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Esmeraldas, otra vez, sufre el abandono estatal

Fuentes: Radio Pichincha

Como si la naturaleza se confabulara con el Gobierno y con las incapacidades estatales para atender a una población y a una región condenada al abandono y a la desgracia, cuando bien podría ser una de las más potentes y ricas, por su gente, por su condición geográfica y por la misma tradición cultural.

Ahora, lo que pudo controlarse con una reacción urgente y emergente, es una tragedia, un ecocidio y tiene un gran impacto contra la población, los ríos y el mar de la provincia de Esmeraldas.

Muchos estarán preocupados por la pérdida de ingresos por el derrame petrolero, pero lo que en realidad cuenta es la vida de la gente, su bienestar, sus condiciones mínimas para desarrollarse como comunidad y como ciudadanía.

Pero las autoridades están más ocupadas en la campaña electoral, en acabar con sus adversarios políticos y por emitir decretos para congraciarse con los sufragantes.

Empezando por el ministro de Gobierno más desastroso de la historia (seguramente solo superado por su amiga María Paula Romo), el Gabinete anda “tejiendo” redes de apoyo, solidaridades oportunistas y un sinnúmero de tareas por fuera de lo que importa este momento.

De hecho, José de La Gasca está más preocupado por incitar a la justicia acciones de persecución política, de acabar con la Vicepresidenta, antes que pensar que lo urgente es atender a los esmeraldeños.

Entonces, ¿qué podemos esperar del Gobierno en atención a la emergencia ecológica de Esmeraldas? Pues nada, en realidad no hay nada que podamos esperar.

Incluso, cuando se solicita información a la Secretaría de Comunicación sobre las cifras del derrame, los barriles de petróleo perdidos y el costo para la economía del Ecuador, esta instancia de atención a la prensa guarda silencio, se muestran extremadamente cautos y hasta recelosos porque saben que de decir la verdad quedaría en evidencia el candidato presidente, las ministras de Energía y de Ambiente.

 Y como ahora están más nerviosos que nunca solo informan de las entrevistas pactadas con medios sumisos y periodistas genuflexos. 

Por eso es que las encuestas dicen lo que luego podría ratificarse en las urnas: más del 54% de la población cree que el Gobierno no realiza una buena gestión en muchos campos. 

Y ese porcentaje también tiene un componente de “no sabe, no contesta”, que puede en verdad ocultar, por temor o recelo, un rechazo mucho más alto.

No es posible aceptar que no hayan atendido de inmediato la rotura del SOTE. Y, mucho más, resulta criminal enviar agua contaminada a los pobladores de Esmeraldas que hoy por hoy sufren de desabastecimiento del líquido vital, comida sana y atención a posibles enfermedades producto del petróleo en el ambiente en general.

En verdad, cada día se consolida más esa idea de que llegaron al poder sin tener ni idea de gobernar, sin equipo ni técnicos capaces, pues los que había los botaron por poner a sus amigos.

Y como no tienen otra cosa más que mentir, ahora le echan la culpa a todo el mundo menos a sus propios errores e incapacidades.