Desde que el Hombre es Hombre lleva buscando La Seguridad. Atapuerca nos relata como aquellos seres que -parecidos a nosotros- habitaban aquellos parajes hace 1.400.000 años eran también buscadores de seguridad. En pos de ella se reunían en grupos pues pensaban que eso les defendía mejor de las vicisitudes de la vida. ¡Claro que! en […]
Desde que el Hombre es Hombre lleva buscando La Seguridad. Atapuerca nos relata como aquellos seres que -parecidos a nosotros- habitaban aquellos parajes hace 1.400.000 años eran también buscadores de seguridad. En pos de ella se reunían en grupos pues pensaban que eso les defendía mejor de las vicisitudes de la vida. ¡Claro que! en aquellos tiempos también el de al lado podía en un momento dado abalanzarse sobre ti blandiendo una cachiporra para arrebatarte el bocado que ibas a ingerir, pero, aún y todo compensaba, pues el riesgo era menor que el que se corría estando solo entre las fieras. En aquellas cuevas burgalesas se perseguía la seguridad a través de la solidaridad y de la unión. La incipiente racionalidad les aconsejaba esos sistemas como más útiles que el gruñido y la fuerza, pues el concierto de voluntades permitía el descanso sin sobresaltos. Es decir, primaba el acuerdo sobre la fuerza, sin embargo -ahora que, teóricamente, somos más racionales- pareciera que hubiéramos vuelto al gruñido controlador pues estamos intentando conseguir la seguridad mediante el control y la represión de las libertades, y no mediante la concienciación y la racionalidad.
Esa preponderancia del gruñido avisador que somete a control a todos los posibles enemigos no es otra cosa que el clásico enfrentamiento por el poder. Los pocos Mandamases que actualmente lo detentan quieren seguir haciéndolo a costa de cualquier cosa y buscan excusas y pretextos cualesquiera para tener controlados a los demás. Desde hace un tiempo esos pocos se han dado cuenta de qué, una vez que el individuo tiene comida y cobijo pretende llegar
Cómo en las democracias, teóricamente, manda el pueblo será el pueblo quién haya de aceptar esas nuevas reglas de control social. De no ser votadas por el pueblo «soberano» esas normas que asegurarán la preponderancia de los Mandamases no llegarían a ser efectivas y el desmadre de la nueva concienciación crecería como un virus de forma tal que llegaría un momento que las masas populares cuestionarían cosas tan incuestionables como el tráfico de armas, o el precio de la hora trabajada por los esclavizados asiáticos o africanos o…. Las masas en su vesania llegarían incluso a solicitar el derecho a la educación para todos los nacidos en el mundo. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Así pues, <
El juez Garzón en la página 284 de su valiente libro Vivir sin miedo cuenta como la CIA estadounidense equipó, a finales de los ochenta, a un ejército de muyahidines para que expulsasen de Afganistán a la URSS y que en ese mismo contexto nació la figura y el liderazgo de Osama Bin Laden y al-Qaida quienes recogieron bajo su protección a los muyahidines que habían sido abandonados por la CIA al haber ya cumplido su objetivo.
Así pues, diez años más tarde nos encontramos que bajo el mando de un antiguo agente secreto y ex-socio de la familia Bush, tenemos un ejército de fanáticos integristas (fanatizados en su integrismo por la mismísima CIA). Tan formidable ejército es comprensible que no se le quiera tener de brazos cruzados puesto que cuesta mucho su mantenimiento y además esas gentes tan belicosas se pueden volver contra el objetivo más impensable. Así pues, parece conveniente entregarles otra u otras misiones. Al igual que en su momento la CIA convenció a los muyahidines para que atacaran -sin tener plena conciencia de ello- a los intereses soviéticos, igualmente se les podía, y se les puede, dirigir hacia otros objetivos. Objetivos, tales como el 11S, el 11M o el 7J, que, mediante la implantación del terror popular, faciliten pretextos para atacar Irak y apoderarse del petróleo, o den excusas para implantar nuevas medidas de control que dificulten el flujo de esas ideas nuevas y peligrosas para el orden establecido. Es decir, el silogismo es el siguiente: los terroristas siembran el terror entre las masas occidentales y éstas atemorizadas aceptan -como mal menor- el recorte de libertades propuesto, con lo que se asegura el control social de las ideas perniciosas para los intereses de los Mandamases
La Historia reciente nos cuenta como tras el 11S el pueblo estadounidense admitió el recorte de sus libertades a través de la Patriot Act, recientemente renovada y ampliada. Y que la colonia de USA, Reino Unido, actuó como la metrópoli rebajando también el nivel de libertades y ampliando el grado de control. Las filmaciones de la vida cotidiana de los individuos, las grabaciones de sus conversaciones así como el archivo de sus correos electrónicos son ya cuestión habitual en ambos países. Las ordenes de ejecución sin previo juicio: los Wanted vivo o muerto, de las figuras de la baraja ya nos dejaron atónitos a los demócratas de medio mundo, pero, el asombro, está visto que no tiene límites, pues ahora descubrimos que la policía británica estaba autorizada a tirar a matar desde poco después del 11S, solo que no había tenido la ocasión apropiada hasta el pasado día 22 de julio. El Gran Hermano ya está instaurado en esos, antiguamente democráticos, países y lo estaría también en España si el PP se hubiera mantenido en la Moncloa, pues no hay mas que recordar las terribles (por antijurídicas, antidemocráticas e ilegales) declaraciones del presidente (elegido en tiempos del PP) del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Sr. Hernando.
Francia según declaraciones de Villepin imitará a GB en cuanto a la implantación de cámaras y al incremento de los tiempos de detención sin necesidad de formular cargos. ¡En fin! el retroceso de las libertades populares parece imparable. Los terroristas están consiguiendo sus objetivos, el ejército de terroristas al servicio de los fines de los Mandamases está ganando la batalla.
Pero…. ¿Contribuye en algo a la seguridad colectiva el control de los asistentes a las bibliotecas? ¿Acaso son ahora las bibliotecas centros de perdición? ¿Cuándo comenzará la inquisitorial quema de libros? ¿Cuándo eran los Bobbys más seguros para lo población, cuándo llevaban sólo silbato, porra y esposas o ahora que llevan
¡No nos autoproclamamos racionales! Si así fuera ¿no sería más racional seguir -como los atapuercanos- la antigua senda de la solidaridad y el dialogo entre los distintos componentes de la sociedad global actual, y no volver a la animalidad del gruñido y la ferocidad? ¿En qué porcentaje el cerebro de algunos se asemeja al de las fieras?
Mi cabeza no puede dejar de repetirlo: estamos asistiendo al gruñido y al zarpazo de esos pocos Mandamases que a través de sus buques insignia: las Compañías de Inteligencia ¡qué tamaño de cinismo llamarle inteligencia a eso! o de las mafias, o de los cárteles del crimen, o de las brigadas del fundamentalismo o… se dedican, mediante aterradores atentados cometidos en el seno del pueblo más llano a crear el caldo de cultivo para que las asustadas masas aceptemos dócilmente y como mal menor, la perdida de las libertades que con tanto esfuerzo fueron conquistando para nosotros generaciones anteriores. ¡No cedamos ante semejante atropello! ¡No nos dejemos engañar por sus patrañas! ¡Exijamos nuestro derecho a vivir en libertad! ¡No aceptemos las envenenadas manzanas que nos ofrecen nuestros vendidos dirigentes! ¡¡RECHACEMOS EL RECORTE DE LIBERTADES!!
Aquellos que me puedan llegar a leer pensarán que mi imaginación es calenturienta y que empiezo a desvariar, simplemente les reconduzco a libros como el recientemente aparecido libro El Club Bilderberg de Cristina Martín donde podrán encontrar algo de la punta del iceberg de la realidad de lo que denomino los Mandamases.
Notario