En los años sesenta dos millones de españoles salen a Alemania, Francia, Suiza y los Paises Bajos, empujados por la necesidad, unos con contrato otros sin él, la inmensa mayoría analfabetos, situación que junto con la barrera idiomática y cultural contribuyó a separación con la población local. Casi nadie se acuerda de esta otra historia. […]
En los años sesenta dos millones de españoles salen a Alemania, Francia, Suiza y los Paises Bajos, empujados por la necesidad, unos con contrato otros sin él, la inmensa mayoría analfabetos, situación que junto con la barrera idiomática y cultural contribuyó a separación con la población local.
Casi nadie se acuerda de esta otra historia. Josefina Cembrero, sí. Josefina, una de aquellas emigrantes que se fue con dieciocho años a la Republica Federal Alemana, sin haber salido antes de su pueblo y prácticamente analfabeta. Fue en uno de aquellos trenes y ahora nos recuerda su viaje a Núremberg, la ciudad donde trabajó.
El documental a través de esta muestra, nos narra la historia de estos trabajadores doblemente explotados y humillados; instalados en barracones, antes destinados a los animales, cerca de las fabricas, separados hombres y mujeres, como mano de obra barata, con extensas jornadas laborales («comer para trabajar y trabajar para comer»), para poder sobrevivir.
Algunos se fueron para unos meses y se quedaron 30 años, llegando incluso al desarraigo.
Un intento de acercamiento a la memoria de estos trabajadores cuya vida fue ocultada por una historia oficial llena de tópicos, que maquillaban folkloricamente la situación. De hecho la mayoría de las imágenes son de archivos extranjeros; al franquismo no le interesaba que se vieran cuales eran las condiciones de esos trenes, apiñados bultos y trabajadores.
Las autoras, nos narran también las historias de algunas de las luchas sindicales y políticas de estos trabajadores.
Hoy en día otros necesitados llegan a los países «prósperos» y algunos pretenden decirnos que esto y aquello son distintas historias.