Recomiendo:
0

Empleo y desempleo

Fuentes: El Telégrafo

Las recientes cifras del desempleo, publicadas por el INEC, reflejan su incremento durante el primer trimestre de este año. El desempleo en marzo se ubicó en el 9.1%, en el mismo mes del año anterior fue del 8.6% y en diciembre pasado alcanzó el 7,9%. Entre marzo de 2009 y marzo de 2010, se evidencia […]

Las recientes cifras del desempleo, publicadas por el INEC, reflejan su incremento durante el primer trimestre de este año. El desempleo en marzo se ubicó en el 9.1%, en el mismo mes del año anterior fue del 8.6% y en diciembre pasado alcanzó el 7,9%. Entre marzo de 2009 y marzo de 2010, se evidencia un leve incremento del desempleo en Quito, con una reducción en Guayaquil, Cuenca, Machala y Ambato. Si se compara marzo de este año con diciembre pasado, Quito y Guayaquil muestran cifras crecientes de desempleo, mientras que en las otras tres ciudades se reduce. El subempleo mantiene una cifra superior al 51%.

La agenda neoliberal establecía como principal objetivo de la política económica el control a ultranza de la inflación. Esto llevó, en muchos de los casos, a sacrificar la generación de empleo. El fundamentalismo de mantener una inflación baja llevaba a restringir la liquidez en la economía, interrumpir los circuitos de transferencia de dinero y, con esto, se disminuía la demanda de bienes y servicios, el sistema productivo y empresarial bajaba su ritmo de crecimiento, trayendo como consecuencias un incremento del desempleo y subempleo.

Una política económica heterodoxa, que apunte a la construcción del socialismo del siglo XXI, debe priorizar la agenda de generación de empleo sin atarse a las demandas de acumulación del capital. De hecho, en la Constitución de Montecristi se establece como objetivos de la política económica incentivar la producción nacional e impulsar el pleno empleo. Por lo tanto, se debe reconocer y alentar las diversas formas de trabajo, como base fundamental para lograr procesos de redistribución de la riqueza en una sociedad tan diversa e inequitativa como la ecuatoriana. Si bien todavía los efectos de la crisis económica mundial del año 2008 siguen teniendo repercusiones negativas en el crecimiento mundial y en el empleo, no es menos evidente que la política económica del Gobierno está en deuda con la generación de empleo.  Esta deuda debe saldarse con mecanismos integrales que coadyuven a democratizar el acceso a los factores de la producción: el crédito, la maquinaria, la tecnología, los insumos, la capacitación. Hay que atender preferentemente a los pequeños y medianos productores y empresarios. En paralelo hay que crear y fortalecer especialmente los mercados internos y también los regionales, como plataforma de lanzamiento de la economía ecuatoriana en la economía mundial. La estrategia basada en la subordinación de las micro, pequeñas y medianas empresas a unas cuantas empresas grandes que comercializan lo que las otras producen, no da más, está agotada.

Adicionalmente, es fundamental generar políticas de incentivos en sectores altamente demandantes de mano obra: la construcción, la manufactura, la agricultura, el turismo. Igualmente, son necesarios mecanismos para articular a un creciente número de personas con adecuados niveles de formación hacia los sectores de bio-conocimiento y desarrollo tecnológico de cara a fortalecer el proceso de reconversión productiva y superar el modelo extractivista primario exportador.

Hugo Jácome es Catedrático de FLACSO

http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnista/archive/opinion/columnistas/2010/04/18/Empleo-y-desempleo.aspx