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Entrumpados

Fuentes: Rebelión

Las ideologías colectivistas en el poder producen una dictadura de una minoría de mediocres que se corrompen. Esto, más el empujón de EEUU y del Vaticano, derribó al comunismo. El poder en manos individualistas origina el hombre como lobo para el hombre que adora la codicia y le son indiferentes sus semejantes. Esto ha sucedido […]

Las ideologías colectivistas en el poder producen una dictadura de una minoría de mediocres que se corrompen. Esto, más el empujón de EEUU y del Vaticano, derribó al comunismo. El poder en manos individualistas origina el hombre como lobo para el hombre que adora la codicia y le son indiferentes sus semejantes. Esto ha sucedido con el neoliberalismo. Y si la izquierda trata de superar su complejo de inferioridad por su fracaso aparece la tercera vía, el relativismo, el posmodernismo y el pensamiento débil que confunde justicia con caridad. Todo le ha fracasado a occidente. Y la victoria de Donald Trump escenifica el rechazo del neoliberalismo y del pensamiento posmoderno.

La gente que ha votado a favor de Trump y que lo hace y lo hará en Europa a favor de posiciones de ultraderecha o ultraizquierda (pero esa ultraizquierda exigua que se mantiene fiel a los principios comunistas) rechaza la salvajada neoliberal (aunque encierre postulados interesantes a favor del sujeto que se esfuerza, en coincidencia con el comunismo clásico) y rechaza la debilidad de unas fuerzas políticas y sociales que no saben dónde ir. Más claro: muchos europeos y norteamericanos no quieren inmigrantes en sus países, están defendiendo su espacio. No es que no sientan la desgracia y los sufrimientos de los migrantes, es que desean adecentar la casa antes de recibir visitas y tal labor exige cuestionar a sus élites.

Las críticas a la victoria de Trump dan la razón a sus votantes. Trump se ha pronunciado contra la perversa globalización, contra el TTIP, contra la Otan, contra la desprotección del desfavorecido, contra la concentración y manipulación mediática, como hace la izquierda europea. Pero ha arremetido de forma indecente contra mujeres, homosexuales e inmigrantes y eso le cuesta la silla eléctrica.

Lo anterior quiere decir que bastante gente apuesta por candidatos de ideas firmes y claras aunque puedan ser descerebrados y carentes de perspectiva histórica. Los flacuchos son rechazados. Sin embargo, eso no significa que los ganadores vayan a llevar a la realidad lo que predican. Se está produciendo una lucha entre privilegiados, a Clinton la apoyaban desde Murdoch hasta Bill Gates pasando por la Time-Warner y la CNN y a Obama le puso casi todo su gobierno Citibank. Ahora, Trump tendrá que lidiar con esos poderes, ¿se atreverá?, ¿se atreverán los europeos? Esto es una guerra, el baile ha comenzado y a él se han auto invitado los fundamentalistas islámicos que van a vengar como sea sus derrotas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.