Es indiscutible que el mundo vive una revolución tecnológica irreversible en pos de nuevas formas de desarrollo. Pero no siempre la tecnología equivale a progreso. En el largo camino hacia el verdadero avance económico y social hay mucho de consumismo barato. No es extraño por tanto que la adicción sin frenos por el último aparato […]
Es indiscutible que el mundo vive una revolución tecnológica irreversible en pos de nuevas formas de desarrollo. Pero no siempre la tecnología equivale a progreso. En el largo camino hacia el verdadero avance económico y social hay mucho de consumismo barato. No es extraño por tanto que la adicción sin frenos por el último aparato tecnológico resulte una pasión incontrolable en muchas personas a nivel mundial.
Las nuevas tecnologías, que han revolucionado el mundo de la comunicación, no escatiman recursos en pregonar sus propias virtudes. La digitalización de la información favorece a los grandes grupos mediáticos, muchos de ellos subordinados a las grandes transnacionales, que imponen las nuevas formas de pensamiento. Entre otras, aquella que asocia de manera inevitable a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICS) con el progreso.
Tecnoadictos
Las compañías dedicadas a la tecnología de punta llenan sus arcas con la aparición de cada nuevo «invento». Un ejemplo, ahora mismo en Estados Unidos, a solo cinco años de la aparición del Windows XP, Bill Gates acaba de lanzar con todo un espectáculo publicitario el nuevo sistema operativo Windows Vista, que se ofrece a sus consumidores en tres versiones y se vende a precios que comienzan desde los US$100 por la actualización de Vista Home Basic, hasta US$249 por el equivalente de la Ultimate.
Según una entrevista realizada por la CNN a uno de los ingenieros que trabajó en la nueva versión, esta tiene algunas que otras mejorías con respecto a la anterior: fácil utilización, sobre todo en la parte de búsqueda, para el entretenimiento del usuario se ofrece el Window Media Center donde se pueden almacenar videos, fotos y música, la posibilidad de comunicación inalámbrica a una pantalla gigante y unos pocos avances en cuanto a la seguridad.
Hasta ahí todo va muy bien pero usted no solo tendrá que adquirir la nueva versión Windows Vista porque para su instalación Microsoft recomienda que las PC tengan al menos 512 megas de RAM, un procesador de 800 Mhz y 15 gigas de disco rígido, muchos usuarios tendrán para estar en la última, soltar la plata también en inversiones de hardware.
Y mientras los piratas se demoran en descubrirle fallas a la novedad, la parafernalia publicitaria a favor del producto recién salido al mercado, lo presenta lleno de infinitas ventajas que sirven para «mejorar la calidad de vida del hombre».
Un artículo recién publicado en la BBC hacía alusión a un análisis de David Edgerton, quien afirmaba que la nueva tecnología tiene un dominio sobre la imaginación del público que sobrepasa su relevancia. Edgerton intenta probar que la mayoría de las veces la tecnología que acompaña a un producto no es ni tan novedosa, ni tan buena como la pintan, pero es adornada con una publicidad que destinó millones para atrapar y seducir.
Es de este poder irresistible que ejerce la tecnología sobre las masas del cual se aprovechan las grandes compañías, no por gusto Bill Gates es millonario. Vemos a menudo a la gente alucinada por la última novedad tecnológica que aparece en venta, ya sea un coche que aparca solo, un robot aspirador, tres nuevos reproductores MP3/WMA, monitores planos, nuevas cámaras digitales, una pocket pc phone con cámara integrada de 4 mp, el teléfono móvil con conexión wifi, una novedosa consola de juegos, o en el lanzamiento anticipado de un sistema operativo Windows.
Los tecnoadictos (adictos a la tecnología) pasan de la alucinación a la incapacidad de controlar sus impulsos nerviosos. Ellos inevitablemente comprarán el nuevo modelo de móvil con el cual se podrá ver la televisión digital, lo han leído en internet y a pesar de que hace solo cuatro o cinco meses compraron el que tienen en uso adquirirán el nuevo juguetico.
Muchos sicólogos han estudiado este fenómeno y confiesan que ya se convierte en una enfermedad. Según los especialistas estas personas viven rehenes de responder el email, de atender el celular, de ver el cable. El tiempo libre generado por la tecnología digital lo gastan en atender esta tecnología digital.
Explican que hay gente que en su vida diaria no pueden prescindir de un PDA, una laptop. pero antes vivían perfectamente sin todo esto, lo que quiere decir que si bien es importante porque la tecnología empleada con inteligencia nos puede proporcionar bienestar no es indispensable para nuestras vidas.
Sin embargo es muy difícil lograr que las personas que viven en una sociedad de consumo, diseñada cuidadosamente para enriquecer a unos pocos a costa de la ignorancia de muchos, entiendan que lo más importante es quién eres y no qué tienes.
La tecnología en función social
Es un hecho que la tecnología digital en la forma de teléfonos celulares, computadoras, agendas electrónicas, está cambiando la manera en que vivimos. Todo está vinculado a la informática y la internet, esta última considerada aún un fenómeno brutalmente elitista (el 90 por ciento de la población mundial no tiene acceso a la red, ni siquiera a un teléfono). La tecnología para los países subdesarrollados, más que una adicción consumista, es una necesidad para evitar las nuevas formas de colonización.
Y aunque Cuba se insertó tardíamente a la red de redes por su condición de país subdesarrollado y bloqueado económicamente, eligió darle a las TICS un uso masivo y social, además de tomar algunas alternativas para lograr cierta independencia. Para eliminar la presencia exclusiva del Windows en las máquinas el Ministerio de la Informática y las Comunicaciones de Cuba tomó como estrategia la migración paulatina de los órganos y Organismos de la Administración Central del Estado hacia aplicaciones de software libre, como el Linux, la incorporación de este tema en los planes de estudio de los diferentes niveles de educación, así como sugerir a la Industria Cubana del Software el desarrollo de aplicaciones tanto en plataformas propietarias como libres.
Se han habilitado nuevos dominios (.cu) relacionados con el software libre, entre ellos www.softwarelibre.cu y http://forge.cujae.edu.cu/, este último desarrollo por jóvenes estudiantes del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría en La Habana. Estos sitios que permiten el intercambio de conocimientos y proveen hospedaje para proyectos, foros, listas de discusión, seguimiento de errores, herramientas para crear y controlar el acceso al código, (esta idea del forge promueve la colaboración y el intercambio de información entre todos los desarrolladores de sistemas informáticos).
Por otra parte la Isla ha insertado la informática en los programas educativos desde edades tempranas, se han creado más de 600 joven club de computación a lo largo de todo el país (lugar donde las personas acceden gratuitamente y con mayor facilidad a la tecnología), de ellos, más de 200 tienen conectividad. Intenta desde hace algunos años optimizar las comunicaciones para lograr la conexión a nivel nacional que, aún son vía satélite, pero desafortunadamente los permisos internacionales que permitirían que a través de un cable submarino se conectasen las costas cubanas a la malla mundial han sido en la mayoría de los casos vetados por el bloqueo y la política hostil de Estados Unidos hacia la Isla.
Sin embargo, otras puertas se abren para el desarrollo de la Isla en la esfera tecnológica, se acaban de firmar convenios con Venezuela que permitirán en menos de dos años la puesta en marcha de una empresa mixta de telecomunicaciones y colocar de manera conjunta un cable submarino que permitirá avanzar en la independencia de las comunicaciones internacionales.
Mientras estos proyectos se concretan, Cuba no pierde tiempo y trabaja desde hace varios años en función de obtener una verdadera industria de las tecnologías de la información y las comunicaciones al garantizar en los centros estudiantiles las condiciones y la tecnología necesarias para la formación de nuevos profesionales y técnicos.
Profesionales que van desde un programador, un ingeniero en telecomunicaciones, un cibernético hasta el especialista encargado de extender la fibra óptica, que una vez preparados trabajarán para el desarrollo económico y social de su país y no para llenar de millones sus bolsillos.
Nuestro país no puede darse el lujo de comprar tecnología para al cabo de dos o tres años decretarlas obsoletas, la alternativa es invertir en tecnología para desarrollar talentos en función de las necesidades de la sociedad. Hay que utilizar la tecnología, no dejarse utilizar por ella, el talento del ser humano ha sido, es y siempre será lo más importante.