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En su libro Malestar global, Chomsky aborda el uso de la tecnología para vigilar y controlar

Fuentes: La Jornada

¿Por qué los sistemas político y económico siempre hacen uso de la tecnología y de la mercadotecnia? ¿Cómo logran las plataformas digitales controlar la actitud y la creencia de las personas? ¿Por qué los jóvenes viven una cultura de exhibicionismo y se ofenden menos ante el espionaje electrónico? Esas y otras reflexiones se entretejen en […]

¿Por qué los sistemas político y económico siempre hacen uso de la tecnología y de la mercadotecnia? ¿Cómo logran las plataformas digitales controlar la actitud y la creencia de las personas? ¿Por qué los jóvenes viven una cultura de exhibicionismo y se ofenden menos ante el espionaje electrónico?

Esas y otras reflexiones se entretejen en Malestar global, ejemplar más reciente de Noam Chomsky, quien plasma sus conversaciones con David Barsamian, fundador y director de Alternative Radio, programa semanal independiente que se transmite desde 1986 en casi 250 estaciones de radio.

La iniciativa editorial, publicada por Sexto Piso en colaboración con la Universidad Autónoma de Nuevo León y traducida por la editora española Magdalena Palmer, recopila 12 entrevistas elaboradas por el filósofo y lingüista entre 2013 y 2017.

Los textos abordan el espionaje estatal y la democracia, los conflictos en Medio Oriente, los sistemas de poder, el Estado Islámico, la memoria selectiva, el miedo, las alianzas y el control, la raíz de los conflictos, la sociedad, las elecciones y votos, las crisis y el ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Una de las premisas más polémicas de David Barsamian (Nueva York, 1945) gira en torno a la vigilancia generalizada de las comunicaciones telefónicas e Internet por el Estado y que han causado consternación en Estados Unidos y el resto del mundo.

«Los sistemas de poder siempre harán uso de las tecnologías y de los medios de control y dominio que tengan a su alcance. No debería sorprendernos que estos recursos también se utilicen para dirigir las actitudes y las creencias de la gente. Sin embargo, el espionaje electrónico parece ofender menos a los jóvenes, pues ellos viven una cultura de exhibicionismo: todo lo publican en Facebook.

Pero hay una considerable distancia -añade el también escritor- entre recopilar datos y utilizarlos. Uno de los aspectos más positivos (por decirlo de algún modo) es que probablemente las autoridades no son competentes para utilizar el material que reúnen. Aunque la justificación del gobierno es que tenemos que sacrificar la privacidad en aras de la seguridad.»

Ante el alud de cuestionamientos del tenaz activista, Barsamian profundiza sobre -las que considera- los problemas más urgentes e impostergables de la esfera internacional al advertir: Estamos dejando una herencia sin concesiones ni frutos a nuestros nietos. No hay beneficios, por el contrario, les cedemos problemas y amenazas devastadoras como el cambio climático o la nueva carrera armamentística nuclear.

En notas más personales, Noam Chomsky (Filadelfia, 1928) narra detalles de su niñez acerca del papel fundamental que cobró para su formación una librería de segunda mano, ubicada en Nueva York, en la década de los 30 del siglo pasado, antes de cumplir 10 años de edad, hasta convertirse en el disidente número uno de Estados Unidos y del establishment (régimen que procura mantener y controlar un orden establecido).

Dada la incapacidad del sistema de gestionar las amenazas que genera, está en nuestras manos concientizarnos para comenzar un cambio radical mediante los gestos más pequeños y cotidianos, deduce el politólogo y entrevistador.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/01/16/cultura/a04n2cul