Hay momentos en la vida de los pueblos en que se necesitan acciones rápidas y efectivas para marcar el territorio frente a nuestros enemigos. Estamos en uno de esos períodos claves, a no dudarlo. La razón fundamental es -cuando no- la ofensiva que ya se ha puesto en marcha para embestir nuevamente contra Venezuela Bolivariana […]
Hay momentos en la vida de los pueblos en que se necesitan acciones rápidas y efectivas para marcar el territorio frente a nuestros enemigos. Estamos en uno de esos períodos claves, a no dudarlo. La razón fundamental es -cuando no- la ofensiva que ya se ha puesto en marcha para embestir nuevamente contra Venezuela Bolivariana a partir del sorpresivo anuncio efectuado por el comandante Hugo Chávez sobre su enfermedad.
La oligarquía que hasta antes de 1998 había convertido a Venezuela en una dependencia carnal del imperialismo norteamericano, esa que no ha dejado de hostilizar al proceso revolucionario desde sus inicios, se relame pensando que por fin ha encontrado una grieta por donde colar su discurso desestabilizador, y para ello cuenta con la complicidad de toda la canalla mediática (nacional y mundial), que lanza consignas tendientes a exigir el reemplazo inmediato del líder bolivariano. Para muestra de su miserabilidad, basta lo hecho por la cadena televisiva gringa CNN, señalando que «el régimen cubano» -como les gusta denominar a la gloriosa Revolución motorizada por Fidel y Raúl- haya colocado un doble a la hora del reciente anuncio realizado por Chávez sobre su dolencia. Son capaces de eso y mucho más.
Sin embargo, el Comandante volvió a ponerlos nerviosos. Desde La Habana, el mejor sitio para recibir atención médica, sea el paciente un presidente o un anónimo poblador, Chávez ya dio señales claras de que muy pronto se volverá a reunir con su pueblo para seguir avanzando en un rumbo que no tiene retorno. Esto significa que continuará construyendo Patria Socialista allí donde el capitalismo había arrasado con las aspiraciones de los más humildes, como sigue ocurriendo en otros países del Tercer Mundo adonde no soplaron ni soplan vientos emancipatorios.
Ahora más que nunca es necesario refrescar nuestra memoria: con el liderazgo revolucionario de Hugo Chávez, el pueblo conquistó alfabetización plena, se pusieron adelante todo tipo de Misiones que además de romper las ataduras burocráticas, convirtieron la salud y la educación en un objetivo alcanzable por aquéllos y aquéllas que hasta el inicio de la Revolución nunca había tenido acceso a las mismas. Se redujo la pobreza extrema y la mortalidad infantil a la mitad de los índices vividos durante la Cuarta República, su pusieron en marcha iniciativas como los Bancos Comunales, Banco de la Mujer, y se tomaron medidas para aumentar la producción interna, la importación y la distribución de alimentos a bajo costo gracias a numerosas plantas de propiedad social. Millares de vecinos se agrupan hoy en los Consejos Comunales, herramienta indispensable para el desarrollo del Poder Popular. También se propulsó el apoyo oficial a los medios de comunicación alternativos para vencer, poco a poco el discurso único propiciado por el Imperio. Ni qué decir de lo que significa esta Revolución a nivel del continente latinoamericano y el Tercer Mundo, generando día a día iniciativas para romper la dependencia, generar un nuevo discurso para enfrentar las insolencias de Washington y llevar adelante propuestas liberadoras como el ALBA, Petrocaribe, Banco del Sur y la futura constitución de la CELAC. Todo esto y mucho más es Venezuela Bolivariana liderada por Hugo Chávez. Y por ello, en estos momentos difíciles es que hay que unir todas las solidaridades del mundo para arropar a una Revolución que también es nuestra por habernos impregnado de dignidad y mil propuestas para recuperar la autoestima continental. Hoy nos sumamos al pueblo venezolano en su consigna de lucha: ¡Pa´lante Comandante! , que es como decir «No lo intenten» , porque somos muchos para defender la continuidad de la Revolución. Lo decimos desde la libertad de criterio de que siempre defendimos a este proceso liberador, pero también desde la reivindicación del pensamiento crítico que nos llevó a marcar muy fraternalmente algunas diferencias surgidas de la interpretación de sus políticas de Estado.
Venezuela sin su pueblo revolucionario no sería lo que es hoy, un ejemplo para los luchadores y luchadoras de todos los continentes. Pero ese pueblo que abraza con amor y confianza el liderazgo protagonizado por Hugo Chávez Frías, es precisamente el que nos convoca a la unidad y el compromiso de llevar adelante otra consigna surgida de un criterio solidario de ida y vuelta: «amor con amor se paga» . En ese sentido, y en muchos otros, usted podrá contar con millones de voces y acciones, Comandante. En esta hora de los pueblos, lo necesitamos para seguir avanzando, por la Revolución y el Socialismo. Para alcanzar la Segunda e irreversible Independencia latinoamericana, como quería el Che.
* Carlos Aznárez es Director de Resumen Latinoamericano
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