En el año 1948 se fundó el GATT, cuyas siglas traducidas significaba Acuerdo General de Aranceles y Comercio. Un principio básico era que los socios entregaban las listas de sus aranceles de acuerdo a la nomenclatura arancelaria de Bruselas. Esas listas quedaban consolidadas y no podían ser variadas sin una negociación previa con los socios comerciales proveedores. Sobre los criterios del GATT se negociaron en la Ronda Uruguay del GATT los Acuerdos de Marraquech, que son la base normativa de la actual Organización Mundial del Comercio cuyas normas son de cumplimiento obligatorio para todos sus socios, entre quienes están los Estados Unidos de América. Desde la Administración Biden los Estados Unidos violan con sus sanciones comerciales unilaterales las normas sobre las que se basa el orden comercial internacional ejerciendo algo muy similar a un terrorismo comercial.
Con la Administración Trump las cosas han empeorado porque Estados Unidos argumenta ahora que su déficit en la balanza comercial, que viene desde la década de los años 70, es culpa de los socios comerciales que exportan a Estados Unidos, mirando ese comercio legítimo como una especie de parasitismo económico. Hasta la década de los años 70 Estados Unidos tuvo una balanza comercial favorable porque era el mayor exportador de petróleo del mundo. A principios de los años 70 sus pozos se agotaron y comenzó a tener una balanza comercial desfavorable que pagaba emitiendo dólares. Por Eso en el año 1971 no pudo mantener el patrón oro del dólar de 35US$ por onza de oro al que se había comprometido en la Conferencia de Bretton Woods (1948) para que el dólar fuese adoptado como moneda de referencia de valor internacional para los intercambios.
En 1971 Washington cometió un default técnico y desde entonces defrauda a sus acreedores cubriendo su déficit comercial con dólares sin fondos ni respaldo alguno. Una situación que se prolonga desde hace más de 75 años. Una situación que es justo lo contrario de lo que proclama el el presidente Trump. Estados Unidos es el parásito económico de sus socios comerciales, que le entregan bienes y servicios de un valor real intrínseco a cambio de unos dólares sin fondos que solo tienen valor porque circulan.
Circulan porque Estados Unidos era el mayor mercado del mundo. Eso ya no es cierto, ahora el mayor cliente del resto del mundo es la República Popular de China. China ahora es el principal mercado para la Unión Europea, para África, para Latinoamérica y el Sur global e incluso para los propios Estados Unidos.
Estados Unidos usa el término aranceles recíprocos para confundir sobre lo que son alzas importantes de aranceles subidos de modo unilateral en violación de las normas internacionales que rigen el trato entre socios comerciales desde la fundación de la Organización Mundial del Comercio en 1995.
Como reacción al anuncio de Estados Unidos de «aranceles recíprocos» sobre todos sus socios comerciales, el Ministerio de Comercio de China (MOFCOM) dijo el jueves que China se opone firmemente a la medida y tomará contramedidas para salvaguardar sus propios intereses. Para eso China cuenta con un formidable medio de represalia. China importa por más de 30.000 millones de dólares productos agrícolas provenientes de Estados Unidos.
«En una guerra comercial nadie gana y el proteccionismo no conduce a nada. China insta a Estados Unidos a eliminar de inmediato los aranceles unilaterales y a resolver las diferencias con sus socios comerciales mediante el diálogo», declaró un portavoz del ministerio.
En medio de una amplia oposición, el presidente estadounidense Donald Trump declaró una «emergencia nacional» y anunció el miércoles, hora de Estados Unidos, una amplia política arancelaria «recíproca», estableciendo un arancel base del 10 por ciento para todos los bienes importados, con aranceles más altos para muchos países, según medios estadounidenses.
El plan impone fuertes aranceles a muchos países, incluido el 49 por ciento para Camboya, el 46 por ciento para Vietnam, el 34 por ciento para China, el 24 por ciento para Japón y el 20 por ciento para la UE, informaron medios estadounidenses, señalando que más de 180 países y regiones enfrentarán altos aranceles.
Estados Unidos afirma que ha sufrido pérdidas en el comercio internacional y está utilizando una llamada «reciprocidad» como justificación para aumentar los aranceles a todos sus socios comerciales. Este enfoque no tiene en cuenta el equilibrio de intereses logrado a través de años de negociaciones comerciales multilaterales e ignora el hecho de que Estados Unidos ha obtenido durante mucho tiempo beneficios sustanciales del comercio internacional, cubriendo su déficit emitiendo dinero sin fondos.
Los llamados «aranceles recíprocos», determinados con base en evaluaciones unilaterales y subjetivas, violan las normas del comercio internacional, socavan gravemente los derechos e intereses legítimos de las partes pertinentes y representan un típico acto de intimidación unilateral. Numerosos socios comerciales ya han expresado su firme insatisfacción y su clara oposición a esta medida, declaró el portavoz.
La historia ha demostrado que aumentar los aranceles no resuelve los propios problemas de Estados Unidos: perjudica los intereses estadounidenses y también amenaza el crecimiento económico mundial y la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro, dijo el portavoz.
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