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El Womad y la multiculturalidad

Fuentes: Rebelión

Del 20 al 22 de mayo se ha celebrado en la Casa de Campo, el Festival Womadrid, que forma parte de la gira mundial de este evento ideado por Peter Gabriel. Estos son algunos de los comentarios que han destacado los medios de comunicación sobre Womadrid: – El encuentro multicultural. – Música, danza, artesanía y […]

Del 20 al 22 de mayo se ha celebrado en la Casa de Campo, el Festival Womadrid, que forma parte de la gira mundial de este evento ideado por Peter Gabriel.

Estos son algunos de los comentarios que han destacado los medios de comunicación sobre Womadrid:
– El encuentro multicultural.
– Música, danza, artesanía y gastronomía para un encuentro que Madrid esperaba desde hace años.
– Una celebración de la diversidad cultural y una invitación para que el público conozca otras culturas a través, fundamentalmente, de la música.
– Diferentes manifestaciones culturales de los países de donde proceden, a través de encuentros y talleres, tanto para niños como para adultos.
– Maestros artesanos llegados de los más diversos rincones del mundo; de bailes y danzas étnicos; de diferentes sabores internacionales…

¿Tiene que venir el Womad a Madrid para que sus habitantes conozcan otras culturas? Si no es por Peter Gabriel, los madrileños (o el resto de habitantes de las ciudades por las que pasa este u otro evento) ¿nunca llegarían a experimentar como son otras músicas, danzas, artesanía, gastronomía? Una vez acabado el Festival, ¿se deja de producir el encuentro multicultural?

Me temo que, para muchos, las respuestas a esos interrogantes son afirmativas.

Hace muchos años que, cada vez que he podido, he viajado a Madrid con el único objetivo de disfrutar de un ambiente multicultural. En esta ciudad, puedes comer una bandeja paisa en el Patacón Pisao de Delicias, bailar una bachata en la Esquina Caribeña de Cuatro Caminos o beber un té sirio de Montera y así un largo etcétera. Este ambiente, que lleva mucho tiempo entre nosotros, lo proporcionan los inmigrantes, con sus bodegas (tiendas), restaurantes, bares y discotecas, vida en las plazas, … Los tenemos al lado y, para la mayoría de los españoles, son invisibles.

Digo esto con conocimiento de causa, por eso mi temor a las respuestas afirmativas antes mencionadas, en la mayoría de estos lugares, o soy el único español o de los pocos. Y menos si descartamos a los que llevan intenciones lascivas con las mujeres extranjeras, son muchos los sátiros que acuden pensando que la precariedad económica les facilita las cosas.

Siempre me he quejado que ese desinterés, por conocer a personas que tenemos a nuestro lado y que provienen de otros lugares, es mas grave cuando lo comete quien se siente de izquierda. Sinceramente, no los he visto acercarse.

De esta manera, el contacto que tienen con españoles, es más bien escaso y, a veces, no muy recomendable como antes describí. Son trabajadores que, por su desorientación, a veces son víctimas de sátiros, desaprensivos o timadores. Deberíamos ser las gentes de izquierda, los progresistas; los que diéramos la bienvenida a los inmigrantes. Salvo honrosas excepciones a título individual o colectivo (ONGs), eso no ocurre.