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Fundamentos teóricos, legalidad y derechos de las niñas y los niños a una educación integral de la sexualidad

Fuentes: La Tizza

Intercambio con las panelistas

*Este trabajo forma parte del Dossier «Mirada interdisciplinar, transterritorial y popular al Programa de Educación Integral de la Sexualidad en Cuba»

Yuleidys González Estrada: Considero que es muy importante todo este proceso que estamos haciendo de difusión y de comprensión del Programa porque, como han posicionado las panelistas, solo si conocemos en profundidad, si nos dedicamos a leerlo con detenimiento y entender qué es lo que plantea, podemos dar una opinión acertada al respecto. Ahí radica precisamente la importancia de estos espacios, de este ciclo de foro-debates que estamos realizando desde Waslalas.

Entonces, agradeciéndole a las panelistas por sus palabras, por sus mensajes, vamos a pasar al segundo momento que ya es del intercambio. Le damos la palabra a todas las personas que quieran intervenir. Este es el momento para sus reflexiones, preguntas. Adelante Rodrigo.

Rodrigo Huaimachi: Buenas tardes, muchas gracias a las panelistas. Ha sido muy instructivo y educativo el panel. Creo que tenemos que fomentar este tipo de debate en las redes, porque estamos siendo sujetos de un ataque con respecto a la Resolución 16. Mi nombre es Rodrigo Huaimachi y soy uno de los coadministradores de la comunidad digital La Manigua en Telegram, somos alrededor de mil usuarios. Justamente, unos minutos antes de este audio chat apareció en ayuda transfermóvil Enzona un texto donde se afirma —lo puse en el grupo escrito—, en otras palabras, que esta Resolución pretende «enseñarles a nuestros hijos que las niñas no son niñas y que los niños no son niños. Los términos varón y hembra no existirían. Levantemos la voz contra la intromisión de la ideología de género en el Mined…». Esto ha creado mucha confusión y me gustaría que alguna de las panelistas, aunque ya se ha comentado, nos hable al respecto si hay alguna manera de contrarrestar esta campaña contra esta Resolución. Muchas gracias.

Yuleidys González Estrada: Le damos la palabra a Teresa de Jesús, coordinadora nacional de la Red de mujeres lesbianas y bisexuales del Cenesex. Adelante Teresa.

Teresa de Jesús: Buenas tardes y muchas gracias por la invitación.

Yo creo que este panel es muy necesario. Yo, incluso, este tipo de discusión lo llevaría a otros niveles y no solo a las redes, sino a un nivel de mayor alcance, sobre todo porque es una necesidad de educar realmente a la población, pero, sobre todo, de desmontar toda una serie de criterios errados, que además se están utilizando para evitar que grupos de personas que han vivido sin derechos puedan tenerlos.

La otra cosa fundamental es que la educación integral de la personalidad realmente es una educación al humanismo, es una educación a la capacidad de comprender al otro, es una educación al diálogo, es sobre todo enseñar que la sexualidad es una condición humana que nos acompaña desde que nacemos hasta que fallecemos y que no tiene nada que ver, específicamente, solo con la cuestión biológica y con la cuestión de la reproducción. Tiene que ver con cómo estamos en la vida, cómo nos sentimos, cómo nos encontramos con las otras personas, qué maneras tenemos de estar en el mundo y, sobre todo, es importante que se eduque mejor a todas las personas desde la infancia en el respeto a todas las personas. Por ejemplo, en mi caso, yo soy una mujer lesbiana y tengo una sobrina que nunca sintió ningún rechazo hacia mi pareja ni hacia mí, porque lo encontró, o lo vivió desde que nació como algo natural, y hoy es una mujer heterosexual, casada, con hijos; por tanto, esa es otra falacia. Si enseñamos a las personas que la diversidad sexual existe, que existen distintas orientaciones sexuales y que uno puede tener una identidad de género no conforme a la biología; si enseñamos a las personas que esto forma parte de una humanidad real, las personas no crecen discriminando, no crecen estigmatizando, no crecen ofendiendo.

Yo decía que fundamentalmente es un programa humanista, un programa que enseña a que los seres humanos, todos y cada uno de nosotros, con nuestras capacidades y nuestras características, tenemos derecho a estar en el mundo de manera natural, de manera tranquila, sin estigma, sin discriminación. Lo más importante de este programa es que realmente ayudaría incluso a desmontar el patriarcado, ayudaría a desmontar tantos criterios que lo único que hacen es someter a un grupo importante de la población — no estoy hablando solo de las personas LGBTIQ+ — , estoy hablando incluso de las mujeres como grupo porque, además, una educación integral de la sexualidad te enseñaría también que eres la dueña de tu cuerpo y que eres dueña de la posibilidad de decidir cuándo y cómo realizarte desde el punto de vista sexual, o incluso si deseas reproducirte, en fin. No me extiendo porque, realmente, hablo muy bajito y entonces temo que no se me entienda. Gracias.

Yuleidys González Estrada: Gracias Teresa, por esos criterios realmente importantes, muchísimas gracias. Entonces, estaba pidiendo la palabra Rubén Padrón. Adelante Rubén.

Rubén Padrón: Mi nombre es Rubén, soy graduado de Comunicación Social, maestrante en Flacso y especialista en Comunicación del Instituto Juan Marinello. Yo tengo, con la reforma educativa en general, pero sobre todo con el Plan, con el Programa Integral de Educación Sexual y derechos sexuales y reproductivos, una preocupación que puede ser cómo temáticas tan complejas —si no cambiamos las metodologías para darlas— se pueden convertir inclusive en elementos contraproducentes para lograr esos mismos derechos.

No sé si se me entiende, o sea, si los temas de educación sexual, derechos sexuales y reproductivos los damos de una forma que se conoce tradicionalmente como educación bancaria, los evaluamos con verdadero y falso o con metodologías que van más hacia la reproducción de contenidos, en vez de una interpretación activa, de un posicionamiento activo del estudiante hacia esos contenidos; lo que podemos generar es más contradicciones entre las familias que tienen una concepción conservadora con esos contenidos, porque van a asumir que se está imponiéndolos a sus hijos de forma dogmática, e inclusive con las mismas ideologías o las mismas culturas patriarcales que pueden traer los estudiantes o los educandos.

Por lo tanto, me gustaría saber si alguna de las panelistas ha investigado sobre las metodologías que se van a usar para incorporar esos contenidos a los planes de estudio, si hay intención de utilizar metodologías que puedan estar más cercanas hacia la Educación popular, la pedagogía crítica o liberadora. Esa es una de mis primeras preocupaciones.

La segunda está relacionada con cómo convertir este Programa, estos contenidos, o que estas intenciones sobrepasen un grupo de programas de estudio. Estamos pensando en cómo se piensa integrar a instituciones de la comunidad hacia esa meta, si se van a revisar otros elementos de la propia escuela que puedan ser violentos hacia las diferentes identidades y la construcción de la sexualidad. Estoy pensando, por ejemplo, en el uniforme, el Reglamento escolar que, por lo menos la experiencia mía —y no soy tan viejo— era extremadamente violento hacia la construcción de las identidades individuales cuando te decían que no podías tener el pelo largo, o cuando te decían que no podías usar aditamentos, inclusive aditamentos religiosos. Yo recuerdo la contradicción de las personas de la religión yoruba porque no les permitían tener los aditamentos propios de su religión con el uniforme. Entonces, mi pregunta es que si estas concepciones también se van a revisar porque estaríamos entonces promoviendo este Programa de derechos sexuales y reproductivos que entra en contradicción con las normativas de la escuela y eso sería muy complicado, inclusive hasta peligroso. Y lo otro es —como dije anteriormente— cómo incorporar a las instituciones de la sociedad civil, las instituciones de la comunidad hacia esas metas. Estoy pensando en centros de investigación que puede haber en la comunidad, estoy pensando en cómo incorporar al Poder Popular, cómo incorporar proyectos comunitarios, cómo aunar a un grupo de actores y agentes de la comunidad para lograr esta meta.

Yuleidys González Estrada: Muchas gracias, Rubén. Les propongo que en este momento le demos la palabra a las panelistas. Hay al menos tres preguntas formuladas, una por Rodrigo y dos por Rubén Padrón. Entonces, le damos la palabra, si alguna de las panelistas pudiera responder.

Ada Alfonso Rodríguez: Se han colocado cuestiones que son clave, que son medulares, porque para mí en el orden personal no es suficiente la existencia de un Programa de Educación Integral de la Sexualidad basado en derechos y basado en un enfoque de género, si no tomamos en consideración aspectos clave, como la formación del personal docente que va a estar impartiendo estos programas en nuestras aulas y, al mismo tiempo, si no lo hacemos con la participación de todos y todas.

Eso que ha colocado Rubén como una de sus preocupaciones realmente son cuestiones medulares que van a llevar, me imagino, a toda una revisión con relación a los programas de formación docente, a la capacitación de los docentes ya en ejercicio. A mí me pareció muy interesante que Yamila colocara la experiencia que tiene el Ministerio de Educación en hacer este tipo de capacitación de una manera masiva durante los seminarios que realiza hacia los educadores, porque, evidentemente, hay que buscar los mecanismos para la comprensión de lo que se está entendiendo por «enfoque de género», que no significa necesariamente poner la mirada en las relaciones de hombres y mujeres, sino que amplía su visión definitivamente. [El Programa es imposible] sin la participación de la comunidad porque, de lo contrario, niños y niñas, adolescentes, jóvenes, cuando salen de estos escenarios educativos se van a encontrar con un medio, con una comunidad, con una familia que no están al tanto de estos procesos; por eso es que yo considero que sobre lo que nos llama la atención Rubén es de extrema importancia.

En cuanto a lo que nos decía Rodrigo, yo siento que tenemos mucho por hacer en materia de todos estos mensajes fundamentalistas, mensajes antiderechos que están circulando en nuestras redes y que, evidentemente, llevan a cuestionar cualquier avance en materia del Programa de Educación Integral de la Sexualidad. Por lo tanto, creo que un punto para poder favorecer el intercambio y avanzar en estos temas, justamente, es esta iniciativa de Waslalas de poner a debate, a discusión, cuestiones tan importantes como las que se han venido manejando aquí.

Natividad Guerrero Borrego: Me gustaría aportar algún elemento o dar mi punto de vista sobre algunas de las preguntas.

Quería comentar que, en cuanto a las metodologías utilizadas, además de estar de acuerdo con lo que decía la doctora Ada, hay un grupo de metodologías, hay una experiencia vivida desde la sociedad civil, por ejemplo, el Centro de Estudios sobre la Juventud y el Centro Memorial Martin Luther King Jr., entre otras instituciones, que han podido mostrar y desarrollar programas de educación integral de la sexualidad en diferentes momentos. Creo que se trata de incorporar al sistema a partir del cual se prepare a los docentes, inclusive se puede ir preparando o por lo menos intercambiando con los padres y madres y también con adolescentes a los efectos de que, por supuesto, las metodologías sean participativas y dialógicas.

No estaría a favor de un formato binario, ni estaría a favor de una educación vertical, pero sí tomar aquellas experiencias que están plasmadas, que están —vamos a decir— archivadas en muchos centros como el Cenesex o la Universidad de Ciencias Pedagógicas, por ejemplo, que tienen maestrías, que han venido proponiendo formas de llegar a diferentes grupos etarios, y sobre todo a los docentes. Es decir, existe toda una experiencia que está ahí, evaluada como positiva inclusive, porque ha sido probada, que podría pautar cómo educar, o sea, con qué metodología. Por supuesto, si se trata de modificar pensamiento, de poder dialogar e intercambiar para que las personas puedan tomar sus propias decisiones, nada que sea dogmático ni sea impositivo podría ayudar.

Por otra parte, hay que mover tal vez, develar, toda una terminología que se emplea. Una de las preguntas hablaba de varones y de hembras y yo siempre recuerdo a un profesor, que fue inclusive el asesor, el presidente del Grupo de Trabajo de Educación Sexual, el Dr. Celestino Álvarez, que decía que cuando desde lo patriarcal se habla de mujeres y hombres, se habla de «varones» para los niños y no de «machos»; sin embargo, para las niñas se habla de hembras, no le buscamos sustitución a esa hembra, nos quedamos con «nosotras las hembras» que está mucho más pegado a ese lenguaje sexista, donde la mujer sigue siendo considerada objeto sexual. O sea, habría que discutir muchas cosas para desmontar términos, y habría que desmontar no solamente el lenguaje escrito, sino muchas maneras de vernos en el mundo las mujeres y los hombres. Así es que habría que trabajar fuertemente, porque hay muchas cosas que mantenemos en nuestro vocabulario sistemático y sentimos como naturales, cuando hay también cierta tendencia a dejar a la mujer tal y como vino desde antaño, sin buscar sinónimos que puedan dignificarla a ella como sujeto participativo, como sujeto de cualquier acción. Yo siento que sí, que por las metodologías participativas podríamos ir avanzando mientras descubrimos otras y se van implementando otras que también puedan ser útiles para promover el pensamiento crítico de todas y todos.

Yamila González Ferrer: Por supuesto, estoy muy de acuerdo con lo que han planteado Natividad y Ada. Creo que el reto de capacitar y preparar a nuestras maestras y maestros para impartir todos los contenidos relacionados con la sexualidad humana —y que no se pueden circunscribir a una asignatura en específico solamente, sino que en definitiva transversalizan la enseñanza en sentido general— es fundamental, porque no podemos olvidar que nuestras maestras y maestros tienen también incorporados estereotipos sexistas; es decir, toda una serie de criterios y conductas patriarcales que, de una u otra forma, influyen en lo que transmiten a los niños y las niñas y a nuestros adolescentes. La misma Ada puso algunos ejemplos vinculados con esto.

Yo sí creo que el Ministerio de Educación, como hizo con el tema de la trata de personas, puede contar con todas las organizaciones e instituciones para desarrollar una capacitación de la misma calidad y con el mismo alcance que vaya, en definitiva, en función de romper los estereotipos que todavía puedan estar quedando y que puedan incidir, obviamente, en la educación en general y en la incorporación de este Programa, en la actualización de este Programa de Educación Integral de la Sexualidad.

En el otro tema que comentaba Rodrigo de las acciones que podemos hacer para ir contra toda esta campaña, que realmente es muy manipuladora porque está utilizando el desconocimiento que tienen las personas sobre el contenido del Programa. Después que uno se estudia el Programa puede tener criterios, obviamente, y es libre de opinar lo que considere, pero de ninguna manera después de estudiar el Programa se puede interpretar que se está llevando a nuestros hijos e hijas a determinadas actitudes «negativas». Es un Programa con altísimos valores humanos. Teresa lo decía, que es un Programa muy humanista, coincido con ella absolutamente.

Yo sí pienso que hay muchas cosas que podemos hacer como esta que estamos haciendo hoy, pero también en determinados momentos habrá que tomar otras acciones en el orden civil, en el orden penal si fuera necesario, porque se está yendo contra lo que es la realidad, se está manipulando una información sobre un Programa de un Ministerio que cuenta con todos, vamos a decir, los avales posibles para su aprobación.

Es verdad que las redes sociales son muy amplias, y es difícil ir contra cosas que se puedan poner en determinadas plataformas por determinados grupos que puedan ser privados; pero lo que sí es inconcebible que esté circulando una información falsa sobre un Programa del Ministerio de Educación por algún canal que sea de alguna institución, etcétera. Son cosas que tenemos que denunciar de inmediato, llamar la atención, porque efectivamente, se pueden colar en estos canales y bueno, una cosa son los canales privados y otra cosa son los canales institucionales. Entonces, son cuestiones también en las que estamos aprendiendo, en las que nuestras normas jurídicas incluso, no tienen hoy todas las herramientas para manejarlas y que, por suerte, estamos en un momento de transformación legislativa importante, donde también el mundo virtual va a entrar en el ámbito de cómo regularlo más allá de todo lo que sabemos de libertad de expresión, de libertad de participación. Es decir, no se puede manipular ni engañar a las personas en cosas tan serias y tan sensibles como estas.

Sandra América: Soy especialista principal del Taller de Transformación Integral del Barrio Zamora–Coco Solo, acá en Marianao. Les agradezco la invitación. Muy buenas las intervenciones de las panelistas. Es interesante el tema, un tema que es bastante complejo en nuestro país, que todavía hay que seguir trabajando en eso, y es un trabajo que es de todas y todos, como bien habían hablado por allá, con un carácter integral, donde interactúan muchos actores sociales.

Desde nuestras prácticas sociales trabajamos en las comunidades y no es más fácil: trabajar con diferentes grupos, personas, comunidades, en diferentes temas. Soy educadora popular, y desde esa metodología es importante llegarles a las personas, enamorarlas, introducir el tema, que es algo que es paulatino, que no es una camisa de fuerza, que es un proceso, que es lento, hasta que las personas tomen conciencia de lo que debe ser correcto o no en cuanto a derechos se refiere.

Hoy estamos trabajando con las educadoras de círculos infantiles. Soy Licenciada en Educación Preescolar hace muchos años, estamos trabajando con educadoras de círculos infantiles el tema de violencia de género. Es importantísima esa formación con esas educadoras porque, además de vivir en zonas precarias, por supuesto que sus maneras de pensar y de ser son las que tienen ellas de sus patrones, de su educación, que reproducen de generación en generación y que, por supuesto, con esos niños de los círculos infantiles hay que trabajar también, porque en los juegos de roles se dan muchos casos: «no cojas la muñeca, porque eso es de hembra». Entonces, hay que seguir trabajando en eso y es algo que el niño va creciendo con eso, la niña va creciendo con eso, además de dar charlas educativas con la familia también.

Esto requiere de ser sistemático, de ser continuo y, por supuesto, que debe partir de un diagnóstico participativo con enfoque de género. Ese diagnóstico, esa investigación, nos va a dar la posibilidad de ver cuáles son las necesidades más sentidas de las personas, dónde están los problemas, quiénes son los grupos, personas o comunidades más vulnerables y dónde podemos trabajar, de manera integral con la Federación, los CDR —como bien hablaron las panelistas— con todas esas personas, para entonces poder llegar a alcanzar el éxito deseado en nuestros proyectos comunitarios, que nosotras hacemos en conjunto con un grupo gestor enorme; para poder entonces, alcanzar esos hombres y mujeres con grandes valores humanos sin importar ni su raza, ni su género, ni su orientación sexual. Lo que importa es obtener hombres y mujeres de bien en un futuro, hombres y mujeres que sean de verdad dignos de admirar y de valorar por su condición, por su manera de pensar, de ser, sus valores, eso es lo más importante.

Soy una mujer, negra, Licenciada en Educación Preescolar, Máster en Desarrollo y Trabajo Social, soy una mujer que trabajo en función de educar para poder transformar, no es una camisa de fuerza como dije anteriormente, lo que sí es importante es la comunicación, esa comunicación constante. No podemos detenernos, tenemos que conversar, practicar la empatía y ponernos en el lugar del otro, demostrarles a las personas que las personas se valoran por sus valores, no por una orientación sexual, como dije anteriormente.

Entonces, estoy muy contenta y aquí estamos todas y todos en esta lucha. Es caminar juntas y juntos en busca de ese bienestar, de esa familiaridad, en busca de que todos y todas tengamos el derecho de ser felices, libres, sin discriminaciones de ningún tipo. Entonces, muchas gracias, no me queda más nada por decir, y seguimos en combate.

Joel Suárez: Buenas tardes, una alegría encontrarnos con tantas personas queridas y otras que iremos conociendo en estos programas. Aprovecho para anunciar que el próximo que vamos a tener va a tocar experiencias de batallas similares en América Latina, fundamentalmente tres casos: Brasil, Argentina y Perú.

En segundo lugar, ratificar a nombre de varios de los que estamos en el grupo que el campo religioso, como otros campos de la sociedad, está atravesado por los mismos conflictos que están moviendo la sociedad cubana actual y, por lo tanto, reiterar que hay cristianos y cristianas que tenemos otra cosmovisión y otra práctica comunitaria, eclesial y ecuménica muy distinta a todas esas que están rondando en las campañas. Solo invitar a no dejarnos caer en la tentación de la agresividad de la confrontación y actuar con mucha sabiduría. Estamos haciendo también algunos esfuerzos para compartir con activistas, organizaciones e instituciones donde hay personas creyentes que pueden tener habilidades para manejarse en estos temas, pero otros no; elementos que pudieran ayudar a enfrentar con firmeza, pero con ternura pedagógica esta avalancha de un fenómeno que por los carteles, los contenidos que asumen y los que divulgan no solo en las redes —desde 2016 y sobre todo en el 2018 con la Constitución, hacen un uso muy activo del paquete semanal—, por esos contenidos que asumen y materiales que divulgan dan cuenta de que es un fenómeno con una conexión transnacional, con una conexión nacional y con un anclaje en los territorios y lamentablemente están haciendo un trabajo de base y popular de signo negativo para nosotros, pero de convencimiento de persona a persona sobre todo en estos días donde, después de las reacciones iniciales al Código de las Familias — aún sin salir su texto, como sucedió con la Constitución, la han enfocado con el Código de las Familias.

Aunque Yamila fue prolija, abundante, y Ada de alguna manera, y Natividad, en la interdependencia jurídica, el entramado jurídico que sostiene un Programa de esta naturaleza, la base científica, afectiva inclusive que lo sostiene, a mí me gustaría que Yamila nos precisara qué relación hay, cómo cohabita, qué límites pueden ponerse unos a otros. Por un lado, el principio que aparece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos que dice que los padres tienen derecho de dar la educación a sus hijos que les dé la gana, que elijan; y por otro lado, los niños y las niñas tienen una cantidad de derechos que ya ella citó que pudieran decir «sí, papá, pero hasta aquí». ¿Cómo es eso? Porque estamos hablando de niños y niñas, porque, evidentemente, y muy oportunista y manipuladoramente, muchas de estas campañas están ya amenazando con que, si no se retira este Programa «cargado de ideología de género», en septiembre no llevan los muchachos a la escuela.

Yamila González Ferrer: Yo pienso que ahí, definitivamente, ese es un ejercicio de presión, como parte de toda la campaña que se está realizando en ese orden. Yo pienso, lo repito, como cuando lo expliqué en la presentación, que más allá de que madres y padres puedan, más allá a lo interno de la familia, obviamente, educar a sus hijos de la manera que consideren, vivimos en un sistema de derecho, en una sociedad, en un proyecto social que promueve determinados valores.

Nuestro sistema educativo es público, y esos son los valores que se promueven y que no atentan, de manera alguna, con respecto a los derechos humanos, todo lo contrario. Creo que de lo que estamos hablando aquí es de una cultura de derechos en la que deben ser educados nuestros niños, niñas y adolescentes, una cultura de derechos. Yo decía que estos programas, con total transparencia, son públicos, se integran a la vida, es decir, la familia se integra a la vida de la escuela. Yo creo que en la propia escuela se pueden promover debates con las madres y los padres, incluso para los niños en el desarrollo del derecho a la participación y a la información. Se pueden dar debates interesantísimos con determinados puntos de vista y de ninguna manera se está imponiendo un estilo de pensamiento, más allá de los valores que sí se inculcan por nuestro proyecto social, que están amparados en la Constitución y que son los que ha incorporado este Programa en su actualización, a partir de todos estos documentos, tanto internacionales como nacionales de los que ha bebido para expresarse y ampliarse con el contenido que tiene hoy.

No considero que el hecho de que el Programa exista sea un motivo en lo particular para negarse a que los niños, niñas y adolescentes vayan a las escuelas. Insisto, yo quisiera que se leyeran el Programa anterior, porque es que ya existía un Programa desde el 2011 que se había integrado perfectamente y mucho antes, había programas de educación sexual en las escuelas, y se ha integrado independientemente de toda la diversidad de pensamiento y de formas de ver la vida que tienen las madres y los padres y como se les ha inculcado a los hijos. Yo creo que la escuela ha sido, también, un espacio para este debate.

Yuleidys González Estrada: Muchas gracias, Yamila. Incluso está la formación de promotores de salud, ya no es solo en el Ministerio de Educación, sino también en el Ministerio de Educación Superior.

Entonces, le damos la palabra a Alberto Miguel de la Paz. Agradecía las intervenciones de Yamila y de Joel, por colocar nuevamente este asunto de las madres y los padres y sus derechos también a elegir la educación que se le da a la infancia, a la adolescencia, a la juventud. Realmente es un tema bastante importante. Adelante Alberto.

Alberto Miguel de la Paz: Gracias, buenas tardes. Lo primero es agradecer por este espacio que ha sido bastante dinámico, enriquecedor. Yo estaba posteando en la parte escrita algunas consideraciones al respecto, y me sumo a la necesidad de que estos temas sean socializados por todas las vías posibles, incluida la Resolución de la ministra, porque les permitirá a los padres, a todos los actores sociales poder participar activamente de esto. Creo que, en principio, habría que empezar también por educar o reeducar en cuestiones de género y de salud sexual integral a los profesores que van a formar a quienes después van a formar a los alumnos, porque se nos está dando el caso de muchos profesores de cara a la formación de educadores que no tienen claros estos términos y que no tienen una participación digamos, coherente y activa, con lo que la sociedad ahora mismo está demandando.

Por otra parte, creo que sería importantísimo exigir la participación de los medios de comunicación, porque la escuela tiene un espacio de acción que tenemos muy claro, pero, en este momento la comunicación audiovisual, el uso de los medios de comunicación, son vitales para lo que está sucediendo con la sociedad. Estamos conscientes de estar asistiendo a la formación de una generación que pudiera clasificarse como homovidents, que creen mucho en lo que ven y no basta ahora mismo con el excelente producto que fue Pubertad,hecho por Dibujos animados con la asesoría de Cenesex. Yo creo que tendríamos que llegar a un estado superior y empezar a demandar la posibilidad de crear nuevos proyectos, con actores, que siempre impactan más. Ya tenemos como referente lo maravilloso que sucedió a nivel de sociedad con el análisis de la novela El rostro de los días y eso es un buen punto de partida, y otras veces que se ha tocado el tema; pero urge que nuestros jóvenes tengan mejores imaginarios para que puedan aprender buenas prácticas con respecto a su identidad de género y a su participación social desde este punto de vista, donde puedan ver reflejadas las problemáticas que pudieran estar afectándolos en la Cuba diversa y plural que queremos construir.

Yuleidys González Estrada: Muchas gracias, Alberto. Con el permiso de ustedes me voy a adjudicar la palabra, para yo también decir algo sobre lo que estaba proponiendo Alberto, que desde el chat había llamado la atención sobre la necesidad del trabajo de base y sobre la pregunta de cómo se está organizando el cambio desde las organizaciones que coordinan o lideran el proceso. Ya las panelistas, Joel y desde otras intervenciones se ha estado hablando un poco de eso, pero sí me parece que es muy importante todo lo que él planteaba en torno a la imagen y a las implicaciones que tiene que tener todo el sistema de comunicación cubano en este proceso.

Además de eso, yo aprovecho para recordar que la educación de la sexualidad no se está dando solo desde la institucionalidad, o sea, me refiero, desde las escuelas. Ya hay muchos proyectos en Cuba, proyectos feministas, proyectos culturales que no son feministas ni de mujeres, pero son proyectos integrales, que vienen trabajando la educación de la sexualidad desde hace muchos años, y esos proyectos también están implicados. Yo creo que, más que preguntarle a los ministerios cómo van a apoyar la implementación del Programa, nos toca, como coordinadores y coordinadoras de redes, organizaciones y proyectos, primero: hacer esto que estamos haciendo ahora, aliarnos en función de promover el Programa en todos los espacios, de acompañar su implementación desde las acciones que nos planificamos también como proyectos, articulando con las organizaciones e instituciones locales. Y eso que ustedes planteaban acerca de la formación de los formadores también es una cuestión indispensable, pero en eso nosotros tenemos muchas herramientas, desde la Red de Educadores y Educadoras Populares, desde los proyectos que antes mencionaba, desde las nuevas redes y proyectos que han estado surgiendo en los últimos cinco, tres años, o en este mismo año, que tienen muchas herramientas con las cuales podemos contribuir a la formación de esas formadoras y formadores. Y, no solamente desde el Sistema de Educación, también está el caso de los juristas y estoy segura que Yamila sabe muy bien de esto, porque ella también lidera el proyecto de género de la Unión de Juristas, o sea, desde nuestras diferentes esferas de actuación.

Hay que ponerle el cuerpo, tenemos que ponerle el cuerpo, no solamente al Programa de Educación Integral de la Sexualidad, sino también al Programa para el Adelanto de la Mujer y al Código de Familia. A eso, nosotras y nosotros tenemos que ponerle el cuerpo. Yo creo que más allá de exigir, es necesario articular —y aquí hay varias personas en este mismo grupo que tienen influencias en el ICRT y en el sistema comunicacional cubano—, articularnos en acciones, como esta que estamos haciendo, yo creo que es fundamental.

Entonces, quiero recordarles que lo que están planteando en el chat también lo estamos recogiendo, y de alguna manera respondemos por allá, y si hay alguna pregunta la traemos para acá, como esta que planteaba Miguel Ángel Castillo en el chat de Waslalas, esto de cómo se estaba organizando el cambio desde las organizaciones y acá ya se ha abordado, no suficientemente, pero suficientemente para la tarde de hoy.

No veo ninguna otra mano levantada, llevamos dos horas de debate y se han mantenido 45 participantes a quienes agradecemos infinitamente por escuchar, por participar, por darnos sus criterios. Hay varias organizaciones representadas acá, las que no me voy a arriesgar a mencionar para no dejar fuera ninguna, pero para todas, nuestro agradecimiento. Les agradecemos, entonces, por habernos acompañado en esta tarde, y les invitamos al próximo panel, que se estará desarrollando dentro de unos días, ya les estaremos comunicando y nos encontraremos entonces en este mismo espacio de Waslalas a las dos de la tarde. Muchas gracias por su participación.

Fuente: https://medium.com/la-tiza/fundamentos-te%C3%B3ricos-legalidad-y-derechos-de-las-ni%C3%B1as-y-los-ni%C3%B1os-a-una-educaci%C3%B3n-integral-de-la-30a3da3f24f9

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