Durante este año el COMEXI ha estado desmantelando la medida de restricción de importaciones -salvaguardia por desequilibrios en la balanza de pagos-, que el Gobierno adoptó para proteger a la economía ecuatoriana y el empleo de los efectos de la crisis económica y financiera mundial del año 2008. Esta medida de política económica ha sido, […]
Durante este año el COMEXI ha estado desmantelando la medida de restricción de importaciones -salvaguardia por desequilibrios en la balanza de pagos-, que el Gobierno adoptó para proteger a la economía ecuatoriana y el empleo de los efectos de la crisis económica y financiera mundial del año 2008.
Esta medida de política económica ha sido, con seguridad, la más acertada para mantener la estabilidad económica y el mayor nivel de producción y empleo sostenible en el tiempo, como manda la Constitución en su Art. 284. Basta ver la reactivación de la pequeña y mediana producción en varios sectores, entre ellos el textil, calzado, cosméticos, fabricación de muebles, alimenticio, entre otros. Basta ver los bajos índices de desempleo en ciudades donde existe un tejido industrial en estos sectores, por ejemplo en Ambato o Cuenca.
Hay que recordar que durante varios años la producción nacional ha sido golpeada por el indiscriminado aperturismo comercial, la falta de políticas de protección a la industria nacional y la rigidez económica que genera la dolarización. Las decisiones para eliminar el sistema de salvaguardia representan un retroceso en la política económica y productiva, y da paso, como en épocas pasadas, a una fiesta para la importación de productos en detrimento de la producción nacional.
Da la impresión de que se está pensando que la crisis económica mundial ha sido superada, de que la balanza de pagos del país ya no está en riesgo.
Parece que existe un autismo frente a lo que está pasando en la economía mundial. ¿No es para preocuparse la aún débil evolución de la economía norteamericana, uno de los principales destinos de los productos ecuatorianos? ¿No son suficientes las alertas sobre la crisis europea, que advierten una larga etapa de recesión en esa región, reducción de la demanda de los productos que se importan de América Latina, así como una disminución o estancamiento del volumen de remesas que llegan al país debido al incremento del desempleo en Europa? ¿No hay que preocuparse por la apreciación del dólar frente al euro, que encarece los productos ecuatorianos en Europa e incentiva las importaciones hacia el país? Pensar que la balanza de pagos no está en riesgo es una locura.
Levantar la salvaguardia debe responder a las evaluaciones mensuales de todos los flujos económicos de entrada y salida de divisas en la economía, pero sobre todo de sus proyecciones futuras para advertir si existen o no riesgos de desequilibrios. Las preguntas que surgen son: ¿el Banco Central de Ecuador tiene al día la información de la balanza de pagos y sus proyecciones hasta finales de este año? y ¿las decisiones para quitar la salvaguardia se tomaron con suficiente información?, me temo que no.
La salvaguardia es un asunto de transcendental importancia para el país, sobre todo si forma parte de una estrategia de desarrollo integral. Su eliminación no es un asunto para quedar bien con la burocracia de la OMC, es una directriz de política económica que debe justificarse en defensa de los intereses del país, más aún cuando las condiciones de la economía todavía son muy frágiles.
http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnista/archive/opinion/columnistas/2010/06/07/_A100_Fiesta-para-la-importaci_F300_n_2100_.aspx