El femicidio fue la primera causa de muerte violenta en el país en 2017.
Ecuador terminó el 2017 y empezó el 2018 con la tasa de femicidios más cercana a la letal, e impune, Ciudad Juárez, que al país que un día fue tildado de «isla de paz».
Se superó, de hecho, la estadística de tal ciudad en el año que acaba de concluir: 153 en Ecuador, como recuerdan las cada vez más insensibles estadísticas nacionales, frente a 90 en Ciudad Juárez .
Comparemos población, demografía, extensión territorial, antecedentes, y reflexionemos al final si acaso no es hora de decirlo al mundo, que el Ecuador es un país que mata mujeres a un ritmo digno de su impune cultura patriarcal, en donde nadie parece indignarse de que un super-macho en decadencia (Rafael Correa), hoy haga campaña pública para (y contra) una consulta ad-portas, en nombre de una presunta organización femenina, es decir casi en nombre de las mujeres ecuatorianas.
Pero, más allá de las incoherencias coherentes de una nación desmemoriada; a propósito de la estadística vale añadir, además, que el femicidio fue la primera causa de muerte violenta en el país, como lo recordara el diario «El Comercio» el 31 de diciembre de 2017. Y que no nos digan que no sabían que ésto pasaría, gobernados, gobernantes y ex-gobernantes… que se negaron siempre a ‘tomar el toro por las astas’.
Recuerdo bien, porque recordar es volver a pasar por el corazón, que el colectivo ‘Mujeres Contando’ hizo pública la iniciativa al señor presidente Lenín Moreno, allá en el lejano mayo de 2017, y la volvió a repetir el 11 de julio del pasado y mismo año, para que el Presidente declare el Estado de Emergencia Nacional contra los femicidios y la violencia a las mujeres (anexo 1: la propuesta).
E incluso añadió sus contenidos, componentes, elementos, estrategias, actorías y plazos, ¡para que se haga algo por amor de Dios!, para parar la masacre patriarcal, más allá de la auto-flagelación o auto-satisfacción de los power-point que tanto gustan a los funcionarios estatales o de las agencias internacionales de cooperación.
Hoy, en 2018, lo piden algunas otras organizaciones y colectivos de mujeres -¡enhorabuena!-; porque es evidente que resultó insuficiente la táctica estatal de «la cruzada» (nombre que no fue cuestionado, aunque cruzados y cruzadas recordaran, más bien, la tendencia nacional y universal al dogmatismo, la inquisición y la barbarie: de hecho, la ‘cruzada contra las vidas de las mujeres’, continuó campante).
El Estado, los medios, la academia y la sociedad (también la civil) , aún no salen del letargo nacional que impide atreverse a plantear lo que es, para nosotr@s, evidente: o declaran estado de emergencia integral ante los femicidios, y añaden incluso emergencia educativa ante las violencias y abusos sexuales a niños y niñas (propuesta hecha por el Defensor Público), o la ola de violencia vertical y horizontal seguirá imparable.
La aritmética del horror, con números y cifras que -de no luchar juntas y juntos- llegarán un día a ser anestesiada estadística, a fin de diciembre de 2018 o inicios de enero de 2019, volverá a hacernos sonrojar, llorar o maldecir (anexo 2), sin que nada haya cambiado en realidad.
Insistimos: urge unirnos.
Alexis Ponce: director del programa radial feminista La Cantera; colaborador de Mujeres Contando;
defensor de derechos humanos.
Anexo 1:
Mujeres Contando 11 de julio de 2017
Ecuador: en 6 meses, 76 mujeres víctimas de Femicidio MUJERES CONTANDO EXIGE ESTADO DE EMERGENCIA
* El presidente del Ecuador Lenin Moreno citó este 10 de julio: «Tenemos mucha preocupación por el aumento de femicidios. En estos últimos 6 meses, 76 mujeres perdieron la vida en el país por la violencia machista», y que calificó a los femicidios como «vergonzosos e inaceptables. Llegó el momento de decir ¡basta! Les convoco a la gran cruzada nacional contra la violencia hacia las mujeres y la familia. La violencia de género e intrafamiliar, debe ser atendida como un programa urgente de salud, y seguridad pública. Quien conozca de un caso, debe denunciarlo, tiene que denunciarlo. Por favor. ¡No más silencio! ¡Ni una menos! ¡Ni una menos!».
* Proponemos al primer mandatario a que, en símbolo inédito que por vez primera sería tomado en el continente, acompañe a tal cruzada su declaratoria nacional de «ESTADO DE EMERGENCIA POR FEMICIDIO», que permita generar acciones de inmediato, corto, mediano y largo plazo, recursos inmediatos y a corto plazo, para sustentar campañas de salud, seguridad, educativas, mediáticas, legales, infraestructurales, investigativas, sociales, movilizativas y policiales, en aras de defender a las Mujeres.
* Nosotras y nosotros exhortamos al Presidente Moreno que complemente su estrategia con la propuesta que nos permitimos brindarle.
Anexo 2: link de texto escrito a 4 manos, publicado en la Revista de la Defensoría Pública: ‘Defensa y Justicia’: dic. 2017
http://www.defensayjusticia.go
La benevolente sociedad que tapa la crueldad
Por Amelia Ribadeneira y Alexis Ponce
Todo espejo guarda fantasmas
(Quienes esto escribimos lo hacemos desde nuestra condición de seres humanos sensibles, desde una identidad diversa, quiteña y ecuatoriana con nuestro cable a tierra en el mundo ancho y ajeno al que nunca olvidamos que pertenecemos, y con la edad suficiente en los calendarios de la piel como para constatar, en nuestra militancia en el periodismo, el género y los derechos humanos, para decir, con ustedes, ante el silencio de la pantalla de un ordenador, que estamos muy indignados y alarmados, como ustedes, ante la vergonzosa ola de violencia horizontal contra lo más vulnerable de toda sociedad: sus niñas y sus niños, sus mujeres, sus adolescentes, sus ancianos y jubiladas, sus enfermos de enfermedades catastróficas, sus personas con discapacidades, sus seres diversos de opción sexual distinta, sus jóvenes decapitados por creer en sueños diferentes, sus «extranjeros«, migrantes y refugiados) …
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.