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¿El trabajo vivo fuente creadora del valor?

Fuentes: Rebelión

«Los teóricos marxistas no luchan contra el capital sino por el conocimiento. Y por el conocimiento derrotarán a los representantes teóricos del capitalismo. La victoria teórica del marxismo sobre la ideología capitalista es la antesala y el remate de la victoria en la práctica del socialismo sobre el capitalismo» He estado leyendo un diálogo entre […]

«Los teóricos marxistas no luchan contra el capital sino por el conocimiento. Y por el conocimiento derrotarán a los representantes teóricos del capitalismo. La victoria teórica del marxismo sobre la ideología capitalista es la antesala y el remate de la victoria en la práctica del socialismo sobre el capitalismo»

He estado leyendo un diálogo entre Christopher Arthur y Enrique Dussel sobre el trabajo vivo como fuente creadora de valor. Fue publicado en Herramienta. No figura la fecha de publicación o yo no supe verla. Me permitiré entrar en este diálogo, aunque no para dialogar sino para luchar. La vida es lucha y de ella se destaca la lucha por la producción y la lucha de clases, pero también la relación del hombre con el saber es una lucha. Además hay otra razón por la que prefiero el concepto de lucha al de diálogo: vivimos en un mundo con tanto sufrimiento y tanta opresión que el concepto de lucha se abre paso como una necesidad insoslayable. Por último, cuando me embarco en una lucha ideológica no pienso exclusivamente y en especial en los pensadores a los que me enfrento, sino en los terceros, en aquellos para quienes las ideas deben servirles para luchar por la transformación del capitalismo en socialismo.

Paso en primer lugar a transcribirles las ideas formuladas por Christopher Arthur: «En su tratamiento de la relación del capital, Dussel enfatiza que, de acuerdo a la teoría de Marx, el trabajo vivo es la fuente creadora del plusvalor. Sin trabajo vivo el capital no puede valorizarse». «Dussel resume su lectura de la teoría del valor trabajo de la siguiente manera: La mercancía, el dinero y aún el capital, son valor, trabajo objetivado. Mientras que el trabajo vivo no es valor sino que es creador de valor». «Dussel llama la atención sobre esta importantísima distinción. Él cree que esta es la base de la teoría de Marx: «personalmente, pienso que Marx tuvo para sí como su mayor descubrimiento la constitución de la categoría de plusvalor o la distinción de trabajo abstracto y concreto, pero ambos descubrimiento dependen de éste (que afirmo fue el más importante de todos, y del que Marx mismo no tenía conciencia): la diferencia entre trabajo vivo; sustancia del valor sin valor, y el trabajo objetivado, valioso». Creo que con estas citas basta. No quisiera pasar la ocasión de advertir que tanto el texto de Christopher como el de Dussel me parecen construidos a base de muchos trozos y con excesivas referencias, que dificultan la percepción clara y distinta de las ideas. Creo que para personas poco especializadas en el tema les resulta prácticamente imposible saber de qué dialogan Christopher y Dussel y qué consecuencias tiene para la lucha entre el socialismo y el capitalismo.

Trabajo fluido y trabajo coagulado. Tanto Christopher como Dussel emplean la determinación del trabajo como fluido de forma equivalente a la determinación del trabajo como vivo, al igual que emplean la determinación del trabajo como coagulado como enteramente equivalente a la determinación del trabajo como objetivo. No niego que entre esas categorías se pueda establecer relaciones de equivalencia, pero lo fundamental es saber por qué Marx tuvo necesidad de establecer esas distinciones y en que problemas teóricos en concreto las tuvo en cuenta. La distinción entre trabajo vivo y trabajo coagulado la emplea Marx en la sección dedicada al estudio del contenido de la forma relativa del valor. Y le recuerdo al lector algunas nociones básicas. En el intercambio entre dos mercancías, por ejemplo, 20 varas de tela = 1 traje, las dos mercancías no desempeñan el mismo papel: las 20 varas de tela es la mercancía que expresa su valor, mientras que el traje es la mercancía que sirve de material de expresión del valor de las 20 varas de tela. La mercancía que expresa su valor se encuentra en forma relativa de valor, mientras que la mercancía que sirve de material de expresión se encuentra en forma de equivalente.

En este marco teórico, y específicamente en el análisis del contenido de la forma relativa de valor, Marx dice lo siguiente: «Pero no basta con expresar el carácter específico del trabajo en el que consiste el valor de la tela. La fuerza de trabajo humana en estado fluido o el trabajo humano crea valor, pero no es valor. Se convierte en valor en estado coagulado o en forma objetiva». Marx previamente ya había advertido que el trabajo en tanto creador de valor no tiene las mismas características que en cuanto creador de valor de uso. Y ahora nos advierte que no basta con destacar el carácter específico del trabajo creador de valor, sino que es necesario distinguir el trabajo en estado fluido del trabajo en estado coagulado. Y que sólo en estado coagulado o en forma objetiva el trabajo humano es valor. Ahora nos preguntamos por qué es importante o necesaria esta distinción: porque el valor en su forma natural, el valor como sustancia inmanente a la mercancía, carece de objetividad. Así que el objetivo teórico de Marx es exponer cómo el valor adquiere forma objetiva. Por eso, después de dicho aquello, dice esto otro: » Para expresar el valor de la tela como cristalización de trabajo humano, hay que expresarlo como una objetividad que, como cosa, sea diferente de la tela y, al mismo tiempo, sea común a otra mercancía. El problema se ha resuelto ya. En la relación de valor con la tela, el traje figura como su cosa cualitativamente igual, como cosa de la misma índole, porque es un valor. De ahí que figure aquí como un objeto en el que aparece valor, o que represente valor en su forma física tangible». De esto se trata: el valor de la tela, como propiedad inmanente, carece de objetividad. De ahí su necesidad de expresar su valor de forma objetiva y, en consecuencia, la necesidad de otra mercancía para poder hacerlo. Y lo logra haciendo del cuerpo del traje su figura de valor. Dicho de otra forma: el traje, en su relación con la tela, es un valor de uso que existe como valor. No figura como tal valor de uso, como cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas, sino como forma de existencia del valor. Y por este fin teórico fue necesario establecer la distinción entre trabajo en estado fluido y trabajo en estado coagulado. Esta distinción, de acuerdo con Marx, no es necesaria para explicar el origen del plusvalor, tal como parecen compartir Christopher y Dussel.

Trabajo vivo y trabajo pasado. La distinción entre trabajo vivo y trabajo pasado la establece Marx cuando habla del capital constante y del capital variable. Y a este respecto hay que tener en cuenta dos contradicciones: la existente entre conservación y creación del valor, y la existente entre trabajo útil y trabajo abstracto. Gracias al trabajo útil, gracias a que el hilandero transforma el algodón en hilo, se conserva el valor del algodón en el hilo. De manera que la conservación del valor viejo en el producto nuevo es obra del trabajo útil. Mientras que en su condición de trabajo humano abstracto, el trabajador añade trabajo al producto y, por consiguiente, crea valor. Así que los dos resultados distintos que se producen en el proceso de valorización, conservación del valor viejo y creación de valor nuevo, son obra del trabajo útil y del trabajo humano abstracto respectivamente. ¿Qué importancia tiene entonces hablar aquí del trabajo vivo? ¿Será importante para aclarar quién es el creador del valor? Escuchemos a Marx: «Es, pues, un don natural de la fuerza de trabajo puesta en acción, del trabajo, vivo, conservar valor añadiéndolo, un don natural que no le cuesta nada al obrero, pero que le rinde mucho al capitalista, la conservación del valor existente del capital». Así que, de acuerdo con Marx, sólo se puede conservar el valor viejo añadiendo nuevo valor, y sólo se puede añadir un nuevo valor conservando el valor viejo. Y que ambas cosas, conservar el valor viejo y crear el nuevo valor, es obra del trabajo vivo. Aunque Christopher y Dussel vinculan la distinción de trabajo vivo con la creación del plusvalor, en verdad en El Capital no se hace por dicho fin sino por otro: El trabajo pasado, el valor de los medios de producción, se echaría a perder y perdería su valor si no se pone en contacto con el trabajo vivo. Esa es la razón fundamental de la distinción entre trabajo pasado y trabajo vivo: que el segundo es el conservador del primero.

Trabajo necesario y plustrabajo. Hablar de que el trabajo vivo es el creador del plusvalor no es del todo preciso. Puesto que el trabajo vivo incluye la doble calidad del trabajo: como trabajo útil y como trabajo humano abstracto. Y en su calidad de trabajo humano abstracto el trabajador crea valor nuevo. Y dentro del nuevo valor no sólo hay que incluir el plusvalor sino también el trabajo necesario. Y el plustrabajo se presenta como una prolongación del trabajo más allá del trabajo necesario. Así que no encuentro razón específica alguna para presentar el trabajo vivo como creador del plusvalor. Y por las dos razones esgrimidas: primera, porque en el trabajo vivo también está incluido el trabajo útil, gracias al cual se transfiere el valor de los medios de producción consumidos al nuevo producto, y segunda, porque el trabajo humano abstracto no sólo crea el plusvalor sino también el valor del capital variable.