los últimos días (15 muertos) y buscar las responsabilidades penales de quienes desde la autoridad han cometido abusos y violaciones de los Derechos Humanos. Queremos crear un comité especial para investigar lo sucedido en los últimos 14 meses de poder absoluto de la monarquía. Después, es prioritario devolver la normalidad al país y avanzar en la democratización de la sociedad. El objetivo es extirpar los elementos autocráticos aún activos.

P.- ¿Es la última oportunidad de evitar que Nepal se convierta en un Estado fallido?

R.- Sí, probablemente. Si erramos esta vez, el país no lo soportará.Pero estoy convencido de que saldremos adelante. El pueblo está decidido a avanzar.

P.- El origen de la mayor parte de los problemas de Nepal está en la inmensa brecha entre la elite y los pobres. ¿Cómo afrontará este reto el nuevo gobierno?

R.- Necesitamos una reforma de la propiedad de la tierra para encontrar un reparto más justo y medidas económicas para mejorar las condiciones de los más pobres. Hay que prestar especial atención a las mujeres, las minorías étnicas y las poblaciones más remotas.Hasta que no cambiemos la vida de toda esa gente, no podremos llevar a la nación hacia un nuevo futuro.