Recomiendo:
0

Entrevista a James Cockcroft, profesor de la Universidad Estatal de Nueva York y miembro de la Coordinadora Internacional en Defensa de la Humanidad

«Es verdad lo que dice Chávez: socialismo o muerte»

Fuentes: El Siglo

A James Cockcroft lo conocimos en 2003, cuando vino al Seminario Internacional realizado en el Edificio Diego Portales conmemorando los 30 años del golpe de Estado. En esa oportunidad, dio a conocer su libro «Salvador Allende, Textos Escogidos», prologado por Gladys Marín y editado por América Libre y la Universidad Popular Madres de Plaza de […]

A James Cockcroft lo conocimos en 2003, cuando vino al Seminario Internacional realizado en el Edificio Diego Portales conmemorando los 30 años del golpe de Estado. En esa oportunidad, dio a conocer su libro «Salvador Allende, Textos Escogidos», prologado por Gladys Marín y editado por América Libre y la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo.

Actualmente, el doctor James Cockcroft es Profesor de la Universidad Estatal de Nueva York. Participa en la Coordinadora Internacional en Defensa de la Humanidad y en la Coalición Venezuela Estamos Contigo.

En febrero pasado, James Cockcroft presentó en la XV Feria Internacional del Libro Cuba 2006, una reedición de su libro «Los latinos en el beisbol de Estados Unidos», ocasión en que el escritor e intelectual estadounidense residente Canadiense se hizo partícipe de la vigilia en homenaje a las víctimas del terrorismo contra Cuba que tuviera lugar frente a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana.

Su más reciente publicación es «Los latinos en el qué hacer de los Estados Unidos» (Jorale Editores, Cd. México, 2006). Teniendo a su haber, entre otros muchos, «América Latina y Estados Unidos historia y política país por país» [2001) y «La Esperanza de México» (2001).

Contactamos con el destacado escritor y politólogo por correo electrónico, solicitándole un análisis, desde su perspectiva, de los últimos acontecimientos políticos que han ido transformando nuestro continente. Siempre atento y dispuesto, las respuestas no se dejaron esperar, siendo más que un análisis contemplativo, una invitación al debate y a ser parte del cambio.

– Volodia Teitelboim dijo recientemente a El Siglo que el mapa de Latinoamérica se ha ido tiñendo de verde esperanza… ¿Cómo ve usted el proceso latinoamericano? ¿Cuál sería el detonante de los cambios en esta especie de efecto dominó que se ha ido dando en el continente?

«Pues, primero envío saludos al gran compañero Teitelboim. Sí, el mapa de Indo América Latina Africana (*) se ha ido tiñendo de verde esperanza debido a cuatro causas: (1) los movimientos sociales, con las mujeres, indígenas, y jóvenes en las primeras filas, se profundizan y sirven como el detonante de los cambios políticos; (2) en casi todas las elecciones nacionales ganan candidatos de la izquierda o del llamado centro-izquierda, incluyendo candidatos revolucionarios como Hugo Chávez Frías y Evo Morales; (3) aparecen en las comunidades de muchos países -no tanto en algunos como Chile- debates constructivos sobre los conceptos ‘socialismo’, ‘revolución’, y el ALBA, gracias a la llamada de Chávez por «un nuevo socialismo del siglo veintiuno» y una Gran Patria; y (4) el imperialismo norteamericano, empantanado en Irak y con menos apoyo para sus políticas económicas neoliberales que en los años anteriores, aún en Chile, es incapaz de derrotar los nuevos procesos revolucionarios en Indo América Latina Africana, sigue perdiendo votos en la OEA, la ONU, y los encuentros de los ministros de defensa y aún los presidentes en el caso del ALCA, pero precisamente por eso incrementa su apoyo a la criminalización y represión de los movimientos sociales, su militarización de la región, y sus amenazas de intervenir con fuerzas militares y armas nucleares contra países como Irán y Venezuela. Debido a todo eso, la situación es sumamente peligrosa para los pueblos, pero a la vez es sumamente oportuna para acelerar las luchas antiimperialistas y revolucionarias hacia la unificación de los países del Caribe e Indo América Latina Africana y, diría yo, el mundo pues».

– Los cambios ocurridos en América Latina tienen más que nervioso a EE.UU. Aunque hasta el momento ha mostrado cierta civilidad, es impensable creer que Estados Unidos se mantendrá de brazos cruzados mientras se le izquierdiza el continente. ¿Cuáles cree usted serán los pasos del imperio?

«Los pasos del imperio serán muchos y de todo tipo, especialmente la presión económica -las deudas externas, las condiciones de los ‘Alquitas’ regionales y binacionales ya que se ha enterrado el ALCA en Mar del Plata, el genocidio económico gradual del neoliberalismo aún en sus ‘showcases’ de Chile y México donde ha crecido la pobreza y la mala distribución del ingreso (México tiene la segunda peor distribución después de Haití.) El único país en el mundo donde no hay hambre es Cuba. No veo nada de civilidad en las amenazas semanales del gobierno de Estados Unidos contra Venezuela y Cuba, y solamente una civilidad hipócrita en su política frente a Bolivia donde operan sus fuerzas militares, policiales, y mercenarios políticos tratando de socavar el gobierno del presidente Evo Morales. Aún se contempla una ola de invasiones en la región, si fuera necesario, para reprimir las corrientes más revolucionarias. Pero a corto plazo esa locura militarista es poco posible por dos razones: (1) el imperialismo norteamericano está empantanado en Irak, y (2) algunos de los pueblos están preparándose para defenderse, y eso lo hace muy difícil para las fuerzas que invaden. Más probable es la continuación del uso de mercenarios militares como en el caso de los colombianos interviniendo en Venezuela, incluyendo la provocación a través del Plan Colombia de una guerra regional u otras cosas extremas para justificar una intervención norteamericana, o el uso de mercenarios políticos como en el caso de los supuestos ‘disidentes’ en Cuba y varios otros en Venezuela y Bolivia. Pero digo esto: si llegan las bombas y los soldados yanquis, será el comienzo de la derrota final del imperio, desde Indo América Latina Africana y desde adentro de Estados Unidos».

– Una característica que han tenidos los movimientos sociales que han llevado al gobierno a sus dirigentes es que estos no han sido liderados por los partidos de izquierda tradicionales. ¿Porqué cree usted se ha dado esta situación? y ¿cuál es el rol que debieran tomar estos partidos en la actual coyuntura?

«En el siglo pasado, las dictaduras militares latinoamericanas y las guerras sucias del imperio desaparecieron, torturaron, y mataron decenas de miles de militantes de los partidos de izquierda, dejando los partidos casi sin influencia, como en Argentina y Chile que nos dieron el Che, Salvador Allende, Miguel Enríquez y tantos otras grandes figuras revolucionarias, ¡presentes!. Con la caída de la Unión Soviética y el llamado ‘socialismo existente’ de Europa, mucha gente creía que no hubo otra alternativa sino el capitalismo neoliberal, sin darse cuenta que el socialismo soviético no fue el socialismo de que hablaron los grandes pensadores socialistas como Marx, Engels, Lenin Luxemburgo, Trotski, Allende, Castro, y el Che, sino una distorsión autoritaria ‘estalinista’. Algunas pero muy pocos líderes sobrevivieron las guerras sucias para ayudar en la lucha de la década 1990 y principios de este siglo, como nuestra querida Gladys Marín, ¡presente!. Los nuevos movimientos sociales que derrumbaron las dictaduras vinieron desde abajo y comenzaron a reabrir las grandes alamedas de que habló el último presidente chileno verdaderamente democrático y siguen luchando contra el neoliberalismo y las democracias limitadas o ‘lite’ como son en casi todo el continente. En mi opinión, los partidos de izquierda en la actual coyuntura deben tratar de unificarse e integrarse mejor con los movimientos sociales y ayudarles en su lucha de reemplazar los estados oligárquicos y racistas con verdaderas democracias a través de asambleas constituyentes y otras propuestas como lo de Chávez de crear ‘un socialismo para el siglo veintiuno’.

Construyendo Socialismo

– El presidente Chávez ha dicho «o el capitalismo nos acaba o construimos el otro camino que el mundo clama: el socialismo». A nivel teórico, ¿es socialismo lo que se está construyendo en Venezuela?

«Teóricamente no, y tampoco en la realidad porque Venezuela todavía tiene una economía capitalista. Lo importante de Venezuela es que se está llevando a cabo un proceso revolucionario desde abajo, con un líder muy inteligente y capaz, quien debe su vida a los movimientos sociales que le salvaron durante el golpe militar (patrocinado por Washington) de abril 11-14 de 2002 y el régimen de Pedro ‘el Breve’ Carmona.

Este proceso revolucionario está abriendo la puerta a la construcción de una nueva sociedad, ya con más de 8.000 cooperativas y muchas fábricas ocupadas por sus obreros, quienes bajo nuevos sistemas de autogestión y cogestión las operan mejor que durante la época puramente capitalista. Es una sociedad en transición hacia algo nuevo, pero todavía no sabemos claramente como será el socialismo futuro de Venezuela, ni de Nuestra América, ni de la Gran Patria de que habló Bolívar y ahora Chávez. Pero es verdad lo que dice Chávez, ‘socialismo o muerte’, o sea, ‘vida o muerte’ porque el capitalismo está acabándonos».

– Se habla de desarrollar nuevas formas de socialismo. ¿Qué características debería tener esas formas, teniendo en cuenta que hay reformas que no afectan la estructura del capitalismo?.

«Nadie sabe precisamente, porque el socialismo será distinto en cada país según las condiciones históricas, culturales y actuales. Afortunadamente, la época de ‘las líneas correctas’ está muerta. Claro que si las reformas no afectan la estructura del capitalismo, como ya lo están comenzando afectar en Venezuela, el proceso no va hacia el socialismo».

La integración latinoamericana

– Finalmente, los gobiernos de izquierda que han surgido en el continente han nacido con la idea de la unidad latinoamericana como una necesidad vital para continuar en la senda de los cambios revolucionarios, ¿cómo ve esta posibilidad? ¿federación, unión de estados, gran república bolivariana?

«Pues no creo como Washington cree que los nuevos gobiernos del cono sur son ‘de izquierda’. Son del ‘centro izquierda’ y hasta ‘centro derecha’. Los cambios en Brasil, Argentina, y Uruguay no son revolucionarios porque con la excepción de las fábricas recuperadas por las y los obreros y algunas cooperativas no afectan seriamente la estructura capitalista y en muchos casos la fortalecen. Pero sí, los gobiernos de izquierda que han surgido en Venezuela y Bolivia han nacido con la idea de la unidad latinoamericana como una necesidad vital para continuar en la senda de los cambios revolucionarios. Sin unidad cada vez mayor no se puede mantener, defender y avanzar todos los procesos de cambio actuales ocurriendo en lo que José Martí llamó ‘Nuestra América’.

Creo que los mejores pensadores hoy por hoy en cuanto a todo esto son Hugo Chávez, Fidel Castro, y Evo Morales, y debemos aprender de ellos. También es útil aprender de los ‘viejos’, como Trotski, a quien ha citado Chávez tantas veces para defender su creencia en el internacionalismo y el socialismo no autoritario sino participativo. Lo importante es mantener el pluralismo y fortalecer las tendencias socialistas y unitarias de los pueblos en lucha, porque sin unidad y sin lucha no se puede derrotar las formas de control por parte de EEUU y sus gobiernos títeres como los gobiernos de México, Colombia, y partes de Centro América. La solidaridad internacional y la creación de una patria grande de Nuestra América son necesarias. Hay que extender las reformas y los procesos revolucionarios a otros países o sufrir derrotas definitivas. Hay que reconocer que no solamente la administración Bush sino los imperialismos por lo general pueden ganar batallas y durar tanto tiempo más. Por eso Chávez insiste (con Trotski) que las revoluciones o aún las reformas no pueden sobrevivir en un solo país. Hay que desarrollar más rápidamente el ALBA y un MERCOSUR menos neoliberal y todo el internacionalismo de solidaridad económica y política si es que vamos a recuperar las riquezas naturales, incluyendo la riqueza sin la cuál no se puede producir nada, la mano (y cerebro) de obra, el poder productivo humano. Tenemos mucho trabajo que hacer, manos a la obra, pues.

Quisiera terminar esta entrevista con un saludo caluroso de solidaridad a las comunidades obreras chilenas y con una de las demandas principales de los pueblos indígenas de Nuestra América: ¡Que vuelvan nuestros emigrantes, tan valorados y económicamente necesarios en Estados Unidos, Canadá y Europa, a sus tierras natales! Es todo, pues».

(*) Término que prefiero para no dejar invisible los pueblos originarios y los pueblos africanos de lo que se llama «América Latina». Ni este término resuelve el problema debido al hecho, como ha explicado Carlos Montemayor, «que en estricto sentido no ha habido indios ni indígenas en América. Ha habido pueblos y existen pueblos con su propio nombre» [La Jornada, 12 de marzo de 2006] y los pueblos Africanos también tuvieron o tienen sus propios nombres.