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G7: continuación o no de la suspensión del pago de la deuda ucraniana

Fuentes: CADTM [Foto: CC, wikimedia commons, ]

¿Por qué el G7 está discutiendo la deuda de Ucrania?

Desde hace más de un año, en el marco del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), los líderes de las principales potencias aliadas contra Rusia tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, debaten sin llegar a un punto de acuerdo sobre la financiación de la guerra y la reconstrucción de Ucrania.

Cabe recordar que, en el marco de las sanciones tomadas por los aliados en torno a la OTAN, se han bloqueado los activos de la Federación de Rusia en los países occidentales que ascienden a un poco menos de 300 mil millones de dólares. Y la mayor parte de estos activos se encuentran en una “clearhouse” llamada Euroclear con sede en Bruselas.

¿Quiénes son los acreedores de Ucrania?

La Unión Europea proporciona ayuda financiera en forma de préstamos que Ucrania tendrá que reembolsar

La ayuda proporcionada por Estados Unidos y las potencias occidentales europeas se realiza, en el caso de Estados Unidos, en forma de donaciones de armas u otras ayudas financieras, mientras que los europeos proporcionan las armas en forma de donaciones, y todo el resto de dicha ayuda financiera es en forma de préstamos que Ucrania tendrá que reembolsar. La deuda de Ucrania asciende a más de 100 mil millones de dólares. Los mercados financieros, es decir, grandes fondos de inversión y bancos, entre los grandes fondos de inversión están, por ejemplo BlackRock y PIMCO, son titulares de valores de la deuda ucraniana. También hay fondos buitre que acechan y han comprado títulos de la deuda ucraniana a precios muy bajos, con un descuento del 70 al 80%. En lo que se refiere a las instituciones multilaterales, están el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que son acreedores de Ucrania. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional no hacen donaciones y el FMI ha continuado durante la guerra exigiendo el reembolso de sus créditos cobrando un alto tipo de interés.

¿Ha habido una decisión de los acreedores de suspender los reembolsos demandados a Ucrania?

Toda la financiación concedida por el Banco Mundial y el FMI a Ucrania es en forma de créditos

En julio de 2022 las potencias occidentales acordaron posponer todos los pagos de la deuda por un período de dos años. En julio de 2024, si no se prolonga la suspensión del pago de la deuda, Ucrania debe reanudar los pagos.

Y como resultado, desde hace meses se están llevando a cabo negociaciones sobre lo que sucederá después de julio de 2024. La Unión Europea ha pospuesto la fecha en la que los reembolsos tendrán que reanudarse, un aplazamiento de varios años. Y por lo tanto, lo que está en cuestión son principalmente los reembolsos a los acreedores privados, así como a países que no están directamente en la alianza occidental, o que incluso se oponen a esta alianza occidental, y en particular China, que también es acreedora de Ucrania, pero también Rusia.

También hay que precisar que las autoridades de Kiev no piden la cancelación de la deuda ucraniana. Están por continuar con el endeudamiento del país. El gobierno neoliberal de Zelensky tomó prestado dentro de Ucrania para financiar la guerra, la resistencia a la invasión rusa, y siguió tomando prestado en el extranjero, especialmente del FMI, la UE, etc.

¿Hay que recordar que en 2022 se había lanzado una petición para la cancelación de la deuda?

Por parte de los movimientos sociales y la oposición de izquierda a la guerra existe la exigencia de cancelar por completo la deuda de Ucrania para liberar al pueblo ucraniano de esta carga y permitirle resistir y tener derecho a una reconstrucción del país acorde con sus intereses. Una petición mundial circuló ya en 2022. (Véase también 20669 )

Para saber más: ¿Por qué se debe anular la deuda de Ucrania? y Ucrania: Resistir a los acreedores

¿Por qué la negociación tiene lugar en el G7 y no en el G20?

La negociación sobre cómo financiar la guerra y la reconstrucción se lleva a cabo dentro del G7, porque si esto se discutiera en el G20, incluiría a las potencias del Sur global, especialmente a los BRICS, y por lo tanto a Rusia y China, que se oponen a la política occidental de sanciones. Brasil, India y Sudáfrica también se oponen a las sanciones. Por ejemplo, aunque India sea aliada de Estados Unidos, ha aumentado desde la invasión de Ucrania sus compras de petróleo a la Federación Rusa.

¿Cuáles son los desacuerdos entre los miembros del G7?

Dentro del G7 hay desacuerdos importantes. El gobierno de los Estados Unidos dice que es posible incautar los activos de la Federación de Rusia, y estos activos se encuentran principalmente en Europa y en particular en Bruselas. Estados Unidos dice: “Tomemos estos activos, estos activos financieros, pongámoslos en un fondo para financiar la guerra y la reconstrucción”“, mientras que los europeos, la mayoría de los europeos hasta ahora, de la Unión Europea, dicen: ”“No, si hacemos esto, tocamos la inmunidad de los Estados, y eso no solo afectará a la Federación de Rusia”“, pero sobre todo lo que les importa es que si se embargan los activos de la Federación de Rusia, y en particular los que están en Bruselas, el riesgo es que las potencias como China, los Estados del Golfo y otros países que colocan su dinero en Europa, retiren sus activos financieros de los bancos europeos, porque lo que le sucede a la Federación de Rusia también podría sucederles en el marco de sanciones que se tomarían contra ellos por otras razones en el futuro. Y por lo tanto, los europeos, y en particular Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, pero también el gobierno italiano, los belgas, los franceses, los alemanes, están en contra de que se toquen, que se embarguen directamente los activos de la Federación de Rusia que se encuentran en Bruselas, por las consecuencias que esto tendría para el euro como moneda de reserva internacional y para los grandes bancos privados europeos. El euro perdería su estatus de moneda de reserva o, en cualquier caso, su estatus de moneda de reserva internacional correría, según ellos, el riesgo de debilitarse fuertemente visto este precedente. Una parte importante de los depósitos de potencias como China u Oriente Medio en los bancos privados europeos también correría el riesgo de ser retirada. Los británicos están más bien del lado de Washington en esta discusión, pero son más cautelosos que los líderes del otro lado del Atlántico.

¿Hacia qué compromiso se dirige el G7?

Ciertamente vamos hacia el hecho de que el G7 decidirá no expropiar los activos rusos, y por lo tanto mantener la congelación de los activos rusos, y sobre la base de estos activos rusos, crearán un mecanismo para emitir títulos de deuda en nombre de Ucrania, se puede suponer, o en nombre de un consorcio de países para prestar este dinero a Ucrania.

Y así, en este caso, los activos rusos servirían de garantía para los grandes fondos de inversión y los grandes bancos que comprarían títulos de este préstamo que luego proporcionaría el dinero que se prestaría a Ucrania, y que por lo tanto aumentará sustancialmente la deuda ucraniana. En la prensa especializada se habla de un préstamo de 30 mil millones de dólares.

¿Qué posición se debería defender?

Yo diría que, en principio, los activos de un Estado agresor, un Estado que ha invadido el territorio de otro, o que participa activamente en la agresión militar de otro país, deberían poder ser incautados. Pero la pregunta es ¿quién gestiona los activos y para qué objetivos? Y ahí, en la situación internacional actual, no vemos en absoluto cómo sería factible que una incautación sea controlada por los movimientos sociales, por los ciudadanos del país agredido, de manera que el uso de los fondos incautados sirva realmente a los intereses del pueblo del país agredido. La incautación de los bienes de un país agresor obviamente debería afectar a todos los países agresores y esto significa que Estados Unidos y sus aliados que han realizado muchas agresiones e invasiones deberían estar sujetos a esta regla. Sin embargo, este obviamente no es el caso. Estados Unidos ha multiplicado durante casi un siglo y medio la incautación de bienes de otros Estados, empezando por los bienes de los Estados a los que estaban atacando o invadiendo, como fue el caso de Haití a partir de 1915, por tomar solo un ejemplo entre otros.

Pero no es solo la incautación de los activos de un país agresor lo que debe considerarse como una posible medida. Un fondo de financiación para la reconstrucción de Ucrania y la resistencia ucraniana a la agresión podría financiarse o debería financiarse con un impuesto sobre las grandes empresas privadas que se benefician de la guerra. Las industrias de armamento alemanas, francesas, norteamericanas y otros países se benefician de una manera muy importante del aumento de los presupuestos militares, de los suministros de armas a Ucrania [1].

Este es el caso, por ejemplo, de la empresa Rheinmetall en Alemania, que obtiene ganancias extraordinarias, pero en la misma situación están otras empresas de armamento muy grandes. Como mínimo, tendrían que pagar un impuesto proporcional al aumento de sus beneficios o igual al aumento de sus beneficios y que esta cantidad se transfiera a un fondo de desarrollo gestionado con la participación directa del pueblo ucraniano.

También habría que embargar los activos de los oligarcas que se aprovechan de la agresión de Ucrania, tanto los oligarcas rusos como los oligarcas ucranianos que se aprovechan de la situación. Así, se podrían recaudar cantidades sustanciales para financiar la resistencia del pueblo ucraniano y la reconstrucción del país.

Hay que señalar que si se cobrara un impuesto equivalente a los beneficios adicionales realizados por las empresas de armamento en el marco de esta guerra y otras guerras en general, se limitaría la propensión de estas empresas a alegrarse de la continuación de la guerra y contribuir a ella porque no se beneficiarían directamente.

Las medidas en términos de incautación de los bienes de los oligarcas, de incautación, por lo tanto confiscación, expropiación de sus bienes, van directamente en contra de la sacralización de la propiedad privada, y por lo tanto no hemos visto incautaciones importantes desde 2022 porque los gobiernos occidentales no están en absoluto inclinados a hacerlo incluso si se oponen a la Federación de Rusia. Habría que identificar exactamente lo que se ha hecho, pero ha sido extremadamente limitado y no se ha transferido a un fondo bajo el control de las poblaciones ucranianas. De hecho, no ha habido impuestos especiales a las empresas que se benefician de la guerra. He hablado de las empresas productoras de armas, pero también podemos hablar de las super ganancias realizadas por las empresas de gas y petróleo que se han beneficiado del enorme aumento del precio del gas líquido y el petróleo tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. También se puede hablar del aumento de los beneficios de las empresas que comercializan los cereales a nivel mundial, como las cuatro grandes empresas multinacionales que controlan el 80% del mercado mundial de cereales. Son tres empresas estadounidenses y una europea. Debería haberse recaudado un impuesto especial sobre los beneficios de estas empresas, debería cobrarse, incluso de forma retroactiva, tanto para financiar las necesidades de todas las poblaciones como para ayudar al pueblo ucraniano. También hay que seguir reclamando la cancelación de la deuda ucraniana.

Confiscación de los activos de los oligarcas, impuestos extraordinarios, cancelación de la deuda en lugar de nuevas deudas

Nada de esto es contemplado por los líderes del G7 y, por lo tanto, debemos plantear una posición claramente alternativa y en oposición a la política del G7 que tiene como objetivo prolongar la guerra, financiarla en gran medida con deuda. La posición de los países miembros del G7 tiene como objetivo utilizar la situación, incluso con la perspectiva de tomar el control de las riquezas naturales de Ucrania, de obtener la privatización de empresas públicas ucranianas como la empresa de gas, así como la empresa de producción y distribución de electricidad. Estas empresas son empresas públicas y el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, los gobiernos de Europa, la Unión Europea, Gran Bretaña, Estados Unidos querrían verlas privatizadas.

Y, por supuesto, también hay que luchar contra los grandes fondos de inversión, los grandes bancos privados que se benefician de la guerra prestando dinero a las potencias directamente implicadas en esta guerra y a Ucrania y que obtienen un beneficio significativo de ello.

Los grandes bancos privados europeos, a pesar de las sanciones, han multiplicado por 4 sus ganancias en Rusia desde el inicio de la invasión de Ucrania

También hay que saber que varios bancos privados europeos, entre ellos el austriaco Raiffaisen, los alemanes Deutsche Bank y Commerzbank, los italianos Unicredit e Intesa Sanpaolo, han continuado sus actividades en la Federación de Rusia. Y a pesar de las sanciones, han multiplicado por 4 sus ganancias en ese país desde el comienzo de la invasión de Ucrania. Acaban de pagar 800 millones de euros en impuestos sobre los beneficios a las autoridades rusas sin que se haya tomado ninguna medida por parte de las autoridades europeas. (Ver las revelaciones del Financial Times del 28 de abril de 2024: https://www.ft.com/content/cd6c28e2-d327-4c2a-a023-098ca43eacfb)

El autor agradece a Sushovan Dhar su ayuda.

Traducido por Alberto Nadal Fernández.

Notas:

[1] Por supuesto, en el lado ruso la industria armamentística también funciona a pleno rendimiento.

Eric Toussaint . Doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia

Fuente: https://www.cadtm.org/G7-Continuacion-o-no-de-la-suspension-del-pago-de-la-deuda-ucraniana