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Cronopiando

Estado de derecho

Fuentes: Rebelión

El teniente Kojak negocia con un extraño tipo el precio de la información y la garantía de no ser procesado. Anuncios. Cierto que no es ético el soborno ni virtud la delación pero, en algún lugar de esta ciudad Jack el Destripador se dispone a atacar. Al volante de su coche y a 200 km […]

El teniente Kojak negocia con un extraño tipo el precio de la información y la garantía de no ser procesado. Anuncios.

Cierto que no es ético el soborno ni virtud la delación pero, en algún lugar de esta ciudad Jack el Destripador se dispone a atacar.

Al volante de su coche y a 200 km por hora Kojak se lleva por delante a una anciana inoportuna. Anuncios.

Cierto que el cumplimiento del deber provoca a veces lamentables accidentes pero, en algún lugar de esta ciudad Jack el Destripador se dispone a atacar.

En acto de servicio, Kojak le aplica la picana en los testículos al dueño del motel en que se aloja el sospechoso y le amenaza con cerrarle el negocio de negarse a colaborar. Anuncios.

Cierto que la coacción o la tortura no son métodos indagatorios propios de un estado de derecho pero, en algún lugar de esta ciudad Jack el Destripador se dispone a atacar.

Kojak tumba la puerta de la 8 y entra disparando seguido de sus hombres. Anuncios.

Cierto que existen las órdenes de registro, de allanamiento, los ayudantes fiscales, pero es preciso actuar con contundencia porque en algún lugar de esta ciudad Jack el Destripador se dispone a atacar.

La mesa se derrumba arrastrando la cena y el televisor estalla y se desploma. En vano trato de incorporarme. Me siento sin fuerzas y apenas soy capaz de recordar nada… sólo los disparos y aquella voz tan familiar. La sangre empapa mi camisa. Alguien a mi lado repone lentamente la munición de su revólver mientras paladea un caramelo. Se está haciendo de noche… y no hay anuncios.

Jack el Destripador ha vuelto a atacar.