Con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, el “demócrata” Robert (Bob) Menéndez, de 67 años -nacido en Cuba- fue nombrado nuevamente presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y está haciendo lo indecible para arreciar el bloqueo económico y financiero que Estados Unidos mantiene contra Cuba y Venezuela.
Con un oscuro pasado de corrupción, Menéndez anunció su intención de presentar una ley que actualizaría la denominada Ley Verdad (Venezuela Emergency Relief, Democratic Assistance and Developpment) de 2019, aprobada durante la gestión de Donald Trump, que buscaba darle soporte legislativo a la política de cambio de gobierno adelantada hacia Venezuela.
La ley de 2019 se caracterizó por codificar las sanciones, limitar las posibilidades de levantarlas, imponer el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente y darle un peso decisivo a las acciones dirigidas a dividir las fuerzas militares venezolanas. Ya en setiembre de 2021 la Asamblea Nacional (AN) venezolana había manifestado su rechazo a las declaraciones injerencistas de Menéndez contra el gobierno de Venezuela y la ronda de diálogo y negociaciones con las oposiciones realizadas en México, con la facilitación de Noruega y el acompañamiento de los Países Bajos y Rusia.
Demás está decir que Menéndez es un político cuyas posiciones sobre política exterior están aún hoy marcadas por la Guerra Fría, lo que explica su intento por ampliar potenciales castigos, a pesar de que los hechos han demostrado que las políticas seguidas en el caso cubano no han dado resultados.
Menéndez, como tantos otros legisladores, sigue creyendo que América Latina es el patio trasero de Estados Unidos, por lo que no puede estrañar la elaboración de este tipo de leyes, dirigidas a intervenir sobre poblaciones y electores distintos a los propios.
De ser aporbada la propuesta del cubanoestadounidense, podría intensificar las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. La revisión legislativa busca otorgarle rango de ley a las recompensas establecidas por el Departamento de Estado sobre el presidente Nicolás Maduro y otros funcionarios. También obliga a que el presidente Joe Biden remita a la Interpol esos casos para notificaciones rojas.
Asimismo se establece la apropiación por EEUU de los fondos retenidos en casos penales de venezolanos, que legalmente tendrían que ser enviados a Venezuela. Ya con anterioridad, Trump había utilizado parte de estos recursos para la construcción del muro en la frontera con México, recuerda el politólogo venezolano Leopoldo Puchi.
Por otra parte, el texto autoriza a la Comisión de Liquidación de Reclamaciones Extranjeras para los reclamos monetarios de ciudadanos estadounidenses, lo que permitiría la liquidación de activos venezolanos por parte de los Departamentos de Justicia y el Departamento del Tesoro. Esta disposición podría tener graves implicaciones para la economía de Venezuela.
Otro elemento de relevancia es que se establece la apropiación por Estados Unidos de los fondos retenidos en casos penales de venezolanos, que legalmente tendrían que ser enviados a Venezuela. Ya con anterioridad, Donald Trump había utilizado parte de estos recursos para la construcción del muro en la frontera con México.
Una historial de corrupción
Menéndez enfrentó en 2017, 18 cargos por fraude, soborno y corrupción, y salió absuelto, gracias a Donald Trump. Son las cosas que suceden en Estados Unidos cuando un sujeto tiene dinero y relaciones en las altas esferas políticas, dijera Hedelberto López Blanch. No solo acumuló un largo historial de acciones contra Cuba, Venezuela, Nicaragua y gobiernos o movimientos populares de América Latina y el Caribe, sino que integró también las redes de la corrupción.
En aquella ocasión, el ultraderechista senador demócrata fue acusado, entre otros cargos, de haber recibido 750 mil dólares en forma de donaciones a su campaña, regalos, viajes en avión privado y lujosas vacaciones pagadas por un benefactor a cambio de que defendiera sus intereses de negocio. En el centro de la controversia estaba su relación con Salomon Melgen, un oftalmólogo de Florida.
La revista mexicana Por Esto, tras realizar una recopilación de varias publicaciones del sur de La Florida, Nueva York y Nueva Jersey, relató en la edición del 7 de septiembre que Menéndez fue acusado de haber recibido cerca de 800 000 dólares en donaciones a sus campañas, regalos, viajes en avión privado y lujosas vacaciones pagadas por Salomón Melgen, un oftalmólogo multimillonario de La Florida, a cambio de que abogara por sus negocios.
Según la acusación, el senador se reunió con altos funcionarios del programa de asistencia pública sanitaria Medicare, con el propósito de que el médico no tuviera que pagar millones de dólares a la agencia. También hizo que funcionarios del Departamento de Estado gestionaran visados para amigas de Melgen.
El fiscal Peter Koski declaró que “este caso se trata de un político corrupto que vendió su oficina del Senado por una vida de lujos que no podía pagar y un médico codicioso que puso a ese senador en su nómina”.
The Washington Post, el 7 de septiembre, señaló el papel de Menéndez “en obtener visas estadounidenses para novias extranjeras, tratar de resolver una disputa de facturación de 8,9 millones de dólares con el programa Medicare y un intento de ayudar al oftalmólogo a ganar dinero con un contrato de seguridad portuaria por medio millón de dólares en República Dominicana”.
Al final, y bajo una serie de artimañas, como ocurre en el sistema judicial estadounidense, el senador Bob Menéndez y su amigo millonario Salomon Melgen fueron absueltos al sellarse el caso. Al menos seis de los asistentes del senador, pagados por el gobierno y por los impuestos de los contribuyentes, hicieron llamadas y enviaron cartas a su nombre, solicitando visas para las jóvenes de 20, 22 y 27 años -hoy residentes en EEUU- que Melgen, casado y de 60 años, quería “importar”.
Además fue acusado en otra ocasión de disfrutar en el país caribeño de los favores de prostitutas menores de edad facilitadas por Melgen.
Pero su prontuario delictivo comenzó casi con su carrera política. El legislador se libró de la cárcel en 1982 cuando aceptó un trato con los fiscales federales para declarar contra su mentor Bill Musto, entonces alcalde de Union City (Nueva Jersey), en medio de una investigación sobre una extensa trama de corrupción política en el condado de Hudson.
En abril de 2017, un Gran Jurado acordó los cargos penales contra Menéndez y Melgen, lo que llevó al The New York Times a pedir la dimisión del senador. Los fiscales argumentaron que Melgen le costó a Medicare, a las aseguradoras privadas y a los pacientes entre 75 millones y 150 millones de dólares al diagnosticar mal y maltratar a decenas de personas con degeneración macular húmeda. En algunos casos, facturó para el tratamiento de prótesis y ojos ciegos.
A los corruptos Menéndez y Melgen se les acusó de tener una relación de «quid pro quo”, que se remonta a 2006. Según los fiscales, a cambio de lujosas vacaciones y grandes donaciones a los fondos de de su campaña, Menéndez usó su poder para defender diversos intereses personales y comerciales de Melgen dentro del gobierno.
A mediados del 2013, las autoridades descubrieron que Menendez había viajado a República Dominicana entre el año 2008 y el 2010 varias veces en el avión privado de Melgen. En enero del año pasado el senador se vio obligado a reembolsar al oftalmólogo por esos viajes y le facilitó un cheque de 58.000 dólares.
También en 2015, el impresentable rey español Juan Carlos entregó en Washington a Menéndez el premio Bernardo de Gálvez que otorga la Fundación consejo EEUU-España, en reconocimiento a su contribución al enriquecimiento… de las relaciones entre ambos países.
El corrupto senador, sin rubor alguno, se ha empeñado en recrudecer el sexagenario bloqueo genocida a Cuba y en fomentar el golpismo y la violencia fascista en Venezuela. Si hubiera justicia en su país, debiera estar preso.
* Mirko C. Trudeau es Economista, politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)