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El Tío Sam está enfermo

Fuentes: Rebelión

Mucha razón la del presidente de Uruguay, José Mujica, al subrayar que «el Tío Sam está enfermo, se está ahogando en su egoísmo», en sabia referencia al régimen norteamericano de Barack Obama, que observa como el mundo se le va de la manos, e intenta dominarlo desesperadamente, a zarpazos sangrientos y con sanciones a todos. […]

Mucha razón la del presidente de Uruguay, José Mujica, al subrayar que «el Tío Sam está enfermo, se está ahogando en su egoísmo», en sabia referencia al régimen norteamericano de Barack Obama, que observa como el mundo se le va de la manos, e intenta dominarlo desesperadamente, a zarpazos sangrientos y con sanciones a todos.

Mujica, como de costumbre clarividente, hizo un diagnóstico exacto del Imperio de Washington con esa frase que pronunció en la Cumbre de Mercosur celebrada el pasado martes en Caracas, Venezuela, donde prevaleció la unidad y el deseo de una integración regional consolidada en la Patria Grande, otro golpe demoledor para la Casa Blanca.

Sin mencionarlo explícitamente, el mandatario uruguayo fue certero en sus expresiones acerca del panorama estadounidense y su conducta desequilibrada, al igual que hicieron sus similares venezolano, Nicolás Maduro, el boliviano Evo Morales, la argentina Cristina Fernandez, y la brasileña Dilma Rousseff, entre otros, quienes hablaron en un mismo idioma sobre la necesaria unión entre los pueblos latinoamericanos y caribeños.

En su intervención magistral, Mujica señaló que es vital mirar hacia el Oriente, en alusión a China, y no perder la oportunidad de lo que ha prometido el presidente del gigante asiático a América Latina, lo que nunca antes había ofrecido nadie, marcando la diferencia con la conocida actuación del Tío Sam en esta región y del colonialismo español, ambos devastadores.

La Cumbre del Mercosur en Caracas trazó la estrategia a seguir en momentos en que los vientos de integración soplan más fuertes, casi huracanados, en la Patria Grande, y Washington pierde a ritmo acelerado influencia en su otrora traspatio, y al mismo tiempo en todo el planeta tierra.

De otro lado, la cita de Venezuela fue un espaldarazo a la Revolución Bolivariana que ahora encabeza Maduro, blanco constante de los mal llamados «golpes suaves» organizados y financiados desde territorio norteamericano, y además para Argentina, agredida por los parásitos Fondos Buitres.

El conclave del Mercosur agravó la enfermedad del Tío Sam, que se enclaustra en su grave padecimiento político y económico, apoyando las agresiones genocidas de Israel contra Palestina, a un régimen fascista en Ucrania, e imponiendo sanciones miopes a Rusia, las cuales lejos de debilitar a Moscú, constituyen un boomerang para la Casa Blanca y sus aliados en crisis de la Unión Europea.

Para muchos expertos y analistas, el Imperio de Estados Unidos se encuentra actualmente en un laberinto, creado por el mismo, merced sus desmedidas ambiciones de poder, y puede terminar ahogado por ese egoísmo, como apuntó Mujica.

Coinciden a su vez que 2014 pasará a la historia como el fin del dominio unipolar de Washington en el mundo, y el comienzo del derrumbe del Tío Sam.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.