La marcha en la que el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó renovó sus llamamientos a la movilización popular para derribar al presidente constitucional Nicolás Maduro, terminó pacífica y displicentementemente frente a la embajada de Bolivia en Caracas, en un fracaso más de las políticas de Washington y sus aliados venezolanos para terminar con el bolivarianismo. […]
La marcha en la que el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó renovó sus llamamientos a la movilización popular para derribar al presidente constitucional Nicolás Maduro, terminó pacífica y displicentementemente frente a la embajada de Bolivia en Caracas, en un fracaso más de las políticas de Washington y sus aliados venezolanos para terminar con el bolivarianismo.
La elección del punto final de concentración no fue casual. El dirigente opositor, sus mandantes de Washington y el pequeño grupo de sus seguidores esperaba que la renuncia de Evo Morales como presidente boliviano y su salida del país animarían a sus seguidores a echarse multitudinariamente a las calles contra Maduro. Así lo habían anunciado altos funcionarios del gobierno estadounidense. Funcionartios estadounidenses instaron a ver por televisión cómo se reprimía a los opositores: no pasó nada.
La modalidad de los eventos de Bolivia conjugó movilizaciones de calle e intervención de los cuerpos policiales y militares para forzar la renuncia de Evo Morales. En este sentido, Craig Faller, jefe del Comando Sur estadounidense, hizo un llamado a los militares venezolanos para que «cumplan con lo establecido en su Constitución». El canciller Jorge Arreaza respondió: «Denunciamos estos nuevos llamados y acciones injerencistas del gobierno de EEUU para promover un golpe de Estado en Venezuela».
La Conferencia Episcopal de Venezuela también hizo un llamado en la misma dirección a las autoridades militares y policiales. «Es la hora», asegura el documento de la CEV, juagada desde hace mucho en favor de la oposición.
La repuesta la dio el presidente constitucional venezolano Nicolás Maduro, quien aseguró este domingo 17 de noviembre que el diálogo del gobierno con la oposición se mantiene vivo. «Me han subestimado y me siguen subestimando (…) Esta derecha guaidosista también es arrogante, han manejado 400 millones de dólares. ¿Dónde han metido ese dinero? En su arrogancia también se están enriqueciendo», denunció.
«Se ha venido todo el poder de occidente contra nosotros: amenazas de intervención militar, sanciones y dinero: más 400 millones de dólares para financiar a la oposición para tratar de comprar militares, policías, políticos. «La Fiscalía General tiene una investigación sobre el tema de recepción de recursos internacionales, que es ilegal y la corruptela en el uso y distribución de esos recursos», informó el Presidente.
En entrevista con el periodista y exvicepresidente José Vicente Rangely, el mandatario dijo que «en los últimos meses, desde Colombia, hemos desmembrado más de 47 intentos de captar oficiales de los cuatro componentes para tratar de robar misiles de Venezuela y anular los sistemas de sukhoi, de radares fijos y móviles, de torpedos y de defensa misilística de la Armada Bolivariana».
«Sin lugar a dudas, es una Fuerza Armada Nacional Bolivariana que no tiene nada que ver con las fuerzas militares sometidas a la doctrina estadounidense de la Escuela de las Américas, colonizada por la ideología de la seguridad nacional de los Estados Unidos», expresó.
Maduro indicó que recientemente tanto el ministro de Comunicación Jorge Rodríguez como miembros de la oposición venezolana «guaidoncista del G4» viajaron a Europa y han sostenido contactos con el gobierno de Noruega. «Yo creo en el diálogo, porque creo en la convivencia, en el respeto, en la diversidad, creo en la paz; creo que es el camino el respeto a la Constitución, a la paz», dijo .
«La mayoría ya nos ha dicho que va a elecciones parlamentarias, quieren el nuevo Consejo Nacional Electoral para ir con otras garantías a las elecciones de la Asamblea Nacional el próximo año 2020, me parece muy bueno, es un gran mensaje de paz», aseguró Maduro, quien destacó la consolidación de la mesa nacional de diálogo.
«Todo lo que se firmó se está cumpliendo con una nueva dinámica incluyendo la AN en desacato». El establecimiento de una comisión para estudiar el nombramiento de un nuevo poder electoral es en cumplimiento de uno de los acuerdos de la mesa de diálogo nacional, resaltó.
Maduro aseguró, asimismo, que no ve mal que en medio de la crisis venezolana hayan surgido formas de pago con otro tipo de moneda diferente al bolívar: «ese proceso que llaman de dolarización puede servir para la recuperación y el despliegue de las fuerzas del país. Es una válvula de escape, que gracias a Dios existe». Venezuela siempre tendrá su moneda, el bolívar, y vamos a defenderlo», indicó
«Todas las economías del mundo están dolarizadas. Siempre estuvo dolarizado. Lo que pasa es que estuvo dolarizado con los petrodólares del Estado. Ahora ha aparecido un sector de la economía que hace sus intercambios con el dólar u otras monedas convertibles. Yo, quizás lo que diré será un pecado para los dueños de los dogmas, no lo veo mal. Me declaro pecador. La autorregulación es necesaria en una economía que se niega a rendirse».
Maduro planteó que se tiene como objetivo «lograr un crecimiento real y sobre todo generar la riqueza para mantener y expandir los derechos sociales del pueblo», a lo qu catalogó como economía de resistencia.
«Hay una sala de guerra de los gringos y de los apátridas de aquí, que cualquier anuncio o cosa que hacemos, inmediatamente se ponen a trabajar por sancionarlo, por destruirlo, por no permitir que Venezuela se recupere», denunció.
Asimismo detalló: «El Petro (criptodivisa venezolana) tenía hace dos semanas 400 negocios importantes, 400 comercios del país que reciben el Petro, ahora son 27 mil y vamos a activar 27 mil más». «Ese es nuestro modelo, es una fase de resistencia, donde Venezuela tiene mucho todavía que hacer y mucho que dar», definió.
Mientras, el portal OilPrice señala que Venezuela ha incrementado su producción petrolera a 687,000 bpd en octubre. Según Bloomberg, «lo que ayuda a impulsar la producción de crudo venezolano» es que «cada vez más tanqueros» parecen estar utilizando diferentes modalidades para evitar represalias del gobierno de EEUU.
Y Reuters informó que el uso de euros en Venezuela «se disparó» desde que Pdvsa recibe pagos en esta moneda, una estrategia para evitar el sistema financiero estadounidense en medio de sanciones».
El Guidó real, muy devaluado
Pero las protestas del sábado 16 de noviembre, como otras convocadas últimamente, estuvieron lejos de ser masivas y la permanencia de Maduro en el poder no parece más amenazada que antes. Las concentraciones de ambos grupos políticos culminaron la jornada sin mayores incidentes y en tranquilidad en la capital y en varias zonas del país.
El presidente Maduro se declaró victorioso ante lo que denunció como un nuevo intento de la oposición y Estados Unidos para derrocarlo, alentados por la caída de Evo Morales en Bolivia. «Hemos tenido una nueva victoria, la victoria de la paz perfecta», expresó Maduro, al celebrar las «inmensas movilizaciones» del oficialismo o en rechazo al «golpe de Estado» contra su aliado Evo Morales.
«Se volvieron locos (…), voceros enloquecidos desde Estados Unidos (diciendo) que había llegado la hora, que ellos hoy 16 iban a dar un golpe de Estado en Venezuela», indicó, refiriéndose a declaraciones de un alto funcionario y del Comando Sur de Estados Unidos.«En Venezuela no da golpe de Estado nadie, aquí hay pueblo para defender la democracia, la libertad, (…) la revolución, que no se equivoquen», añadió.
El canciller venezolano Jorge Arreaza, le exigió al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, que «respete a Venezuela» y rechazó las declaraciones donde exigió a los militares restaurar la democracia en el país. «Señor @VP Pence, todos sus intentos de desestabilizar a Venezuela y generar un golpe de estado han fallado. Cuide del impeachments y sus asuntos internos. Exigimos respeto a Venezuela», escribió Arreaza.
Más temprano, Pence había instó a los militares venezolanos a «unirse al pueblo» y así restaurar la democracia en Venezuela. «¡El ejército venezolano debería ser una fuerza del bien! ¡El poder de cambiar para mejor está en sus manos!», dijo.
Arreaza también rechazó un tuit del secretario de Estado estadunidense, Mike Pompeo, quien comentó: «Los venezolanos siguen tomando las calles, como lo han hecho día tras día, en ciudad tras ciudad, para demandar que se satisfagan sus necesidades básicas. El régimen corrupto ilegítimo de Maduro intenta silenciarlos, pero como el mundo vio en Bolivia, la voluntad del pueblo siempre prevalecerá». La realidad lo desmintió nuevamente.
Hubo un show de autoproclamados: Jeanine Áñez, quien el martes se proclamó «presidenta interina» de Bolivia en una sesión legislativa sin quorum, pidió a Guaidó en una videollamada: «Con todo mi corazón deseo que libere a ese pueblo venezolano. No es justo que estén viviendo tanta violencia y represión».
Aunque en Venezuela sigue habiendo con frecuencia pequeñas protestas por la falta de agua, gas o gasolina que sufren sus comunidades, las grandes movilizaciones han dejado de ser la tónica. Los opositores venezolanos dejaron de participar en protestas en las calles cuando en mayo se inició -con la mediación de Noruega- una negociación con el gobierno, que hizo aflorar las múltiples divisiones en el archipiélago de la oposición.
Guaidó , increpando a voz en cuello por varios opositores durante la marcha, volvió a prometer «mantener la protesta hasta lograr la libertad», pero el descrédito del abanderado impuesto por Estados Unidos es enorme, revelan hasta las encuestadoras.
No hay líderes creíbles, contestan los ciudadanos, recordando el rosario de fracasos de Guaidó, como el intento de ingreso de la llamada «ayuda humanitaria» el 23 de febrero desde Cúcuta o el farsesco levantamiento militar del 30 de abril. A eso se suman las denuncias de corrupción del círculo íntimo de Guaidó, lo que avivó la balcanización de la oposición.
Mientras Guaidó cerraba su escuálida marcha frente a la embajada boliviana, los seguidores del gobierno escuchaban en la otra punta de la ciudad a Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Constituyente, clamar contra el golpe de Estado fascista que derrocó a Evo Morales. El efecto contagio de Bolivia que anhelaban los guionistas extranjeros de la oposición venezolano no se ha producido: las Fuerzas Armadas continúan del lado del gobierno.
La falta de concreción de las amenazas de Estados Unidos contra Nicolás Maduro ha sido otra de las razones que han hecho desinflarse a la oposición, dice la BBC de Londres. Washington repitió muchas veces aquello de que «todas las opciones están sobre la mesa» para derribar a Maduro, lo que parecía abrir la puerta a una intervención militar en Venezuela. Pero el paso de los meses ha dejado claro que el gobierno de Donald Trump no va a ir más allá de la imposición de sanciones y la presión diplomática contra el mandatario chavista, añade.
Este fin de semana el plan estratégico de Donald Trump, Elliot Abrams y los altos funcionarios estadounidenses, mostró su desfasaje total de la realidad y su llamado a la revuelta quizá consiguió una mayor convicción de los opositores de que los únicos caminos para una salida a la crisis son los políticos: el diálogo, la negociación.
Victoria Korn: Periodista venezolana asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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