Albert Einstein en Julio de 1937 al Congreso de Escritores Antifascistas y al pueblo español: «Lo único que, en las circunstancias que enmarcan nuestra época, puede conservar viva la esperanza de tiempos mejores es la lucha heroica del pueblo español por la libertad y la dignidad humana». 71 años después, en el mismo mes, el […]
Albert Einstein en Julio de 1937 al Congreso de Escritores Antifascistas y al pueblo español: «Lo único que, en las circunstancias que enmarcan nuestra época, puede conservar viva la esperanza de tiempos mejores es la lucha heroica del pueblo español por la libertad y la dignidad humana».
71 años después, en el mismo mes, el 18 de Julio de 1978, Juan Carlos de Borbón celebra el golpe de Estado contra la república Democrática: «Hoy se conmemora el aniversario del alzamiento nacional, que dio a España la victoria contra el odio y la miseria, la victoria contra la anarquía, la victoria para llevar la paz y el bienestar a todos los españoles. Surgió el ejército escuela de virtudes nacionales y a su cabeza el general Franco, forjador de la gran obra de regeneración».
El libro de Título «La batalla de Brunete», de Severiano Montero, Editorial Raíces, nos expone el contexto histórico y la batalla más importante que libro el Ejército Popular de la República contra el fascismo tras su victoriosa defensa de la capital contra los militares genocidas capitaneados por Yagüe, Varela, Queipo, Franco,… todos esos a los que vitorea Juan Carlos de Borbón. Paralelamente a la batalla militar nos encontramos con la batalla política con y en el Comité de No Intervención.
Los republicanos, que habían defendido la democracia desde el primer momento con milicias de voluntarios, sin experiencia guerrera, sin organización estructurada y con una gran deficiencia en conocimientos militares pero con una voluntad asombrosa, encabezados por Vicente Rojo, otros militares leales y el Partido Comunista como factor fundamental, pusieron en marcha la creación del Ejército Popular Republicano, que se fue haciendo, se recreció y se forjó, contra todo pronóstico, en la defensa de Madrid. Los fascistas, tras este importantísimo fracaso, buscan objetivos fáciles , y así cae el Norte, aislado y con medios escasos de defensa; en el frente vasco la correlación de fuerzas era «dos a uno en infantería, seis a uno en artillería, diez a uno en aviación y mayoría absoluta en tanques». Esa superioridad era debida a los envíos masivos de los nazis y los fascistas italianos, que apostaban por un triunfo rápido; el nazi Von Faupel aclaraba: «(Franco) no puede terminar con éxito la guerra sin la constante importación de armas y municiones», y tanto era así que para cubrir las necesidades Franco declaro a sus aliados que aceptaba la creación del Estado Mayor conjunto que estos le reclamaban. En el otro lado, el Comité de No Intervención no fue más que un centro de discusiones en las que siempre salieron bien librados nazis y fascistas, y en ese sentido Azaña escribía: si «alcanzásemos victorias capaces de desnivelar la balanza a nuestro favor, no tardaría en sentirse la acción británica para impedirnos vencer a fondo. En el caso inverso, no creo que nadie se interpusiese para impedir nuestro aplastamiento», y eso que Franco hacía y declaraba sin ambages: «El Estado que quiero constituir es la completa antítesis del que desean los rojos».
En el transcurso de la guerra, el 12 de Abril de 1937, franco presenta el borrador del Decreto de Unificación de sus aliados, Falange era el núcleo de ese Partido único, y la nueva Junta estaría formada por cuatro falangistas y dos monárquicos, él estaría de presidente de la misma. El 26 de ese mismo mes la Legión Cóndor bombardea Guernica, sin que tamaño crimen genere a los nazis y franquistas ningún problema internacional. Tras esto, el 19 de Junio cae Bilbao, … Los republicanos llegaron a plantearse la batalla de Brunete con el propósito de hacer que los fascistas aflojasen la presión en el frente Norte, y se alentaba a las tropas declarando que se iba a «vengar a los soldados de Euzkadi». La batalla tomaba un carácter que la hacía diferente, todos lo supusieron cuando entre los visitantes, cuenta Santiago Álvarez, llegó «Dolores Ibárruri (Pasionaria), recorrió a pie el acantonamiento, la emoción entre los soldados fue enorme, todos querían saludarla, darle la mano, abrazarla. Su visita… era una prueba de que íbamos a realizar algo importante».
Severiano Montero observa la batalla con el mayor detenimiento, contrasta toda la información , presenta mapas geográficos y de movimiento de tropas – el escenario es visitado anualmente el 6 de Julio para recordar y honrar a los republicanos- presenta conquistas y retrocesos, composición de los intervinientes, documentos de estrategas como Lister, escritos de soldados como este pequeño apunte: «A través de la noche nos movíamos con prisa, como fantasmas. Se veían delante las formaciones cerradas y silenciosas que levantaban un polvo ligero, casi imperceptible que nos resecaba la garganta. A los lados se adivinaban las fuerzas de seguridad de la columna. Aquello era otra cosa. A los lados se adivinaban las fuerzas de seguridad de la columna. Aquello era otra cosa. Se había acabado el cuento de los cuatro chulos piojosos que sólo sabían correr ante los facciosos como liebres. Esto ya era un ejército fuerte. La República, por fin se había salvado … Corrió una orden de delante a atrás: «¡Silencio!; estamos cruzando la línea enemiga». Sentí un estremecimiento. Allí estaban los fascistas. Los moros, los legionarios, los señoritos falangistas y esos requetés tragasantos. ¡Se iban a enterar!».
50.000 combatientes de un lado y otro se enfrentaron. El resultado de la batalla más importante entorno a Madrid fue que los republicanos avanzaron y retrocedieron quedándose con unos pocos kilómetros, y Franco, que se quedó con Brunete, no pudo volver a atacar la capital, se encontró con lo que nadie podía imaginar, un Ejército Popular que sorprendió por su valor y entrega a la defensa de la República. Pero poco después empezaría a notar un problema que desde entonces le afectaría y no lo podría resolver, cada vez iba a disponer de menos material, mientras que a los fascistas les iba a sobrar, no dejaba de llegarles, y renovaban las tropas de nazis, fascistas y moros.
En plena batalla de Brunete la fotógrafa Gerda Taro quiso volver a Madrid: Es necesario que llegue a Madrid antes de que termine nuestra ofensiva», quería mostrar al mundo el esfuerzo del pueblo contra el fascismo y la intervención nazi y facciosa, pero sufrió un accidente en el camino y murió. Aun hoy son continuos los homenajes y recuerdos de aquella mujer joven tan heroica; hay un cuento de Juan Eduardo Zúñiga en su magnífico libro «Capital de la gloria» que la recuerda.
Desde el 6 de Noviembre de 1936, junto al pueblo de Madrid combatieron las Brigadas Internacionales, voluntarios venidos de todo el mundo salvando cualquier dificultad, y aquí entregaron su vida en defensa de la república; un escritor checo, Jaroslav Kratochvil, que formó parte de la delegación checa en el II Congreso de Escritores Antifascistas, después de haber estado en Brunete escribió: «La lucha de nuestros compatriotas en España, por la causa general de la humanidad, por la seguridad colectiva y la paz, es muy dura. … Sin una fe absoluta en ésta, sería imposible aguantar todas las pruebas del frente». Mientras Kolstov animaba a los pueblos del mundo a ayudar al pueblo español: «En la lucha se puede participar desde cualquier rincón del mundo. El frente llega muy lejos. Sale de las trincheras de Madrid, atraviesa toda Europa y el mundo …», Churchil, como exponente de los gobiernos occidentales, animaba a reconocer a Franco en base a que tenía ejército y «en cuyo territorio reina orden completo y la vida es normal».
Los españoles resistiendo al fascismo fueron el ejemplo para todos los pueblos en la 2ª guerra, y hoy lo importante es comprender el significado de la lucha por la República, así es como se verá impulsada.
El libro de Severiano Montero es un documento histórico que contrarresta las publicaciones fascistas que nos han inundado y hoy se difunden con arrogancia y se muestran defensas del fascismo como la mencionada de Juan Carlos de Borbón.
Título: La Batalla de Brunete.
Autor: Severiano Montero.
Editorial: Raíces.
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», editada por Fundación Domingo Malagón y Asociación Foro por la Memoria ( www.asociacion.