El nuevo gobierno, dirigido por el socialdemócrata Antti Rinne y formado por cinco partidos, pretende gastar más en servicios sociales y cambio climático. Una ruptura con el gobierno precedente, sancionado en las urnas el pasado 14 de abril.
¿Se convertirá Helsinki en la Lisboa del Báltico? En cualquier caso, como Portugal en 2015, el país parece que va a renunciar a la austeridad. El nuevo gobierno formado el 6 de junio por el socialdemócrata Antti Rinner, de 56 años, anuncia un verdadero giro a la izquierda en la política económica de este país nórdico.
El nuevo ejecutivo se apoya en una coalición de cinco partidos que incluye a los socialdemócratas del SDP, los Verdes, la Alianza de Izquierdas, el Partido del Centro y el Partido de la Minoría Sueca (SFP). Su programa defiende claramente una posición social y keynesiana. Promete aumentar el gasto público en 1.230 millones de euros (alrededor del 0,5 del PIB) de aquí a 2023.
Este incremento no será financiado a base de recortes presupuestarios en otras partidas e irá a parar a la educación, la igualdad salarial, el alojamiento y la transición ecológica. En paralelo, el nuevo gobierno prevé 3.000 millones para inversiones en la red de carreteras y la ferroviaria.