Para un país con una cultura y óptica mayoritariamente católica, el cristianismo que no depende del Vaticano con frecuencia se asocia a estampas integradas al multicultural hábitat urbano, pero con el lanzamiento como candidato presidencial del pastor-empresario Javier Bertucci, llega el momento de observarlo como una preocupante alternativa de poder. Los evangélicos representan un caudal […]
Para un país con una cultura y óptica mayoritariamente católica, el cristianismo que no depende del Vaticano con frecuencia se asocia a estampas integradas al multicultural hábitat urbano, pero con el lanzamiento como candidato presidencial del pastor-empresario Javier Bertucci, llega el momento de observarlo como una preocupante alternativa de poder.
Los evangélicos representan un caudal de votos que -se especula- supera el millón ochocientos mil votos en Venezuela, y han tenido un crecimiento importante en los últimos tres lustros, de la mano de militares y a la vez altos funcionarios del gobierno bolivariano, como el exministro de Defensa, general Gustavo Rangel Briceño, el exgobernador del fronterizo estado Táchira y exembajador en Cuba Ronald Blanco La Cruz, y su cuñado, el capitán Edgar Hernández Behrens.
Según las optimistas cifras del pastor Samuel Olson, presidente del Consejo Evangélico de Venezuela (CEV), el 17% del país es evangélico, registrando un crecimiento del 7% durante el gobierno que encabezó el fallecido Hugo Chávez. La iglesia pentecostal es la de mayor crecimiento, ante un casi estancamiento de la denominaciones tradicionales. La mayoría de las congregaciones están en barriadas y zonas de bajos recursos, «curiosamente» donde hay mucho más apoyo a la gestión gubernamental.
Al comienzo del siglo XX, 90% de los latinoamericanos eran (o se decían) católicos, pero hoy en día la cifra está cercana al 70%, frente a una creciente presencia de grupos e iglesias protestantes, que alcanzan al 19% de la población. Ofrecen un discurso y una práctica religiosa que promueve la movilidad socioeconómica, tienen un mensaje atractivo que no se limita a la participación en el rito, y un interés en promover la vida espiritual de los individuos mediante las emociones y los sentimientos.
El sentido de cohesión grupal, la pertenencia a una comunidad y la solidaridad entre sus miembros es algo que muchas comunidades católicas han perdido, admite el teólogo venezolano Rafael Luciani.
«Nuestra lucha es espiritual y sólo con las armas del Espíritu de Dios lograremos el cambio y la paz en Venezuela. No propugnamos nada inconstitucional, no alentamos salidas violentas, no creemos en un quítate tú para ponerme yo, pero de que es necesario un profundo cambio en la política del Gobierno nacional lo es; o el gobierno comienza a dar pasos de unidad y reconciliación nacional o Dios lo hará a su manera», señala Georges Doumat, comunicador, pastor, escritor y licenciado en Teología.
Un estudio de 2011 del Pew Research Center indica que en Venezuela hay 25.850.000 cristianos (89,3% de la población total), de los cuales manifiestan ser católicos el 77,6% y 2.920.000 protestantes (10,1% ), mientras que 470.000 (1,6%) son «otros cristianos».
Durante las décadas de 1980-90 es cuando comienza el trabajo de los evangélicos con los oficiales y la tropa militares, en especial en el Ejército. La labor se extiende desde las zonas del interior del país (en especial en las regiones llanera, andina y guayanesa) donde se sentía ya el declive de la labor de los curas católicos, donde las iglesias protestantes instalan radios comunitarias en vastos territorios desatendidos para mantener informadas y formadas a sus acólitos.
El general Rangel Briceño fue el primer evangélico que llegó a ser ministro de Defensa, cartera desde donde intentó crear el Consejo Pastoral Evangélico de las Fuerzas Armadas y una Asociación Ministerial de Uniformados Cristianos Evangélicos de Venezuela . Rangel ubicó en puestos de poder a varios evangélicos, lo que no gustó, particularmente entre masones, marianistas y santeros.
Salió del cargo luego del polémico video donde él aparece (se desmaya) en un culto de sanación, que levantó airadas críticas entre los militares. Con la llegada del coronel Ramón Carrizález al ministerio, se denunció una cacería de brujas contra todos los evangélicos en ese despacho y se desconocieron -basados en falta de méritos- ascensos a generales de brigada y vicealmirante y resoluciones que ya aparecían en la gaceta pública.
En la meritocracia castrense, los títulos de los pastores no son reconocidos. Los de los sacerdotes católicos tampoco, pero hay un acuerdo entre el Ministerio de Justicia y la Iglesia católica para aceptarles los estudios y ser capellanes.
Por su parte, Hernández Behrens, perteneciente a la Iglesia Evangélica Pentecostal, ha ocupado al menos ocho cargos en el gobierno: estuvo a cargo de la administración de divisas, fue Superintendente de bancos, viceministro de Financiamiento para el Desarrollo Endógeno, presidente de varios bancos estatales (Bandes, Banfoandes), Intendente Nacional de Tributos Internos e integrante de la Directiva de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Al igual que otros funcionarios chavistas su historial no está exento de presuntas irregularidades administrativas. El 5 de octubre de 2005 la exvicepresidenta de la República, Adina Bastidas declaró ante el Ministerio Público que Hernández Behrens adjudicó «de forma irregular» 27 millones de dólares al Consorcio MicroStar.
En 2006 exclamó que «con el favor de Dios las tasas de interés para los sectores productivos seguirán bajando», cundo controlaba las divisas suscribió un comunicado oficial expresando «la mejora en el riesgo país fue una de las bendiciones que recibió la nación de la mano de Dios», y ordenó incluir citas bíblicas en los volantes que informaban sus trámites y requisitos.
Y en Banfoandes estableció la figura del pago del «diezmo» (que se extendió a otras instituciones bancarias del Estado, en manos de pentecosteses) lo que a su juicio fue lo que hizo que el banco se posicionara en el ranking de las entidades bancarias del país.
Descristianización
En junio del 2012, el jesuita Jesús María Aguirre publicaba en la prestigiosa revista SIC un informe sociológico sobre la religión y se preguntaba si hay un proceso de descristianización en Venezuela.
Aguirre alertaba acerca de la imposibilidad de «trasladar mecánicamente las tesis secularistas del mundo europeo y anglosajón a América Latina, caracterizada por su diversidad cultural y sus asimetrías temporales» y destacaba que es necesaria «una observación mejor situada y próxima, no solamente para comprender los cambios sociorreligiosos, sino los reacomodos de los dispositivos de legitimación de las instituciones religiosas y políticas».
En su radiografía religiosa de Venezuela, señala que en 1989 aparecían registradas mil 393 organizaciones religiosas repartidas en todo el territorio, a las que se sumaban unas 3 mil 350 peticiones en espera de reconocimiento oficial.
«Ante la proliferación de nuevos movimientos religiosos, legalizados o ilegales y la expansión de Internet -explicaba-, podemos suponer que ha habido un incremento, a pesar de la expulsión de las Nuevas Tribus o el retiro de los mormones. Desde la colonización española la población llegó a ser mayoritariamente católica y este predominio se ha mantenido a lo largo de los dos siglos de vida republicana, aunque las variedades sincréticas han coexistido con la religión oficial», indicaba el jesuita.
La expansión misional de los pentecostales o evangélicos en los sectores populares y en las zonas rurales, a partir de los años 60, explica en gran parte la menor presencia católica entre la clase marginal, lo que dejaba en claro un declive del catolicismo en relación con otras religiones.
En 1991, el 86% de los venezolanos se definía católico y en el 94 descendió al 82%. Los creyentes, en el mismo lapso, pasaron del 8% al 12%. En el 2011, existía en el país un 71% de católicos, un 17% entre evangélicos y otros cristianos, un 6% era agnóstico o indiferente, un 2% era ateo y tan sólo un 1% practicaba la santería.
En abril de 2011, otro estudio constataba la pérdida relativa de influencia de la educación católica en el conjunto social y, en fin, la competencia de otros múltiples movimientos religiosos y sectas con más agresividad o con menores niveles de exigencia y compromiso.
Y todos flancos débiles que presenta el catolicismo es explotado. Por ejemplo, Bertucci mencionó que estaría de acuerdo de que un grupo de homosexuales respaldara su candidatura, un cundo no está de acuerdo con el matrimonio en las personas del mismo sexo ya que eso «distorsiona a la sociedad».
No hay voto evangélico
Una agrupación política fundada en 2012 que se define como nacida en el seno de la comunidad cristiana evangélica, «Nueva Visión para mi País» (Nuvipa), tuvo el tercer candidato más votado en las elecciones presidenciales de marzo de 2013, el pastor Eusebio Méndez, con 19.498 votos (apenas 0,13% del total de electores).
En sus documentos constitutivos, Nuvipa se asocia a un colectivo pentecostal denominado Movimiento Apostólico Internacional y cita como «apóstol» a Harold Caballeros, orador del Ministerio El Shaddai que llegó a ocupar el cargo de canciller en Guatemala.
La Iglesia Universal del Reino de Dios – fundada con acento brasileño (Pare de sufrir) en 1977 y con presencia fija a medianoche en varios canales de televisión venezolanos (Venevisión, La Tele o Canal i), no pertenece al Consejo Evangélico de Venezuela (CEV). «Por definición, no es evangélica. Hay ciertos lineamientos éticos con respecto a la recaudación de fondos. Los milagros no se venden. No creemos en una indulgencia romanista, mucho menos en una neo-indulgencia seudo-protestante», denuncia el pastor Piñero.
Venezuela es también notable por su importante costumbre sincrética religiosa, en particular en las figuras de María Lionza y José Gregorio Hernández. El 12 de octubre pasado, el presidente Nicolás Maduro señaló en un acto público que «Esos evangélicos decidieron hoy salir a una protesta pública contra mí, contra mi religión, bueno, contra nuestros dioses..Pero a esos evangélicos les va ir muy mal».
«Pido una investigación profunda de los bienes y propiedades de esos evangélicos y sus iglesias. ¡Esto se tiene que acabar! No voy a dejar que esos evangélicos pitiyanquis le enfermen la mente al pueblo soberano con su política religiosa. Aquí tenemos una reina poderosa, la Reina María Lionza nacida entre ustedes. A ella es a quién Venezuela debe agradecerle y amarla, es a ella», afirmó el mandatario.
El episodio sugiere un repaso a lo que ha sido el devenir religioso en Venezuela, el sincretismo venezolano y chavista, y cuánto explica el panorama que vemos en la actualidad.
Bertucci, el de los Panamá Papers
El predicador protestante Javier Bertucci, quien anunció su decisión de postularse como candidato a la presidencia de Venezuela, estuvo procesado penalmente en 2010 por el contrabando de cinco mil toneladas de combustible diesel que serían llevados hasta República Dominicana tras declararlos como un solvente. Bertucci, de 48 años dirige un consorcio religioso-empresarial con la denominación Maranatha.
«He decidido junto al Espíritu Santo, mi familia y los líderes que me han acompañado, poner mi nombre y el liderazgo que por gracia tengo como elección a las próximas elecciones de este país. Vienen días de gloria», dijo desde el púlpito Bertucci, quien no puede ser candidato presidencial según la Constitución, pues no es de estado seglar.
El pastor es una figura extremadamente polémica por su entramado empresarial que incluye compañías en Panamá y Miami, tal como se evidenció en documentos que forman parte de los Panamá Papers. En Panamá, específicamente, mantiene registradas desde el 6 de enero de 2009 las firmas Health Supply, Todo Salud y Sky Suministros y en Florida se localiza una denominada Bio-Metrix Equipment, donde su socio es otro venezolano llamado Nicolás Aular Parra.
Bertucci creó una compañía en República Dominicana, llamada Agropecuaria Los Cedros, según el registro del 25 de septiembre de 2017, con el mismo nombre que existe en el estado Yaracuy, y es representada por Bertucci. Una causa judicial mercantil revela que en 2012 esa compañía formó un consorcio para la explotación y comercialización de madera con una cooperativa del estado Bolívar.
El 8 de febrero, la hija mayor de Bertucci, Raquel Rebeca, de 22 años, conformó una empresa en el estado de Florida -donde reside- llamada Alimentos Los Llanos, Corp., que se suma al entramado de negocios de la familia.
Sin duda, el incidente más oscuro que involucra a Bertucci es el de la causa por contrabando de combustible de julio de 2010, desde Puerto Cabello, Carabobo. En esa ocasión el predicador fue aprehendido y enjuiciado debido a que la empresa Tecnopetrol que presidía, intentó exportar un supuesto solvente denominando Tecsol, que resultó ser combustible diesel. Pocos días después logró el beneficio de casa por cárcel, pese a que los cargos penales eran de mucha gravedad.
Y hoy es candidato presidencial. En un programa transmitido por Globovisión, indicó que la razón para por la que quiere ser presidente es porque siempre ha sido un servidor y le apasiona ayudar a la gente. Dijo que se le ha tildado de empresario, por las «iniciativas que ha tenido», pero lo cierto es que desde pequeño «se me ha inculcado el valor del trabajo».
Bertucci cree que debido a la «notable» gestión que llevó en las organizaciones que lideró, él puede aportar al país «un bien que necesita urgentemente». Ve con preocupación la degradación de la sociedad, y la «desesperación» de la gente. A su juicio la oposición ha estado mostrando un carácter de ambigüedad, que al final no aporta nada positivo al país.
En cuanto a la presidencia de Nicolás Maduro, precisó que su «tiempo en el gobierno se agotó, junto a toda su capacidad de articular políticas coherentes que puedan traducirse en bienestar para el pueblo», y que los factores que lo apoyen deben tener sensatez, y darle paso a otros. Dijo no acordar con la dolarización de la economía y que nombraría como ministro de Defensa a un militar.
Esbozó por televisión su plan de gobierno que incluye el levantamiento del control cambiario, activación del aparato productivo, detener la producción de dinero inorgánico, conseguir créditos multilaterales para empresarios, para que el Estado sirva como facilitador. «Nadie quiere algo aquí, que no sea democracia y votos», y el que no quiere eso «no quiere a Venezuela», concluyó.
Difícilmente gane, pero si su agrupación presenta candidatos para los concejos municipales en la megaelección del 22 de mayo, puede medir el trabajo territorial que han desplegado durante años, muchas veces con apoyo y hasta financiamiento desde el Estado, Difícilmente gane, pero si su agrupación presenta candidatos para los concejos municipales en la megaelección del 22 de mayo, puede medir el trabajo territorial que han desplegado durante años, muchas veces con apoyo y hasta financiamiento desde el Estado, además del externo, claro.
Alvaro Verzi Rangel: Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE,www. estrategia.la )
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.