Me obsesionan los comienzos. Hubo un origen para todo (…) Me obsesionan los comienzos porque están perdidos.[1]
Visitas, noticias y mapas
Luego de varios años de esperarlos, finalmente, decidieron visitarnos, es una familia a la que queremos mucho, viven en Madrid y este año, el viento sopló a nuestro favor y les trajo hasta la Latitud 0, aquí a la mitad del mundo. En tiempo de visitas ver juntos un mapa es la forma más práctica de ubicarnos en un lugar y definir nuestra hoja de ruta. Para visitar Quito, la capital de Ecuador, el mapa turístico, evidentemente, destacó el Centro Histórico y en el recorrido priorizó la visita al santuario La Compañía.
El día que decidimos visitar el centro histórico, me desperté con una noticia que me dejó perpleja, el titular destacaba “En Galápagos se instalará una base militar”, un lugar que es un santuario natural para el mundo. Estaba estupefacta, sin habla, no lo podía creer, era una sin razón, un despropósito, una aberración, una profanación.
Mientras nos encaminábamos al centro pensaba que tal si el titular hubiera dicho “En la Compañía de Jesús, se instalará una base militar”.
Llegamos al centro histórico, estaban admirados y sobrecogidos, les conté que Quito fue declarada por la Unesco, Patrimonio Cultural de la Humanidad el 8 de septiembre de 1978, por tener una de las mayores densidades patrimoniales de los centros históricos de América Latina. Cuando llegamos a La Compañía, constataron que este santuario es uno de los lugares más hermosos de Quito, su construcción duró 160 años, se llevó a cabo en el siglo XVII por la Orden los Jesuitas. La parte interna de la iglesia está, casi en su totalidad, cubierta con láminas de oro, es una joya arquitectónica, una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad. Este es un patrimonio invaluable, un ícono del barroco quiteño. Visitarla es la oportunidad de conocer la historia, admirar su arquitectura y disfrutar de su valor artístico. Afortunadamente, a lo largo de nuestra la visita la noticia, que me descolocó en la mañana, no salió a la luz.
Luego de hacer un largo y detallado recorrido por el centro histórico de Quito, nos instalamos en un café para descansar y compartir. Te noto preocupada, me dijo mi amiga, le conté sobre la noticia y empezamos a conversar al respecto el símil que hacía con que se instale una base militar en La Compañía y en Galápagos. Conversamos un largo rato sobre el tema. En nuestra conversación recordamos que un santuario es un lugar sagrado o especial que inspira reverencia, devoción o respeto, debido a su asociación con la religión, la espiritualidad o la protección de la naturaleza; puede ser una edificación, un sitio histórico o un área natural. Recordamos también que dice sagrado a una cosa digna de veneración y respecto, por su relación con la divinidad o las fuerzas sobrenaturales y es de tal importancia que se considera irrenunciable.
Los santuarios naturales son áreas protegidas diseñadas específicamente para conservar y preservar los ecosistemas y su biodiversidad. Los santuarios religiosos tienen un enfoque espiritual, los naturales se centran en la conservación de la vida silvestre y el mantenimiento de hábitats naturales saludables, tienen un papel crucial en la ecología y la sostenibilidad ambiental.
Al final del día, para definir el siguiente recorrido, volvimos a los mapas. Los mapas son instrumentos de planificación, ubicación y proyección; a más de toda la información, nos traen emociones, percepciones y sensaciones. Antes, cuan grandes eran, debíamos encontrar el espacio adecuado para desplegarlos, y ahí observar sus características y trazar la ruta. Hoy, un par de clics en el teléfono nos llevan instantáneamente al mapa, al lugar y al recorrido que nos muestra la trayectoria que debemos hacer.
El mapa de Ecuador tiene varias singularidades. La primera es que, horizontalmente, de este a oeste o viceversa, está atravesado por la línea ecuatorial. La segunda es que, verticalmente, de sur a norte o viceversa, la cordillera de los Andes recorre el Ecuador continental, formando tres regiones claramente identificables, Costa, Sierra y Amazonía. La Tercera, es que, a 1.200 km al oeste, en el océano Pacífico, el mapa muestra su región insular, las Islas Galápagos. Esta última característica del mapa que siempre me llamó la atención.
Los mapas nos hablan de muchas maneras, hay mapas parlantes. El sustantivo se convirtió en verbo, hoy en día hablamos de mapear no solo la geografía sino también el territorio y el cuerpo, lo que se hace inclusive desde el yo, mapear mi cuerpo, mi territorio, mis emociones, proyecciones y preocupaciones. Un poco de esto último es lo que haré a continuación. En los mapas, al igual que en la vida misma. Hubo un origen para todo. Hoy el mapeo me lleva de regreso a las Islas Galápagos.
Muchas lunas atrás, en 1982, recuerdo que estaba en la isla Santa Cruz y era la primera vez que me hacían esta pregunta ¿Cuándo te regresas al continente? Regresé a ver al mapa y por primera vez en mi vida, caí en cuenta de la distancia que me separaba del continente y que estaba en medio del océano Pacífico, en la región insular de Ecuador, en las Islas Encantadas.
Galápagos, es parque nacional, es Patrimonio Natural de la Humanidad, ha sido calificadas como: Laboratorio Viviente, Vitrina de la Evolución, Paraíso Natural, Islas Encantadas, entre otros. En estricto sentido, las islas no tienen esta denominación de santuario natural, ya que esta no es una categoría oficial en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Ecuador – SNAP , sin embargo, cumple con todos sus requisitos.
En la visita que hicimos a Galápagos, con quienes nos visitaban, abrí mi caja de recuerdos y compartí algunas de las características que hacen de Galápagos un Santuario Natural.
Recorrí las islas por primera vez
Mi primer trabajo como bióloga, fue como guía naturalista en las Islas Galápagos. Ese recuerdo permanece en mí, así como todo lo que viví, compartí y aprendí. Fue un tiempo intenso e inolvidable. Me comprometió de por vida, con la conservación de la Naturaleza y sus comunidades.
Guardo este capítulo de mi vida en una caja de recuerdos que atesoro. Hoy, la noticia de la base militar en las Galápagos casi cae como una bomba sobre esta caja, logré hacerla a un lado y rescatarla; casi cae como una bomba sobre mi existencia, pero, alcancé a esquivarla.
Regreso a ver y abro esta caja para compartir mi sensación, emoción y preocupación y explicar el absurdo que representa abrir las Islas Galápagos para que una base militar opere allí, creo que es una profanación de este Santuario Natural.
Como parte de la capacitación para ser guía naturalista de las Islas Galápagos, recorrimos todo el archipiélago, en El Encantada, un hermoso velero rojo. Era julio del año 1982, éramos unos doce, un grupo bastante intercutural, entre estudiantes y guías, había colegas de Austria, Inglaterra, Holanda, Guayaquil y Quito, teníamos entre 20 y 38 años.
Para quienes no conocíamos el archipiélago, cada isla era un descubrimiento único, lleno de aventuras, sorpresas y novedades. A fin de estudiar y retener tanta información nueva, yo tomaba nota de todo, haciendo uso del lema, con el que siempre me han molestado mis amistades y colegas, Anita, anota. [2] El viaje fue fantástico fuimos de sur a norte, de este a oeste, estuvimos en las partes bajas y altas de las islas, buceamos, nadamos, recorrimos los senderos y la avalancha de datos, nombres científicos, ciclos de vida, procesos, cortejos y formaciones, era inagotable, continua, consistente y permanente. Los guías que nos acompañaban fueron nuestros mejores maestros y nos compartieron toda la información geológica, biológica, climática, ecológica, sobre plantas, animales, volcanes, flujos de lava, corrientes, historia, habitantes de las islas y demás.
Estaba fascinada con ese nuevo mundo que se abría y tenía que ir registrando y poniendo en orden toda la información, pues en un par de meses, luego de pasar el intenso curso y los exámenes en la Estación Científica Charles Darwin, sería yo quien tenía que transmitir a los turistas, todo lo que estábamos escuchando.
Cómo parte de esta capacitación, ascendimos al volcán Alcedo, en la isla Isabela. Luego de una larga caminata, en un sol canicular, llegamos al campamento, como a las 16H40. Un poco después de instalarnos, subimos hasta la cumbre de Alcedo a ver el atardecer. Sentados sobre unas piedras, contemplábamos el paisaje, el sol se escondía lentamente tras el volcán frente a nosotros y el ambiente era muy especial, conversábamos y compartíamos lo que esta experiencia había sido para cada una, para cada uno.
Nunca olvidaré cuándo Macarena comentó:
–Este viaje ha sido increíble, hemos visto de todo: tortugas, tiburones, mantarrayas, pingüinos… –y siguió enumerando las maravillas que pudimos descubrir, ver, vivir y compartir.
—Sí, realmente hemos sido muy afortunados, muchos animales han venido a saludarnos, el clima ha estado fantástico, el agua muy transparente y hasta ahora, todo ha salido muy bien –comentó Rob, uno de los guías.
Mientras Rob y Macarena conversaban, extasiados, contemplábamos ese atardecer maravilloso, el sol se iba descansar y las nubes cobijaban todo su cráter. De pronto se impuso un misterioso silencio que se mantuvo por un buen rato, hasta que Macarena comentó:
–De todos mis años como guía en Galápagos, lo que hasta ahora no he podido ver es una erupción. Hay erupciones justo cuando me tengo que ir al continente –se quejó, con un poco de nostalgia.
Los recién llegados no dimensionábamos este comentario y sonaba como algo totalmente improbable. Seguíamos en un estado de contemplación, cuando Rob comentó:
–Miren esa nube que sale del volcán Wolf.
–Está un poco extraña – dijo Marc, otro guía.
–Fíjense de dónde sale –-añadió Macarena.
Todos mirábamos la nube, efectivamente, era extraña, seguimos viéndola y comentando sobre la forma de la ella. De pronto, Macarena empezó a saltar y emocionada gritaba:
–Erupción, erupción, erupción…–nos tomaba de los hombros y nos sacudía para que salgamos del trance e insistía en sacudirnos, uno después de otro.
–Miren, que increíble, es una erupción –repetía, tratando de convencerse a ella misma, de que era verdad.
Fuimos testigos de la erupción del volcán Wolf, algo que nos dejó sin aliento, perplejos. Dando unos saltos largos en unos pocos minutos, bajamos al campamento para avisar al resto del grupo que había una erupción.
Al día siguiente, bajamos a grandes zancadas, corriendo lo más rápido que podíamos, para reportar por radio, desde el barco, al Parque Nacional Galápagos y a la Estación Charles Darwin lo que ocurría y para que el mundo supiera que los volcanes de Galápagos aún estaban muy activos. Navegamos hacia el norte y bajamos a tierra, en un periplo un poco arriesgado caminamos cerca del flujo de lava, constatamos, con nuestros propios ojos, a pocos metros de distancia, como la roca incandescente, al rojo vivo, fluía hacia el mar.
A bordo de El Encantada, fueron días, absolutamente, encantados, que nos tenían poseídos por Galápagos. Sentados en la proa del velero, escuchábamos the Sky is on fire de Sally Olfield y como si estuviéramos en trance venerábamos al volcán, que día y noche escupía lava, ofreciéndonos un espectáculo sobrecogedor, conmovedor y aterrador.
Esta fue para mí y para el equipo una experiencia inolvidable. Una erupción nos sobrecoge, nos obliga a rendirnos y a aceptar la grandeza de la Tierra, es una experiencia inolvidable que, sin lugar a duda, nos conecta con el origen, el origen del cosmos, del planeta, de la vida misma y de la vida en estas Islas Encantadas.
Y yo pienso en la nostálgica añoranza que me van a dejar estas islas únicas[3] […] a las que debo el haber visto convertidos en realidad algunos de mis sueños de niña salvaje e impresionable […] Quizá último asilo de los locos de la tierra, más sobre todo último asilo de primitiva poesía, incomparable fuente de emociones para todos aquéllos que […] son atraídos por la belleza fantástica de los paisajes de un comienzo del mundo, o por una vida noblemente ganada en la soledad o en fin por una sed de descubrimientos (11).[4]
Como tratando de sobrevivir a esta nostágica añoranza, me llené de libros con fotos para que cada vez que este sentimiento me poseía yo abría esos libros y viajaba de regreso a Galápagos.[5]
Origen de las islas
El paisaje en las islas Galápagos tiene una extraña belleza. Cada isla ofrece lugares inhóspitos, demostrando que la geología de las islas es fascinante. Herman Melville en “Las Encantadas” destaca un paisaje sombrío y hostil, puntualizando la aridez del terreno, la falta de vida y la percepción de aislamiento absoluto.[6]
Las islas se formaron por erupciones violentas sucesivas, que ocurrieron a lo largo de millones de años. Fue hace unos 4 o 5 millones de años, que en tiempo geológico no es mucho, cuando los picos de varios volcanes sobrepasaron la superficie del océano Pacífico y se fue creando este archipiélago.
Para entender su formación volcánica es importante saber que el archipiélago está ubicado en un «punto caliente», un lugar donde el magma, la roca al rojo vivo, de la Tierra está más caliente de lo usual y va saliendo de su interior, a través de erupciones y traspasa la corteza terrestre, lo que ha ido formando volcanes sobre el suelo oceánico. El punto caliente de Galápagos se encuentra en la parte occidental del archipiélago, hacia el lado de Fernandina e Isabela, la isla más grande.
Es importante recordar que la Tierra está formada de placas tectónica. Las islas están situadas al norte de la placa de Nazca, que se mueve lentamente, de este a oeste, unos 5 cm al año. Este movimiento hace que las islas más antiguas, se encuentren al este, cómo San Cristóbal. La más joven, Fernandina, está sobre el punto caliente, tiene menos de un millón de años y, no deja de sorprenderme, emocionarme, conmoverme, evidenciar que el 4 de marzo de 2024, aquí hubo una gran erupción. He visto las imágenes en las redes sociales e impresiona constatar cómo la lava fluye por los flancos del volcán y cuando llega al mar explota y emite grandes nubes de vapor.
Los paisajes volcánicos en Galápagos llaman la atención a cada paso, están en todas partes, hay flujos de lava, cráteres volcánicos, túneles de lava que se encuentran en las islas habitadas y deshabitadas, en las islas jóvenes y en las más antiguas.
Las islas se encuentran a 1.200 Km. al oeste de la costa de Ecuador. Como podemos constatar en los mapas. La isla Isabela, es la más grande de todas y está formada por la unión de seis volcanes diferentes sobre el nivel del mar. Este archipiélago es una de las zonas volcánicas más activas del mundo.
La mayoría de las Islas Galápagos están formadas por basalto. La lava basáltica es mucho más líquida que otros tipos de lava, y por esta razón llega más lejos y crea una pendiente mucho menor; así se forman los volcanes en escudo. Hay otro tipo de volcanes en forma de cono. Hay dos tipos de volcanes y dos tipos de lava, la pahoe hoe, una palabra que viene de Hawai, y la lava AA. La primera es la que parece una melcocha y la AA son bloques de roca partida cortante y filuda que se ubican de manera aleatoria y desordenada.
Llegaron y se establecieron
Ahora que sabemos cómo se formaron las islas, por erupciones volcánicas sucesivas y porque están ubicadas en un punto caliente, es importante también tener en cuenta, que, a más de ser islas volcánicas, jóvenes y activas, su ubicación geográfica es también un aspecto importante a considerar, pues es otro factor que las hace únicas.
Volviendo a los mapas, notemos que las Islas Galápagos están atravesadas por la línea Ecuatorial, están distantes del continente 1200 km y reciben la influencia de tres corrientes marinas que afectan directamente en su clima y biodiversidad. La corriente de Cromwell viene desde la costa occidental del archipiélago. La corriente cálida de Panamá se mueve desde el noreste. La corriente fría de Humboldt que proviene desde el sureste, es decir de Perú y Chile.
Estas condiciones permiten que se puedan observar especies típicamente de lugares fríos, como los elegantes pingüinos que se lucen en zonas frías como los polos. La corriente que trae agua caliente del norte e influye durante la época lluviosa, es decir de diciembre a mayo, aproximadamente, y la corriente de Humboldt, que es de agua muy fría y viene desde el extremo sur del continente e influye en la época de la garúa, de junio a noviembre.
Estás corrientes marcan las estaciones, la época caliente, en la que llueve y la época fría en la que garúa, y son importantes, porque fueron una de las vías, a través de las cuáles la vida llegó a las islas.
Imaginemos como eran las islas al inicio. Luego de las erupciones, no había vida en las islas, había solo lava. Con el pasar del tiempo, por el contacto de la lava con el aire, de a poquito se fue formando el suelo, con el aire llegaron semillas, esporas, que cayeron en esos montoncitos de tierra fértil y ese fue el inicio de la vida. Es fascinante como en las Galápagos una puede constatar el inicio de la vida. Algunas semillas de plantas llegaron con el viento, otras llegaron pegadas en el plumaje de las aves y huevos de aves y reptiles llegaron transportadas en pedazos de tierra, traídas por las corrientes marinas.
Debido a la influencia de las tres corrientes en Galápagos conviven especies de aguas frías y de aguas caliente.[7]
El pingüino es un buen ejemplo de una especie que llegó a las Galápagos por la corriente marina de Humboldt, migró desde las aguas heladas del sur y en Galápagos se adaptó. Hay 16 especies de pingüinos que habitan el planeta, una de esas especies vive solo en las Islas Galápagos y en ninguna otra parte del mundo. El pingüino de Galápagos es endémico. Una especie endémica hace referencia a que esta se adaptó a vivir allí y no se la encuentra en ningún otro sitio del planeta. Es sin duda, una realidad que asombra, emociona y conmueve, por su fragilidad y singularidad.
Los pingüinos de Galápagos son la tercera clase de pingüino más pequeño del planeta. Es muy hidrodinámico, puede nadar hasta a 35 km por hora, veinte veces más rápido que un humano. Este pingüino tiene una población entre 2000 y 4.800 ejemplares. La mayoría de su población se encuentra en la costa rocosa de las islas Fernandina e Isabela, las más occidentales de Galápagos.
Este pequeño pingüino no anida en colonias, sino en pequeños grupos de dos o tres parejas. Incuban dos huevos durante cuarenta días. Las crías van al agua luego de los tres meses. Hay menos de mil parejas reproductoras de estos pingüinos, en las islas, es decir en el mundo.
El pingüino de Galápagos (Spheniscus mendiculus), está muy afectada, principalmente por el cambio climático y alteraciones de su hábitat. Es una especie “En Peligro de extinción”, según la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza y el Medio Ambiente – UICN.[8] [9] La población de pingüinos en Galápagos se ve afectada por la destrucción de sus lugares de anidación; la reducción de la cantidad de alimento disponible; la depredación y el impacto creciente del fenómeno del Niño.
La mayor parte de pingüinos viven al oeste del archipiélago, en Fernandina e Isabella, sin embargo, si tenía suerte, con los turistas, a veces los encontrábamos en Bartolomé y podíamos bucear con ellos.
Siguiendo con la explicación de cómo llegaron las especies a las islas, con la corriente de Panamá, desde el norte, llegaron también plantas y animales. Un buen ejemplo es la especie que da la bienvenida a quienes visitan las islas, son juguetones en el agua, son ociosos fuera de ella y su olor es muy marcado e inconfundible. Se trata de los lobos marinos, que llegaron desde California.
Probablemente, la iguana terrestre llegó también de esta manera. Durante la época lluviosa, en el continente hay pedazos de tierra, masas de vegetación, que se desprenden y flotan en los ríos y en el mar. En ellos viajaron huevos de aves terrestres y marinas, así como de reptiles, al igual que semillas, plantas y esporas.
Es por esto que las plantas y animales de Galápagos tienen relación con las especies que se encuentran en el continente. Muchas de las plantas y animales que llegaron a las islas, no lograron adaptarse y murieron, las especies que sobrevivieron, evolucionaron a formas únicas y lograron establecerse en las islas; son las especies endémicas.
¿Cómo se establecieron en Galápagos?
Una vez que llegó una especie determinada desde el continente se fueron dando cambios en la población y la selección natural favoreció a las especies que se adaptaron mejor a un ambiente determinado. Esta población llegó a diferenciarse de la de su especie en el continente; mientras la especie se establece mejor, puede continuar diversificándose.
A las islas del continente no llegaron, por vías naturales, especies depredadoras terrestres como canes o perros y felinos o gatos. Debido a la distancia tan grande que las separa del continente, era muy difícil que sobrevivan este trayecto tan largo, sin agua dulce ni alimento. A las islas llegaron solamente, algunas especies de aves y reptiles, lo que hizo que no haya mucha competencia por espacio y comida, además, esta falta de depredadores terrestres hizo que los animales sean totalmente mansos, pues no tenían de quien defenderse.
Esas condiciones de aislamiento, de abundancia de alimento y falta de competencia, llevaron a especializaciones muy curiosas, como la del cormorán de Galápagos que debido a que encontraba abundante comida cerca, sus alas se acortaron en tamaño, pues no requería volar, pero aprendió a bucear para alimentarse de peces de la zona costera, pulpos, calamares y anguilas. Así como esta especie, el cormorant no volador, (Phalacrocorax harrisi), que vive solamente n las costas de Fernandina e Isabella y es único en el mundo, hay muchos otros ejemplos de adaptación y especialización, que son la base de la teoría de la evolución.
Las islas Galápagos, formadas por trece islas grandes, son una de las islas mejor conservadas del mundo y están consideradas como un laboratorio natural que inspiró a Charles Darwin a desarrollar su teoría de la evolución y selección natural de las especies.
Charles Darwin, el naturalista
Charles Darwin fue un naturalista inglés, luego de graduarse en la Universidad de Cambridge en 1831, navegó por el mundo durante cinco años a bordo del bergantín HMS Beagle. Darwin estuvo cinco semanas en las islas Galápagos, tiempo en el que observó que muchas plantas y animales eran muy distintas de las especies continentales de América del Sur. Sobre su viaje expresó que, “a la distancia las islas parecen muertas, pero qué inmensa variedad de vida se ha creado aquí”.[10]
Este grupo de islas es un pequeño mundo en sí mismo…tanto en el espacio como en el tiempo, parece acercarnos al gran hecho -ese misterio de misterios- de la primera aparición de los nuevos seres en esta Tierra.[11]
Darwin tomó muchas anotaciones sobre la vida silvestre y la Naturaleza, también reunió miles de especies que llevó a su país, el Reino Unido. La travesía del Beagle regresó a Inglaterra en 1836 y luego Darwin pasó veinte años trabajando en su teoría de la evolución, publicada en 1859, en el libro “El origen de las especies por medio de la selección natural”.
Desde mi regreso he estado inmerso en un trabajo muy audaz, y no sé de una sola persona que dejara de llamarme loco. Me impresionó tanto la distribución de los organismos de las Galápagos, etc., etc., que decidí recoger a ciegas toda clase de hechos que pudieran relacionarse de cualquier manera con qué sean las especies. […] Por fin ha surgido un rayo de luz, y estoy casi convencido (totalmente en contra de la opinión de la que partí) de que las especies no son (es como confesar un asesinato) inmutables. […]
Creo que he descubierto (¡vaya presunción!) la sencilla manera en que las especies llegan a adaptarse exquisitamente a diversos fines.[12]
Esta teoría se basó en la variación entre animales o plantas de la misma especie. Los ejemplares mejor adaptados sobrevivirán a la “lucha por la vida” y transmitirán sus características exitosas a sus descendientes. La herencia de características físicas capaces de hacer frente a “la lucha por la vida” se conoce como “selección natural”.
Aves, animales y las plantas se adaptaron de manera notable para sobrevivir en el ambiente volcánico de este archipiélago, en sus 13 islas e islotes volcánicos menores.
A la vista de todo lo que ha podido observarse en este archipiélago, resulta verdaderamente asombrosa la gran cantidad de fuerza creadora, valga la expresión, evidenciada por estas pequeñas islas, rocosas y estériles […] Ya he dicho que las islas Galápagos pueden considerarse un satélite de América, pero en realidad debiera haber hablado de un grupo de satélites físicamente semejantes, orgánicamente distintos e íntimamente emparentados entre sí y asimismo con el gran continente americano, aunque en grado menor (207 y s.).[13]
Los pinzones de Galápagos
Los pinzones, estas pequeñas aves, que no llaman mucho la atención, también se les conoce como pinzones de Darwin y son muy famosas. Darwin observó que algunos viven en los árboles y comen insectos, otros viven en la tierra y comen semillas de diverso tipo y otros comen flores e insectos. Su alimentación determinó una forma específica de su pico. Entre ellos su color y tamaño también varían. A partir de estas características, los pinzones fueron clasificados en trece especies.[14]
Imaginemos que una bandada de pinzones llegó desde el continente a una isla muy seca donde las únicas plantas eran cactus, solamente los individuos que podían comer cactus sobrevivieron; estos transmitieron sus rasgos para comer cactus, a su descendencia. Esta nueva población, se mantuvo separada de los otros pinzones por un tiempo suficiente, lo que hizo que surja una nueva especie de comedores de cactus.
Darwin señaló que cada especie de pinzón se adaptó a diversas condiciones naturales como la geología, el clima, la vegetación y a fin de poder competir por recursos con otros animales. Resaltó que los animales y plantas mal adaptados a su entorno no sobreviven y por tanto, no se reproducen, por lo que la población de su especie disminuye y podría, eventualmente, llegar a extinguirse y ser remplazada por otras especies mejor adaptadas al medio. El llamó a este proceso de eliminación la “selección natural” o “supervivencia del más fuerte”.
Darwin analizó que, si trece especies de pinzones pudieron venir de un antepasado por la selección natural, entonces toda vida tiene un antepasado común. Él vio la selección natural como una manera de lograr cambios en la vida que se trasmite de una generación a otra, es decir, evolucionan.
Los Darwin de hoy pueden observar con detalle, como las presiones, como la competencia y los cambios amnientales, son capaces de forjar nuevas especies. [15]
Cooperación y solidaridad
Luego de la publicación de Darwin se generalizó la idea de que en la evolución era clave la supervivencia del más fuerte y mejor adaptado. Esto fue bastante cuestionado y se dijo que era una interpretación incorrecta de la selección natural, que destaca un principio egoísta para la supervivencia del más fuerte. [16]
Este cuestionamiento surgió cuando se trató de aplicar el mecanismo de la selección natural darwiniano a las sociedades humanas. Está claro que, en la evolución del ser humano, junto al mecanismo de la selección natural, hubo otros factores clave como la cooperación y la solidaridad.
En la aparición del género Homo, la del ser humano, desde hace unos 2,5 millones de años, fueron clave la cooperación y la solidaridad. Además, estas no son características exclusivamente humanas. En el reino animal, hay ejemplos de solidaridad en chimpancés, orangutanes, delfines o incluso en los pingüinos. La cooperación se puede identificar también en otros mamíferos, aves, reptiles y peces.
Los seres humanos, hemos desarrollado la cooperación y la solidaridad para fortalecer al grupo e ir ocupando todos los ecosistemas del planeta. por muy adversos que estos sean.
Descubrir, recorrer y navegar
Como guía naturalista puede compartir las Galápagos con visitantes de aquí y de allá y tener el privilegio de descubrir, recorrer y navegar sus esteros, caletas, túneles, cráteres, corrientes, senderos y demás rincones terrestres y marinos, fue una experiencia única. [17] [18] Una experiencia única, porque las islas son únicas. Allí conversé con gente del mundo entero y además con piqueros, iguanas y pinzones; nadé con tiburones, lobos marinos y pingüinos y descubrí la fuerza y la magia de la madre tierra.
Los secretos, la magia y el encanto de las Galápagos atravesaron mi cuerpo, mi mente y espíritu. Creo que esto le pasa a cualquier persona que conoce las Islas Galápagos. Su encanto es inigualable y que se fija en el recuerdo de una manera imborrable.
Ahora que ya tenemos claro cómo se formaron las islas y cómo fue el arribo y establecimiento de las especies, les hago una invitación para seguir descubriendo el encanto de Galápagos, que espero permanezca en tu recuerdo para siempre!
Al llegar a las islas, los lobos marinos vienen a dar la bienvenida. Esta especie vive en todo el archipiélago, se los encuentra por dónde vas, son un gran atractivo por su mansedumbre, son juguetones en el agua y muy hidrodinámicos. Cuando era guía naturalista, esa era una de las primeras explicaciones que compartía con los turistas.
Vestida con mi uniforme, un pantalón corto y una camisa caqui, escogiendo el lugar en el que el grupo me viera y me escuchara y encontrando el mecanismo para atraer su atención, les contaba sobre estos bellos animales.
Los lobos marinos, son una especie de mamífero carnívoro, que llegó desde California, hace muchísimos años, su nombre científico es Zalopus californianus woellebaeki (a quienes estudiamos biología nos gusta resaltar los nombres científicos)se alimentan de peces, durante el día, para lo que tienen que sumergirse a grandes profundidades de hasta 30 y 40 m.
Es importante que sepan, enfatizaba en mi explicación, que de las hembras y cachorros no hay que tener miedo, pero de los machos si hay que tener mucho cuidado. Son mucho más grandes, pesan entre 300 y 380 kg, son muy territoriales y cuidan su harén con mucho celo, si te encuentras con uno, es mejor que guardes distancia prudencial. A los machos se los distingue con facilidad por su mayor tamaño y además, porque tienen una protuberancia en la parte frontal de la cabeza.
De mayo a enero es su período de apareamiento. Entre 340 y 365 días dura el tiempo de gestación. Las hembras destetan a sus crías luego de 11 o 12 meses, las crías aprenden a nadar en la primera o segunda semana de vida. La hembra se aparea nuevamente luego de que las crías alcanzan la segunda o tercera semana de vida. Las madres lobas marinas se mantienen con sus crías hasta los tres años.
Viajando para atrás en el tiempo, a ese tiempo en el que era guía, vuelven a aparecer los recuerdos más emocionantes. Una tarde en la isla Española, mientras avanzamos en grupo, a cierta distancia vi a una loba que estaba pariendo, me detuve enseguida y poniendo mi dedo sobre mi boca, en señal de silencio, me di la vuelta para pedir a quien estaba detrás que hiciera silencio y que pasara la voz. Nos sentamos en la lava y a unos 10m de distancia vimos como la loba traía al mundo a su cachorro. Ella gimiendo y haciendo unos ruidos fuertes, como ronquidos profundos hacia afuera y lamentándose, quedó tendida en la lava, al poco rato la placenta salió. Mientras mirábamos extasiados cómo si todo esto que estábamos viendo, no fuera poco, al poco rato, llegó planeando un gavilán de Galápagos (Buteo galapagoensis)[19], se posó sobre la placenta y se la empezó a comer. La loba, temerosa de su cachorro, defendiéndolo se movía y hacía ruidos, tratando de ahuyentarlo y de que no se acerque al pequeño. Ahí estábamos casi sin aliento, muy impresionados y conmovidos, éra como estar dentro de un documental de National Geográfic pero esto ocurría en la vida real. Habríamos podido quedarnos ahí toda la tarde, lastimosamente, había que continuar el recorrido y poco a poco nos levantamos para seguir la visita.
A veces se ven lobos que tienen heridas y cicatrices. Los tiburones de Galápagos y las orcas son sus depredares. Desde 1996, los lobos marinos de Galápagos están como especies amenazadas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN. Cuando se menciona esta lista, recuerdo a un amigo, que cada vez que sabe que una especie ha desaparecido, se viste de duelo y creo que no es para menos, cuando una especie desaparece de la Tierra, no hay vuelta atrás, lo hace para siempre; es desolador, es muy triste.
Un cortejo épico
Continuando la visita en la isla Española, nos topamos con los albatros (Phoebastria irrorata)[20], aves muy grandes y con un pico amarillo destacado; puede medir hasta 89 cm de largo, pesar 2 kilos y tener una envergadura de 230–240 cm.; es un viajero muy eficiente, gracias a sus grandes alas, diseñadas para planear, con las que alcanza velocidades de 90 km por hora. Esta ave es longeva puede vivir hasta 80 años.
Solo se reproducen en esta isla, en ningún otro lugar del mundo, el cortejo, apareamiento y crianza se hace en zonas bastante abiertas, con pocos arbustos, sobre la lava desnuda; nunca están lejos del Océano, se mantienen cerca de las zonas de alimentación.[21]
En la época de apareamiento su ritual de cortejo es un maravilloso espectáculo. Sucesivas demostraciones de galantería, amor y destreza sentimental que, por turnos expresan el macho y la hembra, con pasos acompasados torpemente, incluyen giros, reverencias, acicalamiento mutuo y chasquidos del pico, cuando suben sus picos, parecería que elevan sus plegarias al cielo para que su pareja le escoja, le acepte y le quiera para reproducirse. Es un cortejo muy esforzado, una puesta en escena que parecería que quiere demostrar lo que se debe hacer para atraer a la pareja, sin duda, un desafío que demanda esfuerzo, creatividad y compromiso.
Los Albatros de las Galápagos son monógamos y los vínculos de pareja son de por vida. La hembra pone un huevo y ambos progenitores lo incuban durante dos meses; el periodo de cría es entre abril y junio. El polluelo tiene un grueso plumón marrón negruzco que lo cubre. Cuando tiene dos semanas, los padres dejan al polluelo mientras van a pescar al mar. A su regreso lo alimentan con un líquido de pescado aceitoso predigerido. El polluelo vuela cuando tiene unos 165 días, en enero abandona la colonia y permanece en el mar durante varios años hasta que es capaz de criar. Los juveniles alcanzarán la madurez reproductora entre los 3 a 6 años.
El corazón se le sale del cuerpo
Otro espectáculo que llama mucho la atención en el recorrido por las islas es el cortejo de las fragatas. Los machos de las fragatas tienen esta gran bolsa rojaque inflan para atraer a las hembras, en la temporada del apareamiento. Es una manera muy original de enamorar a la hembra, es como si el corazón se le saliera del cuerpo. La hembra sobrevuela sobre el grupo de machos para escoger su pareja, mientras ellos mueven esta bolsa roja inflada de un lado al otro y realizan unos sonidos como un tamborileo y extienden sus alas.
En Galápagos, mientras recorría los senderos de las islas con los turistas, en las zonas de apareamiento de las fragatas, observábamos muy de cerca este romántico e impresionante cortejo. En este espectacular ritual podíamos comprobar como la construcción del nido era un trabajo en cooperación, dónde se incubaba un solo huevo, en una tarea compartida por igual, entre los dos. Era muy emocionante cuando lográbamos ver a los polluelos, y les contaba que son cuidados por ambos padres hasta los cinco meses, después de lo cual los machos abandonan el nido. Las hembras siguen cuidando a las crías por más de un año y sus crías pueden volar a los 5 meses.
A las fragatas se les llama también aves piratas, ellas tienen atrofiada su glándula pineal, la que permite impermeabilizar las plumas, por lo tanto, no pueden mojarse. Cuando se van a alimentar, se las ve volando al ras del agua y con su pico largo y ganchudo al final, agarran peces que están en la superficie, otras veces se las ve robando peces de otras aves, en el aire. Haciendo maniobras extraordinarias, ellas persiguen a otros pájaros que ya han capturado su comida y les obligan a botar o regurgitar su alimento.
Las fragatas son aves muy grandes, pueden medir entre 85 y 105 cm, y con las alas abiertas llegan a medir hasta 230 cm, entre las dos puntas de las alas.
En Galápagos hay dos especies de fragatas (Fragata minor y Fragata magnificens), que son las mismas que hay en el continente. Cuando se las ve volar y planear, parece que no hicieran esfuerzo, aprovechan las corrientes de aire y pueden permanecer en el aire sin descanso, durante días y noches, porque tienen huesos muy ligeros y vuelan distancias increíblemente grandes.[22]
Algunos reptiles de Galápagos [23]
La lagartija de lava es otra de las especies con la que primero nos topábamos al desembarcar en las islas. Esta era también, una de las informaciones que compartía con quienes visitaban las islas.
En cada una de las seis islas grandes hay una especie propia, todas son del género Tropidurus sp., cada especie tiene un color, tamaño y comportamiento que lo caracteriza. Los machos son más grandes que las hembras y su peso es unas tres veces más que el de ellas. Los machos tienen una coloración roja en la cara que se enciende en la época de celo o apareamiento, que es durante la época de lluvias, de diciembre a mayo.
Con los turistas, casi siempre nos deteníamos a ver como el macho hacía lagartijas para atraer a la hembra, es decir, se alza sobre sus patas anteriores y hace movimientos rápidos de su cabeza de arriba abajo, observar como hacía esta especie de flexiones de pecho, era muy divertido.
En un lugar con suelo suave, húmedo, bien aireado y caliente, la hembra deposita de 2 a 3 huevos, que eclosionan en unos dos o tres meses. Las lagartijas de lava son territoriales y se alimentan de moscas, saltamontes, mariposas y escarabajos.
el azote, como pudiéramos llamarlo, de estas islas […] las coloca en un lugar privilegiado de desolación […] es que aquí el cambio nunca llega; ni el de las estaciones ni el de los sentimientos que despiertan […] Otro de los aspectos notables de estos lugares es su dificultad para habitarlos. Aun en las ruinas más desoladoras puede el chacal hacer su cueva y convertirlas así en su hogar, pero las Galápagos rechazan albergar hasta a las bestias. Ni el hombre ni el lobo las habitan, tan solo los reptiles, las tortugas, las enormes serpientes, las arañas y esa broma pesada de la naturaleza conocida con el nombre de «iguana».[24]
Las iguanas terrestres (Conolophus subcristatus)son animales muy impresionantes. La información que compartía, con quienes visitaban las islas, era que:son endémicas de las islas, son amarillentas oscuras y forman colonias en las partes más áridas de las islas, dónde cavan su madriguera a unos 20 cm de profundidad.
Estas iguanas se alimentan de cortezas y brotes tiernos de arbustos, hierbas y cactus que se comen con espinas y todo. Muchas veces, con los turistas, las encontrábamos pegándose su buen banquete de cactus y en silencio, a una cierta distancia, observábamos como degustaban, bocado a bocado, las Opuntias y sus flores amarillas.
Los machos son territoriales. Lo que constaté varias veces, con los grupos de turistas, al verlos ahuyentar a otro macho que osaba traspasar su territorio.
Las iguanas rosadas (Conolophus marthae), son una especie considerada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Una reciente expedición científica en las Islas Galápagos (Ecuador), al volcán Wolf en la isla Isabella, recabó nuevos datos para avanzar en la conservación de la singular iguana rosada. Durante la expedición, se documentaron seis individuos, no registrados previamente, entre la población de 68 iguanas bajo seguimiento.
La expedición, conformada por guardaparques del Parque Nacional Galápagos y un equipo de Galápagos Conservancy, destacó la reducción de rastros de gatos ferales, un progreso favorable en el control de especies introducidas, una de las principales amenazas de las iguanas».[25]
Las iguanas marinas son también muy singulares, se las puede ver en casi todas las islas, son endémica de las islas y miden 90 cm aproximadamente, tienen la piel gris oscura y una cresta de espinas que va desde la cabeza hasta la cola. Hay siete subespecies (Amblyrhynchus cristatus)que tienen colores y tamaños que las diferencian, las más grandes viven en la isla Isabela.
Esta iguana marina es única en el mundo, tiene su ciclo de vida en la zona entre mareas y se alimenta, sobre todo de algas que están en las rocas, su hocico corto y chato, se ha adaptado para esto. Pueden permanecer bajo el agua hasta una hora. Cada visitante, que era parte del grupo que guiaba, se maravillaba viéndolas nadar, con su cabeza fuera del agua y su cola aplanada que se mueve de un lado al otro, permitiéndolas avanzar. Yo les contaba que su apareamiento inicia en enero, los machos son territoriales, las hembras depositan dos o tres huevos en la arena, las pequeñas iguanas una vez que salen se alimentan por sí solas. También se impresionaban al verlas sobre la lava, en colonias numerosas y de tanto en tanto constatar como botan gotas de agua por sus fosas nasales, para deshacerse del exceso de sal. A pesar de que Charles Darwin describió su aspecto como «horrendo», los rasgos inusuales de estas iguanas son sorprendentes en términos de supervivencia evolutiva, siendo la única especie de lagarto que nada en el mar.
Las tortugas Galápagos son las habitantes más famosas de las islas, la que dieron su nombre; si bien su nombre oficial es Archipiélago de Colón, casi todo el mundo las conoce como las Islas Galápagos.
Las tortugas vivían en las islas más grandes del archipiélago y se las ha clasificado en 14 subespecies. Su nombre científico es Geochelone elephantopus.[26] Por su forma de caparazón se clasifican en dos grandes grupos, las que tiene forma de silla de montar y las que tiene forma de domo. La primera, tiene el caparazón alto y levantado en la parte anterior y sus miembros son largos, para que puedan alzarse y comer la vegetación alta de arbustos y cactus más altos. La tortuga que tiene caparazón en forma de domo, más redondeado, se alimenta de vegetación baja, a ras del suelo.
Las Galápagos tienen una vida reposada, están activas desde las 7 u 8 de la mañana hasta las 4 o 5 de la tarde, cuando ya se van a descansar. Otra de sus características es que pueden soportar largos períodos de sequía, pues almacenan grandes cantidades de agua y grasa en su cuerpo.
Estas características fueron la causa de su extinción en algunas islas, pues eran presa fácil y muy apreciadas por piratas, bucaneros y balleneros que llegaron a las islas. En esa época no había refrigeradoras y las tortugas eran almacenadas en las bodegas de los barcos, pues podían permanecer vivas hasta un año, sin comer ni beber. Razón por la cual el número de tortugas disminuyó notablemente. Según algunos cuadernos de balleneros, se sacó a unas 15.000 tortugas por su alimento entre 1811-1844.
Luego llegaron los colonos que también exterminaron otras miles de tortugas para aprovechar su carne y aceite.
El ser humano ya no mata tortugas, sin embargo, los animales introducidos por él, si afectan a esta y a otras especies, pues transforman el hábitat de las especies que viven en el archipiélago, compiten por su alimento, destruyen sus nidos, se comen los huevos y las galapaguitos.
En la visita al Parque Nacional Galápagos y a la Estación Charles Darwin, en Santa Cruz y en la galapaguera en San Cristóbal, se conoce sobre los programas de crianza para conservar y aumentar las tortugas Galápagos, especie emblemática de las islas, que le dio su nombre.
Las personas en Galápagos
La historia de las Galápagos se destaca, sobre todo, por su vida silvestre, la particularidad de su formación geológica y el arribo y establecimiento de las especies, su adaptación y evolución. Sin embargo, la historia humana reviste también mucho interés pues la interacción de las personas con el entorno natural es parte de la historia de las islas.[27] [28]
Las islas Galápagos fueron visitadas por muchos piratas y bucaneros. Como ya señalé, las poblaciones de tortugas disminuyeron notablemente debido a que los piratas y bucaneros las atrapaban para tenerlas como reserva de alimento en sus barcos.
Comparto algunos datos sobre los viajes de piratas. En 1680 un buque y su capitán John Cook llegaron a la isla Santiago porque el capitán Cook cayó enfermo. En ese viaje, hicieron un mapa de navegación de las islas. En 1697 el inglés William Dampier, como naturalista, escribió de las islas Galápagos en su libro “Nuevo viaje alrededor del mundo”.
Entre los siglos XVI y XVIII, había muchos piratas ingleses en las islas Galápagos. Utilizaron las islas como lugar de refugio, para esconderse de los españoles, pues estaban situadas estratégicamente, en el Pacífico.
En el siglo XIX, la piratería y el poder español, en Latinoamérica, empezaron a disminuir y la Revolución Industrial cambió el interés por el oro al de aceite de ballenas. La caza de ballenas fue el nuevo negocio en las islas Galápagos, los buques ingleses y americanos empezaron a explorar las islas con este fin. En este periodo, se introdujeron nuevos animales en las islas, por ejemplo, el chivo o cabra, que afectó el entorno y desplazó a especies nativas de las islas.
Las islas Galápagos fueron una de las principales estaciones balleneras, antes de que se cree una base en Japón, en 1819. A causa de la caza de ballenas, la población de ballenas disminuyó muchísimo y también los leones marinos estuvieron cerca de la extinción.
Herman Melville, quien visitó varios países de América y fue parte de la tripulación de un barco ballenero y pasó por Galápagos, escribió dos novelas: su obra maestra Moby Dick (1851) y Las Encantadas, sobre las islas Galápagos (1843).
La pregunta que siempre surgía entre los visitantes era ¿quién descubrió las islas? Hay diferentes teorías sobre el descubrimiento de las islas. Hay investigadores que afirman que fueron descubiertas por los Incas, antes que, por los españoles, sin embargo, no hay registros escritos ni pruebas para comprobar esto.
El descubrimiento oficial de las Galápagos fue en 1535, por Fray Tomás de Berlanga, el obispo de Panamá, quien viajaba a Perú para hacer un reporte de las condiciones de ese país, por orden del rey de España, Carlos V. Las fuertes corrientes marinas lo arrastraron hasta las islas Galápagos, donde llegó el 10 de marzo de 1535, luego de tres semanas de viaje. El reportó que las islas eran un lugar feo, árido e infértil, en el que había una gran población de tortugas, iguanas, aves y focas.
Después de esta visita, el capitán Diego de Rivadeneira viajó a las islas en 1546 y las llamó “las Islas Encantadas”, por la dificultad de navegar alrededor ellas, pues aparecen y desaparecen en la niebla, como por arte de magia, lo que las hace misteriosas, como si estuvieran encantadas.
En 1570 el cartógrafo Abraham Ortelius incluyó las islas en el atlas mundial y les dio el nombre de “Insulae de los Galápagos” por la forma de los caparazones de las tortugas que le recordaba a las sillas de montar inglesas, conocidas también como “galápagos”. El nombre se mantuvo aún después de que las islas fueron nombradas como “el Archipiélago del Ecuador”, después de la independencia de Ecuador, cuando el archipiélago fue parte de la nueva República, en 1832.
Charles Darwin, a bordo del El Beagle, capitaneado por Robert FitzRoy, llegó a las islas el 15 de septiembre de 1835, su diario, publicado en 1839, relata todo su viaje.
En el siglo XX, muchos países europeos y norteamericanos estaban interesados en comprar o rentar partes de las islas Galápagos, para vigilar, por ejemplo, el Canal de Panamá y el océano Pacífico, durante conflictos y guerras. Por su ubicación estratégica, la isla Baltra fue base militar de los EEUU durante la Segunda Guerra Mundial.
En aquel tiempo, a las islas Galápagos empezaron a traer delincuentes y soldados rebeldes a las islas para hacer trabajos forzados. El archipiélago era considerado como territorio lejano, para castigo y para aventureros.
Desafortunadamente, destruyeron partes importantes del ambiente de las islas. También liberaron a animales domésticos (vacas, caballos, perros, gatos) en las islas, que se reprodujeron junto con los animales salvajes y estas especies introducidas, se convirtieron en un peligro para el ecosistema.
En ese tiempo, no había conservación ambiental o turismo de ninguna forma.
El turismo empezó a crecer a partir de 1960 al igual que la población. En 1950 vivían unas 1300 personas, en el 2015 fueron 25.000 personas aproximadamente y en el 2023 se calcula que son 35.000.
Conocían el verdadero valor del tiempo y por lo mismo no tenían prisa. No tenían el apuro de tener cosas […] Los hombres aprendieron una nueva forma de vivir respetando los derechos de los [que] tenían prioridad sobre las islas. Pidieron permiso a la fauna y a la flora para asentarse junto a ellas y contemplar los ocasos y las albas, y para poder mirarse hacia dentro buscando trascender y entendiendo el por qué del alma de las cosas […] En las islas había sitio para los que querían huir de la devastadora civilización y había un sitio para los que nacieron al margen de la misma. En ese sitio cabía todo el universo [sus nuevos habitantes] sabían que estaban en el verdadero paraíso (203-4).[29]
Un santuario natural
Ecuador declaró las islas Galápagos como su primer Parque Nacional, en 1959, como hemos revisado, las razones sobran, su riqueza de su biodiversidad y el alto endemismo; el gran interés que despierta el arribo y evolución de su flora y fauna así como el origen geológico, son algunas de las razones. Ese mismo año empezó a operar la Estación Científica Charles Darwin en Puerto Ayora – Santa Cruz.[30] Las islas fueron designadas Patrimonio Natural de la Humanidad en 1976, Reserva de la Biosfera de la UNESCO en 1984 y Sitio Ramsar en 2001.[31]
En Ecuador un parque nacional[32]es un área protegida, alberga gran diversidad de especies de flora y fauna, tienen rasgos geológicos y hábitats de importancia por ser espacios que priorizan la conservación, la investigación científica, el monitoreo ambiental, el turismo sostenible educación ambiental.[33] [34] [35]
El título de Patrimonio Natural de la Humanidad, fue otorgado por la UNESCO a diversos sitios mundiales que gozan de una distinción relevante para la humanidad. Su importancia radica en el bagaje natural extraordinario. Es un legado para las generaciones futuras y se protege mediante un régimen especial que impone parámetros que deben cumplirse, de no ser así, puede retirarse la condición de esta declaración.[36]
El 3% del área de las islas, dónde vive la población, no es parte del
Parque Nacional.
En el archipiélago, cuatro islas están habitadas: San Cristóbal, Santa Cruz,
Isabela y Floreana.
Galápagos no es solamente un Parque Nacional en tierra, en 1986, se estableció la Reserva Marina de Galápagos. Galápagos tiene una ley para controlar la sobreexplotación de peces y otros organismos marinos. En 1998 se amplió la Reserva Marina de Galápagos, su área es de 51.352 millas cuadradas (133.000 kilómetros cuadrados), en el 2021 se amplió la reserva a 193.000 kilómetros cuadrados. Esta es también un gran atractivo para visitantes de todo el mundo. La mezcla de las tres corrientes marinas crea tres biorregiones dentro del mismo archipiélago: cálida en el norte; fría en el centro; muy rica en nutrientes en el oeste.
Cuando era guía (1983), alrededor de 18.000 turistas visitaron Galápagos ese año. Actualmente (2025), hay aproximadamente, 270.000 personas que visitan las islas Galápagos. Este es un ecosistema extraordinario, es un museo viviente muy frágil y la historia nos ha comprobado que los cambios en las islas causan graves alteraciones.
San Cristóbal, la capital
Ecuador tiene 24 provincias, Galápagos es una de sus provincias, sin embargo, por su condición natural está dentro una legislación especial.[37] El archipiélago tiene una superficie de 7.800 kilómetros cuadrados y un área marina de 40.000 km2.
Puerto Baquerizo Moreno, en la isla San Cristóbal, es su capital. Es la segunda isla más poblada de las cuatro islas habitadas del archipiélago En San Cristóbal viven 7.200 personas aproximadamente, en Puerto Ayora, en Santa Cruz, viven 15.700 y en Isabela 2.350. La legislación nacional protege Galápagos, tanto en cantidad de personas que viven en el territorio, visitantes y condiciones de pesca, vivienda y uso de suelo.
La población ha incrementado notablemente. Sin embargo, las personas que viven en las islas se dedican a actividades de turismo, por lo que casi siempre están motivados a cuidar el hábitat que los rodea.
¿Sabías que San Cristóbal, es el santo patrón de la gente de mar? Esta es una de las islas más antiguas del archipiélago, en términos geológicos, así como la isla que se encuentra más al este, tiene hermosos paisajes y playas, actividades al aire libre y varios entretenimientos en la ciudad.
Hay mucha gente que viene a visitar la isla y pocas personas conocen la historia de San Cristóbal y sus primeros habitantes. La isla fue colonizada por primera vez en el año 1866. Una de las primeras personas que llegó a vivir en la isla fue Manuel J. Cobos, que vino con diez trabajadores e inició varias empresas, entre esas, un molino azucarero, en la “Hacienda El Progreso”, en la parte alta de la isla. La empresa funcionó durante 25 años y fue el motor económico de la isla, con otros productos elaborados por las empresas de Cobos.[38]
Dicen que Manuel J. Cobos fue un patrón muy mandón, irrespetuoso y cruel con los trabajadores, que eran prisioneros enviados a Galápagos desde el continente, como parte de su sentencia. Algunos de los trabajadores cansados de los castigos, la violencia y las duras condiciones de trabajo, empezaron a conspirar contra él y uno de sus ayudantes terminó disparándole.
Esta parte ingrata, en la vida de la isla de San Cristóbal, pasó a la historia. Sin embargo, durante muchos años, los atractivos de la naturaleza y la geología no fueron importantes para la población local y sus autoridades.
Con la declaratoria del Parque Nacional Galápagos, comenzó una nueva etapa, en la que la naturaleza recuperó un papel clave y se trabajó en restaurar lo que había sido dañado, por las actividades comerciales y agrícolas de la isla. Las visitas frecuentes de botánicos, biólogos y científicos de Ecuador y del mundo resaltaron que San Cristóbal, así como las otras islas, tenían que ser protegidas.
Ahora, en la visita a San Cristóbal, se disfruta de muchos lugares naturales, como Punta Carola, playa Man, La Lobería, La Galapaguera, Puerto Chino, León Dormido y Tijeretas. Quienes viven en la isla como sus visitantes aprecian y cuidan estos bellos regalos que nos brinda la naturaleza.
Otra base militar en Galápagos
Luego de este detallado recorrido por las islas Galápagos, en el que hemos conocido su reciente formación geológica, identificado su riqueza en la biodiversidad, su alto endemismo y el interés que concita la adaptación y evolución de especies de flora y fauna, está claro que sobran los atributos para reconocer que Galápagos es un santuario natural que debe cuidarse, protegerse y conservarse.
Galápagos tiene dos aeropuertos, uno en San Cristóbal y otro en la isla Baltra, cuando aterrizas en este último, en el bus, camino al canal, se ven los restos de construcciones derrocadas, chatarra, caminos abandonados, es un panorama extraño. Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1941, luego del ataque a Pearl Harbor, Estados Unidos propuso a Ecuador la construcción de una base militar en Galápagos, con el objetivo de proteger el Canal de Panamá. Estados Unidos había considerado la importancia estratégica de las Islas Galápagos desde principios del siglo XX. Baltra fue escogida como base principal por su paisaje plano y por estar en el centro del archipiélago. Aquí construyeron dos pistas de aterrizaje y alrededor de 200 edificios; construyeron una pequeña ciudad que incluía una iglesia, un cine, una cervecería e incluso un lugar para jugar bolos; esta base albergó a más de 2.400 militares. La llamaban “La Roca” por qué si movías una roca, encontrabas dos más debajo.[39]
En este contexto, la noticia de diciembre de 2024, de que el Daniel Noboa, cede las Islas Galápagos para que Estados Unidos construya una base militar, sin duda, es controversial y la decisión ha generado un intenso debate respecto a la soberanía nacional, la protección ambiental y las implicaciones geopolíticas para la región.[40]
El Gobierno justifica esta medida para combatir el narcotráfico, la pesca ilegal y otros crímenes marítimos, sin embargo, es evidente que la decisión pone en riesgo la soberanía nacional y el delicado ecosistema de las islas.
La norma es contraria al artículo 258 de la Constitución ecuatoriana, que prohíbe actividades que pongan en riesgo el frágil ecosistema de Galápagos.
Las Islas Galápagos son Patrimonio Natural de la Humanidad y la instalación de una base militar podría generar daños irreparables en su entorno, poner en peligro el ecosistema de las Galápagos, uno de los más sensibles del planeta, hogar de especies endémicas y frágiles que han sido conservadas por generaciones. Organismos internacionales, como la UNESCO, podrían intervenir para exigir la protección del estatus de las Galápagos, dado su valor ecológico y su importancia como reserva natural global.
Experiencias anteriores como la Base de Manta muestran que los resultados no garantizaron la seguridad. [41] Galápagos es un ícono para el país y es prioridad proteger su patrimonio natural y su independencia frente a las presiones externas.
Galápagos un santuario natural
El encanto de las islas atravesó cada célula de mi cuerpo, muchas veces me emocionó hasta las lágrimas y me enseñó el estado contemplativo que a veces una requiere para descubrir nuevos horizontes y para ver más allá. El turquesa de sus aguas, la mansedumbre de sus animales, su adaptación y el de las plantas que llegaron hasta el archipiélago, me permitió evidenciar cómo una semilla se abre paso en una diminuta grieta y en una chispa de tierra se enraíza y crece, me reveló la magia de la vida, su origen y evolución.
En ese año, de buen viento y buena mar, como guía naturalista, hice muchos descubrimientos en la Naturaleza y en la sociedad, conocí personas maravillosas, comprometidas con la vida, el entorno, la ciencia y la amistad.
Las Islas Galápagos fueron mi primera escuela y con ese mismo respeto, compromiso y emoción, cuando vine a trabajar en el continente, descubrí los páramos, la selva y los manglares y trabajé en esos ecosistemas y con las comunidades comprometidas con su conservación.
Que el interés por conocer y descubrir las Galápagos siempre se fortalezca, que guardemos el encanto de las islas en nuestro corazón y por dónde vayamos, promocionemos la necesidad de conservar este lugar único en el planeta Tierra, las Islas Galápagos, llamadas también Islas Encantadas, que son un museo viviente único, un tesoro natural, un impresionante laboratorio de la evolución, un santuario natural que no debe ser profanado.
[…] este basáltico archipiélago tiene mucho que decir no solo a la sociedad ecuatoriana, sino a la humanidad entera en cuanto al rumbo que persigue a la luz de la «modernidad capitalista» donde la concepción de «progreso» tiende a agotarse en lo material […] pienso que el ejercicio de comparación más enriquecedor está todavía por hacerse, acaso cuando comprendamos que la evolución y convivencia pacífica entre seres humanos diversos, y de todos nosotros con la naturaleza a la que estamos unidos es, hoy más que nunca, necesaria.[42]
Texto publicado en el libro LA MIRADA IMPERIAL PUESTA EN GALÁPAGOS
[1] Natalia Litvinova, 2024, “Luciérnaga”, Penguin Ramdom House Grupo EditorialS.A.S, Bogotá – Colombia. Pag 15.
[2] Los libros que me acompañaron en esta formación son parte de mi caja de recuerdos, comparto algunos textos que fueron clave en el proceso de certificación como Guía Naturalista de las Islas Galápagos:
- Ian Thornton, 1971, “Darwin´s Islands: A Natural History of the Galapagos Islands”, The Natural History Press, USA.
- Irenäus Eil-Eilbesfelt, 1975, “Las Islas Galápagos: Un Arca de Noé en el Pacífico”, Alianza Editorial, Madrid – España.
- Misael Acosta Solís, 1979, “Galápagos y su Naturaleza: Geografía, Ecología y Conservación”, Biblioteca Ecuador, Vol 10. El Dr Acosta Solís señala (pag 289) que la categoría de publicaciones científicas sobre las islas es pobre en español.
- Michael Jackson, 1995, “Galápagos a Natural History”, University of Calgary Press, Alberta – Canadá.
[4] María Dolores Vasco Aguas, 2012, “Las Galápagos en la Literatura”, UASB, Serie Magister, Volumen 117, Corporación Editora Nacional, Quito – Ecuador. Pag 40; Paulette de Rendón, Galápagos las últimas islas encantadas, trad. por Miguel de Ycaza Gómez, Guayaquil, CCE, Núcleo del Guayas, 1978 [1946], 5a. ed.
[5] Los libros de fotos fueron también mis aliados, sobre todo cuando regresé, comparto algunos:
- William H. Amos, 1980, “Wildlife of the Islands”, Chanticleer Press Inc., New York – USA.
- Tui De Roy Moore, 1980, “Galapagos: Islands Lost in Time», A Studio Book, The Viking Press – New York – USA.
- Jacques-Yves Costeau et Philippe Diolé, 1973, “Trois Aventures de la Calypso, Flammarion, Federal Republico f Germany.
- Gaëtan du Chatenet, 1977, “Galápagos”, Edition Delroisse, Boulogne – France. Este libro presenta sus textos en español, francés, inglés y alemán.
- Luis Maldonado Robles / Christian Sarramon, 1982, “Galapagos Pacific”, Editions DS, Barcelona – Spain.
[6] Herman Melville, 2004, “Las Encantadas”, Editorial Libresa, Quito – Ecuador.
[7] Godfrey Merlen, 1988, “A Field Guide to the Fishes of Galápagos”, Ediciones Libri Mundi, Quito – Ecuador.
[9] Pingüino De Las Galápagos – Spheniscus Mendiculus. – MundiAves
[10] Irving Stone, 1982, “The Origin”, A Biographical Novel of Charles Darwin”, Corgi Edition, London – Pag 339.
[11] National Geographic, en español, 2009, “Las Primeras Pistas de Darwin”, pag. 5 pag 2- 21 pag.
National Geographic, en español, 2009, “Los Nuevos Darwin” pag 22 – 39.
[12] Charles Darwin, Autobiografía y cartas escogidas. Selección de Francis Darwin, trad. por María Luisa de la Torre, Madrid, Alianza, 1997, p. 350, en María Dolores Vasco Aguas, 2012, “Las Galápagos en la Literatura”, UASB, Serie Magister, Volumen 117, Corporación Editora Nacional, Quito – Ecuador. Pag 22.
[13] Charles Darwin, «Islas Galápagos», en Viaje de un naturalista, trad. por Víctor Pzancoyalba, Navarra, Salvat / Alianza, 1972 [1839], en María Dolores Vasco Aguas, 2012, “Las Galápagos en la Literatura”, UASB, Serie Magister, Volumen 117, Corporación Editora Nacional, Quito – Ecuador. Pag 22.
[14] S.A Barnertt y otros, 1971, “Un Siglo después de Darwin, 1. La Evolución”, Alianza Editorial, Madrid- España.
[15] National Geographic, en español, 2009, “Los Nuevos Darwin” pag. 31, pag 22 – 39.
[16] Cooperación y solidaridad: dos claves para entender la evolución humana – Pobreza Cero
[17] Alan White, Bruce Epler, 1982, “Guía de Galápagos”, Libri Mundi, Quito – Ecuador.
[18] Parque Nacional Galápagos, 1980, “Guía de los Sitios de Visita”, Ministerio de agricultura y Ganadería, Dirección General de Desarrollo Forestal, Departamento de Administración de Áreas Naturales y Vida Silvestre, Servicio del Parque Nacional Galápagos. Cito tal cual está en el documento a fin de que se evidencia la institucionalidad en la que se encontraban las Islas Galápagos a inicios de los 80.
[19] Michael Harris, ibid. Pag 86.
[20] Actualizando la información sobre Galápagos, constató que el nombre científico de los albatros ha cambiado, cuando era guía me refería a Diomedea irrorata. Harris Michael, 1978, “A Field Guide to the Birds of Galapagos”, William Collins Sons & Co Ltds, Great Britain. (pag 53).
[21] https://animalia.bio/es/waved-albatross
[22] Fragatas de Galápagos: características e información
[23] Reptiles endémicos de Galápagos
[24] (29) Las Galápagos en la literatura Herman Melville, Las Encantadas, Quito, Libresa, 2004 [1856], p. 114-115, en María Dolores Vasco Aguas, 2012, “Las Galápagos en la Literatura”, UASB, Serie Magister, Volumen 117, Corporación Editora Nac ional, Quito – Ecuador. Pag 20, 21.
[25] Islas Galápagos: Recaban más datos para conservar la iguana rosada
[26] Tortuga de las galápagos | National Geographic
[27] Octavio Latorre, 1992, “La Maldición de la Tortuga: Historias Trágicas de las Islas Galápagos”, Impreseñal, Quito – Ecuador.
[28] Pablo Ospina, Cecilia Falconí, 2007, “Galápagos, migraciones, economía, cultura, conflictos y acuerdos”, UASB, PNUD, Corporación Editora, Nacional, Quito – Ecuador.
[29] (29) Las Galápagos en la literatura Alicia Yánez Cossío, Más allá de las islas, Quito, MACAC, 3a. ed., 2006 [1980], en María Dolores Vasco Aguas, 2012, Op. Cit. Pag 48.
[30] Conócenos – Charles Darwin Foundation
[31] Galápagos – Man and the Biosphere Programme (MAB)
[32] Parques Nacionales: símbolo de conservación de los ecosistemas del país – Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica En el artículo 41 del Código Orgánico del Ambiente se reconoce las categorías de manejo que conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas: Parques Nacionales, Refugio de Vida Silvestre, Reserva de Producción de Fauna, Área Nacional de Recreación y Reserva Marina.
[33] Fundación Charles Darwin para las Islas Galápagos, 1994, “Galápagos – Nuestras Islas, Instituto Geográfico Militar – IGM, A&B Editores, Ecuador.
[34] Educación y Vinculación Comunitaria – Charles Darwin Foundation
[35] La Vida en las Islas – Descubriendo Galápagos
[36] Víctor Maldonado, 1982, “Galápagos Patrimonio de la Humanidad”, Guayaquil – Ecuador. Reseño lo que dice la portada interna sobre la publicación de este libro. En el 8avo centenario del nacimiento de San Francisco de Asís, Patrono de los Ecologistas. Y en los 150 años de la Toma de Posesión de las Islas por el Ecuador.
[37] Ley Orgánica de Regimen Especial de la Provincia de Galápagos | Ecuador – Guía Oficial de Trámites y Servicios
[38] Octavio Latorre, 1991, Manuel J. Cobos”, Fundación Charles Darwin para las Islas Galápagos, Quito – Ecuador.
[39] «La Roca» – base del ejército de EE.UU en Galápagos
[40] Ecuador cede las Islas Galápagos para base militar de EE. UU.
[41] La mira imperial puesta en Galápagos
[42] (29) Las Galápagos en la literatura María Dolores Vasco Aguas, 2012, Op Cit, Pag 80, 81
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