A.- Escribía Xaquín Campo Freire: «Sí. Me duele el alma. Podía ser mi bisnieta. He recorrido los cien kilómetros de Teixeiro a Ferrol en un continuo sollozo. Y ahora estoy escribiendo y llorando. ¡Qué triste morir en la cárcel! Nadie la quería y decidió acabar, dijo con mucha pena una compañera. Y sin embargo […]
A.-
Escribía Xaquín Campo Freire: «Sí. Me duele el alma. Podía ser mi bisnieta. He recorrido los cien kilómetros de Teixeiro a Ferrol en un continuo sollozo. Y ahora estoy escribiendo y llorando. ¡Qué triste morir en la cárcel! Nadie la quería y decidió acabar, dijo con mucha pena una compañera. Y sin embargo fue ella quien hace un mes consoló a su compañero en el desamparo cuando le llegó la noticia de que hacía tres días que un hermano de él había fallecido en una carretera de Madrid. La cárcel, la fábrica del llanto y el telar de las lágrimas. Maldigo a cuántos se les llena la boca diciendo: Que se pudran en la cárcel. Política de baja estofa o de taberna o incluso de alta alcurnia, mientras no les toque a ellos. Nunca entraste en ese lugar. Pues no hables. Y no me refiero al edificio. Estoy hablando de la soledad. La cárcel consiste en eso: un único día que se repite inexorablemente 365 rutinarias veces cada año, multiplicado por los años de condena. ¡Qué poco saben de humanidad los que piden cadena perpetua revisable! Qué fácil es hablar desde un diván confortable arreglando el mundo, a ver quién dice la palabra más gruesa. Que les corten la cabeza, diría la Reina de Corazones. ¡Qué cómodas las butacas de los Parlamentos! 8 de marzo de 2018. ¡Vaya trofeo! Otra mujer sale con los pies por delante. ¿Qué sabréis los que salváis el mundo a golpes de Código Penal? Los códigos penales no salvan a nadie ni arreglan ningún problema. Sólo satisfacen odios vindicativos de los bien situados en el sistema y de cantos quieren sangre de pobres. Porque no nos engañemos. En la cárcel sólo están los pobres».
B.-
Xabier Rey Urmeneta, del barrio iruindarra de Donibane, hallado el 6 de marzo muerto en la soledad sucia de una celda, en una prisión gaditana a 1050 kilómetros de su casa, de su familia, de sus amigos, de sus calles y entorno. Detenido el en 2008 llevaba ya 10 años, siempre en aislamiento, 10 años de puteo, encerrado, con pocas horas de patio, con impedimentos para estudiar pedagogía, con impedimentos para hacer algo deporte, para entretenerse con trabajos manuales. Espacios, funcionarios, normas amasadas desde la venganza y la injuria y destinados al escarmiento y a la aniquilación. ¡Eres una puta mierda!, es la música gubernamental de fondo. Fue condenado a 26 años por ser de ETA y no haber ejecutado ninguna acción armada. Pero, ¡ojo, no lo hizo pero podía hacer, era un joven rebelde! Denunció ante el juez, Santiago Pedraz, haber sido torturado no presunta sino realmente en dependencias policiales: la bolsa, asfixia, patada en los huevos, amenazas con violar a su compañera… Y el juez una vez más, como casi siempre, silbó al viento y colaboró con la tortura. A otros esos mismos jueces les meten en la cárcel por gritar en las redes gora ETA o muera el rey, pero ante la acusación de tortura real y maltrato beben café y sonríen. Han señalado ya jueces europeos que los tribunales españoles, sus jueces y funcionarios, colaboran con la tortura.
El 6 de marzo llevaron a cabo su venganza, Xabier Rey Urmeneta, Antxo, buscó salida en el suicidio, como tanta gente cuando la vida se vuelve chiquero. Son muchos los acusados de ser de ETA y que han sufrido tortura y suplicio en dependencias policiales, que han deseado que los matasen por el suplicio al que estaban sometidos. También ocurría lo mismo en los campos de concentración de antes y ocurre en los de ahora. Hay relatos que estremecen, que indignan, que envilecen. ¡Malditos jueces, malditos funcionarios, maldito gobierno!
Sí, como Xaquín Campo Freire, también a mí me duele el alma, también yo ahora estoy escribiendo y llorando. ¡Qué triste morir en la cárcel a 1050 kilómetros de su familia y de sus amigos cuando había una cárcel semivacía a unos cientos de metros de su casa, cuando en unas condicionas dignas podría haber seguido estudiando pedagogía, realizando algo de deporte o entreteniéndose con trabajos manuales, cuando podría haber seguido siendo un hombre vivo! ¿Por qué sois tan criminales, por qué habéis cortado las alas de una ilusión joven? Lo sabéis, pero os digo de nuevo: ¡Sois unos verdaderos hijos de puta, la muerte es vuestro trofeo!
C.-
Quien lea tradiciones y literatura del cristianismo primitivo vera abundantes alusiones a Satanás y hallará montones de relatos de demonios. Jesús se enfrenta a demonios y espíritus inmundos por todas partes. Da la impresión de que los cristianos viven en un mundo lleno de demonios. Hace unos días el obispo-exorcista Munilla hablaba del demonio en la mujer, recordando a aquellas brujas que se apareaban con Satán.
Un grupo de mujeres el 8 de marzo se mostraron en top-less ante la catedral de Munilla en Donosti en contestación a su discurso, y rápidamente munillenses de pro consideraron blasfemia situarse así ante un obispo y una catedral, sin darse cuenta que obispos y catedrales llevan siglos presentando y exhibiendo a su Cristo en top-less en altares, ábsides y cruces.
La muerte de aquella mujer, María, y Antxo, en la cárcel, descubre, airea y pone en pelotas un mundo carcelario español, organizado más desde la venganza y la miseria moral y humana que desde el respeto y potenciación de valores, destinado a aniquilar al rebelde y a castigar al pobre. Verdadero escaparate de la bajeza humana de nuestros gobiernos, de nuestros jueces y nuestros funcionarios carcelarios.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.