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Hacía el 150 aniversario de El capital

Fuentes: Rebelión

El inseparable amigo y compañero de Marx, Engels, dio un discurso que por lo menos es conmovedor, pero certero para recordarlo en un momento en que nos convidamos a conmemorar el 150 aniversario del primer tomo de El capital. Un momento para ajustar cuentas con el pensador de Tréveris, lo que significa volver a leerlo […]

El inseparable amigo y compañero de Marx, Engels, dio un discurso que por lo menos es conmovedor, pero certero para recordarlo en un momento en que nos convidamos a conmemorar el 150 aniversario del primer tomo de El capital. Un momento para ajustar cuentas con el pensador de Tréveris, lo que significa volver a leerlo bajo el prisma del siglo XXI, a saber, si tiene algo que decirnos hoy.

Engels ante la tumba de Marx

Según Michael Heinrich el funeral de Marx no fue multitudinario, a petición de él mismo, fue sobrio como también fue lo fue su tumba, pese a que, el Partido Social Demócrata quería erigir un monumento, y al funeral asistieron once personas, entre ellos, su inseparable compañero Friedrich Engels. Sobre Marx habrá varios cientos de obituarios, pero cabe destacar aquel discurso legendario de Engels ante la tumba de Marx, que pese a su brevedad, no deja de ser una radiografía a cuerpo entero.

«Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento» (Marx, C. & Engels, F., 1976. Obras Escogidasen tres tomos. Moscú: Progreso. p, 172).

Nadie con buen sentido estaría de acuerdo con la devastación del modo de producción capitalista, ni a favor de las instituciones políticas que son maniqueas a los intereses del sector económicamente dominantes. Habrá que pensar otra sociedad, otras instituciones para otro mundo posible. Las condiciones de factibilidad para ello se tienen que fraguar al calor de las propias contradicciones de esta sociedad, en donde los descubrimientos de Marx mucho nos pueden servir, sí sólo sí, lo leamos en sus fuentes, en un contexto lleno de extrañezas como el nuestro.

Marx hoy

Recientemente salieron dos artículos que muestran un Marx redimido, uno en The economist (Karl Marx. False consciousness. The value of Marx in the 21st century. En: The Economist, 27/8/ 2016). Y otro en The New Yorker (Louis Menand. Karl Marx, yesterday and today. En: The New Yorker, 10/10/2016). Ambos artículos muestran la vitalidad del pensamiento de Marx, cuando muchos lo dan por extinto. Como todo un clásico, Marx tiene sus detractores y sus apologetas. Lo importante es que nos puede decir Marx hoy, en un momento que hacemos tránsito a un determinado estado de cosas que no sabemos dónde va a desembocar, con un deterioro de la huella ecológica, además, un creciente deterioro de la seguridad social y la desigualdad económica que corroe toda la sociedad.

Pese a que el mundo cambio radicalmente del siglo XIX a acá, el estudioso crítico por antonomasia del capitalismo – nos recuerda Menand – , nos ayuda a comprender las grandes desigualdades de hoy. Las condiciones laborales de hoy, no distan mucho de las del siglo pasado. Por otra parte, según el informe OXFAM, «La desigualdad económica extrema se ha disparado en todo el mundo durante los últimos 30 años, convirtiéndose en uno de los mayores problemas económicos, sociales y políticos de nuestro tiempo».

Los descubrimientos de Marx en El capital

Queremos partir de la idea de que «no todo lo que se dice en El capital está tallado en piedra» como diría Michael Heinrich – que trabaja en la edición de Marx-Engels-Gesamtausgabe (MEGA). Sería incongruente aún en pleno siglo XXI pensar ortodoxamente a Marx, creo que hay que ser flexibles y pensar cada cosa en su contexto, teniendo en cuenta la rigidez de parte del pensamiento marxista del siglo pasado, pero, además e incluso más preocupante es el rechazo ingenuo a priori de la lectura del propio Marx. Por eso, lo más recomendable es enfrentarse a los textos en su contexto.

Nuevas lecturas, como por ejemplo la de Franz Hinkelammert, develan los descubrimientos de El capital, lo que Hinkelammert llama una re-constitución del materialismo histórico poniendo énfasis en lo que él considera una fenomenología de la vida real. Que leyendo al propio Marx nos damos cuenta de ello; que el sujeto queda indefenso, desprotegido y desnudo ante el capital.

En ese sentido, darse cuenta del estatuto del sujeto ante esa realidad abrumadora es un paso importante de la contribución de la crítica de Marx al capitalismo como totalidad. En términos contemporáneos, la desnudez del sujeto se ve ante el fetichismo de la mercancía. Ya desde el inicio de El capital nos advierte que su «investigación […] se inicia con el análisis de la mercancía» (Marx, 1984[1872], El capital. Tomo I/vol.1. Libro primero. El proceso de producción del capital. México: Siglo XXI. p, 43). La mercancía es fundamental para la dinámica del shopping center. El modo de producción capitalista ha convertido todo en mercancía, y los shopping center son el epicentro para encontrar todo tipo de mercancía, ahora que se acerca el mes en que más se consume y el black friday, los gerentes de mercadeo de estos centros se preparan para que la experiencia sea más que sólo comprar, es decir, no sólo adquirir una mercancía que no sea útil para la producción de la vida, se trata de crear un ambiente agradable para que el consumo sea efectivo y relajante, como sentirse en casa.

Volviendo a Marx (1984[1872]) en El carácter fetichista de la mercancía y su secreto, señaló que, «la mercancía […] satisface necesidades humanas del tipo que fueran», de modo que no se le escapó nada, el capitalismo logró convertir todo en valor de cambio, y le quitó la aureola de valor de uso a las cuestiones más intimas del ser humano, pero esa satisfacción sólo es aparente, lo realmente necesario para la producción de la vida quedó menguado por la sociedad capitalista.

Abdiel Rodríguez Reyes, Profesor de Filosofía e Investigador en la Universidad de Panamá (CIFHU).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.