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Eluana y los hambrientos

Fuentes: Rebelión

Se está hablando mucho de una mujer italiana que lleva 17 años en coma. Algunas personas, contrarias a la desconexión de las máquinas que la mantienen en un estado de vida vegetativa, aluden al «sufrimiento que supone morir de hambre y de sed». Me pregunto si lo dicen por ignorancia o a sabiendas de que […]

Se está hablando mucho de una mujer italiana que lleva 17 años en coma. Algunas personas, contrarias a la desconexión de las máquinas que la mantienen en un estado de vida vegetativa, aluden al «sufrimiento que supone morir de hambre y de sed». Me pregunto si lo dicen por ignorancia o a sabiendas de que están falseando la realidad. Quien esto suscribe estuvo 20 días en coma. Estar en coma es como estar muerta. (En mi caso, fue una muerte reversible; en el caso de Eluana, esa posibilidad ya no existe). Una persona en coma está inconsciente y es completamente insensible. Una persona, mientras está en coma, no es persona. Por tanto, no sufre de hambre ni de sed ni de nada.

No niego que a este argumento se le puede dar la vuelta afirmando que, ya que Eluana no sufre, no hay razones para practicar la eutanasia. Ciertamente, mucho más grave es el caso de personas conscientes que están sufriendo lo indecible y a quienes no se les permite poner fin a su vida. En el caso de esta mujer, es su familia la que sufre. Los medios de comunicación nos enseñan la foto de una joven guapa y sonriente. Pero lo que ven sus padres no es eso: ellos ven a su hija perforada por tubos, atada a una máquina, una muerta viviente.

Algunas personas llaman asesinos a los que quieren desconectar la máquina que mantiene las funciones vegetativas de Eluana. No llaman asesinos a los que mantienen un sistema económico por cuya causa miles de hombres, mujeres y niños mueren diariamente de hambre. Personas conscientes y sensibles. Personas que sí sufren. Personas que sufren día a día el infierno del hambre.