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Alternativa Bolivariana para las Américas

Hacia una confederacion de Estados

Fuentes: Granma

En los últimos dos meses se han adoptado trascendentales decisiones en dos significativas reuniones de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Los días 28 y 29 de abril, en la ciudad venezolana de Barquisimeto, se celebró la V Cumbre del ALBA y el 6 de junio, en Caracas, se instaló su Consejo de Ministros. […]

En los últimos dos meses se han adoptado trascendentales decisiones en dos significativas reuniones de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Los días 28 y 29 de abril, en la ciudad venezolana de Barquisimeto, se celebró la V Cumbre del ALBA y el 6 de junio, en Caracas, se instaló su Consejo de Ministros.

Entre las decisiones adoptadas la V Cumbre acordó crear, en un paso de la mayor trascendencia, la estructura organizativa del ALBA, que encabeza el Consejo de Presidentes de los países miembros, asistido por un Consejo de Ministros y un Consejo de Movimientos Sociales.

Asimismo, fue aprobada la creación de la Secretaría Permanente, a la cual estarán adscritas diversas Comisiones: Política; Social; de Economía; de Inversión y Finanzas; Energética; de Medio Ambiente; y de Juventud.

Se trata de pasos firmes en la institucionalización del ALBA, que entra en una fase cualitativamente superior en su perspectiva de desarrollo. La vida de esta nueva forma de integración es corta desde su nacimiento el 14 de diciembre del 2004, con la firma de los acuerdos fundacionales por los Presidentes de Cuba y Venezuela.

El trabajo realizado desde entonces por estos dos países, a los que luego se les unieron Bolivia y Nicaragua, anuncian el surgimiento de un nuevo espacio geopolítico en la arena internacional. Para fortalecer esta proyección, en la clausura del Consejo de Ministros del ALBA el Presidente venezolano Hugo Chávez abogó por conformar un Estado que trascienda los espacios nacionales: una Confederación de Estados del ALBA.

La estrategia para alcanzar estos objetivos debe afincarse en las ideas originales de Simón Bolívar anunciadas en la Carta de Jamaica, en 1815, y plasmadas en el Congreso Anfictiónico de Panamá, en 1826, así como en las concepciones de José Martí, quien posteriormente enriqueció el empeño con su acendrado antiimperialismo y su convicción acerca de la activa participación de las masas populares en este proceso.

El hecho de establecer un poder confederado de carácter popular y antiimperialista entre los cuatro países miembros del ALBA crearía condiciones inéditas en el subcontinente en pro del movimiento social progresista.

Sería un factor político y económico de considerables proporciones para impulsar la lucha popular en los demás países latinoamericanos. También una fórmula para insertar a América Latina y el Caribe en la economía internacional estableciendo un poder político de creciente influencia en la arena mundial, de cara a la esperada hostilidad de los círculos de poder de Estados Unidos.

La constitución de la Confederación de Estados del ALBA sería un factor disuasivo ante la eventualidad de una agresión militar extranjera y le daría una mayor capacidad de negociación a los Estados confederados en los asuntos políticos y económicos del planeta. Contribuiría a la creación de un mundo multipolar y serviría de factor de equilibrio en las relaciones internacionales.

RETOS Y ESCOLLOS

Lograr una Confederación de Estados del ALBA crearía las condiciones políticas para garantizar la plena integración de los países confederados. Ello precisa un ingente trabajo en el ámbito jurídico, institucional y de Derecho en el cual sobresale la organización de los Estados que pretenden integrarse. Es el área menos estudiada y divulgada en Latinoamérica dentro de la teoría de la integración, la cual incluye, además, aspectos de carácter físico, económico, monetario, social y cultural.

En la Confederación, los Estados conservan su personalidad e independencia tanto en la vida interna como en la externa, salvo en lo que constituye, en el plano internacional, el objeto de la Unión.

En la Federación, los Estados federados constituyen uno solo en el aspecto internacional aunque interiormente cada Estado conserva su independencia, excepto en aquello que sea objeto del Pacto federal y que pertenezca a la jurisdicción del parlamento de la Federación. En la Federación hay, pues, dos legislaciones: la federal y la local.

El proceso de creación de una Unión de Estados Latinoamericanos es muy complejo pues aborda aspectos de especial sensibilidad para los pueblos y las instituciones de la región. Hay no pocos factores que se oponen a la conformación de una Confederación de Estados del ALBA. El primero y más importante de ellos es la política imperial del gobierno de los Estados Unidos, que pretende anexar definitivamente a los países de Nuestra América a su esfera de explotación capitalista.

El otro factor de importante incidencia que se opone a la unión de Estados latinoamericanos es el comportamiento de las oligarquías nacionales de los países que proclaman la integración. Esta clase social, que pudiera caracterizarse como burguesía nacional transnacionalizada, es la encargada de asegurar los intereses imperialistas a cambio de recibir migajas del excedente extraído de las riquezas de sus países respectivos. Como clase social, es incapaz de dirigir con éxito los esfuerzos integracionistas que necesita la región para alcanzar su verdadera independencia.

También existe un elemento de carácter subjetivo que pudiera constituir un obstáculo. Se trata de las concepciones nacionalistas que han calado hondo incluso en las masas populares. El hecho histórico de que la formación de las naciones latinoamericanas desde principios del Siglo XIX haya tenido que lograrse por medio de la lucha armada contra los colonialistas europeos, ha determinado que la defensa de la soberanía nacional ocupe un primer nivel entre los valores sociales que defienden nuestros pueblos.

Ello ha generado un sentimiento de profundo rechazo a la participación de fuerzas extranjeras en la solución de los problemas nacionales. Al respecto, se necesita un intenso trabajo de educación política e ideológica a los pueblos con vistas a que puedan identificar la unión que debe ser repudiada y la unión que debe ser promovida.

En la organización de la Confederación de Estados del ALBA hay que tener muy en cuenta el grado de sensibilidad popular que rodea al concepto de soberanía. Lo principal consiste en abordar el tema desde una posición clasista.

Ello está definido en las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro el 26 de julio de 1972, en la Plaza de la Revolución «José Martí», cuando expresó: «…!Y, en lo que se entiende como país soberano, nosotros no sacrificaremos un solo atributo de la soberanía por exigencia de los imperialistas! Nosotros, nuestra soberanía podemos diluirla entre todos los pueblos de Latinoamérica, para integrarnos en el seno de una comunidad mayor, nosotros nuestra soberanía podemos diluirla en el movimiento revolucionario, pero frente al imperialismo, ni el más mínimo, ni el más elemental atributo de nuestra soberanía aceptaremos ni discutirlo siquiera».