Recientemente, en el 2014, salió en la Cambridge University Press un libro interesante titulado Manifiesto por la historia de Jo Guldi y David Armitaje que pronto se tradujo al castellano por Alianza Editorial (H62-2016). Está en acceso abierto en su versión inglesa en historymanifiesto.cambridge.org. Es un proyecto relevante para comprender la función que puede tener […]
Recientemente, en el 2014, salió en la Cambridge University Press un libro interesante titulado Manifiesto por la historia de Jo Guldi y David Armitaje que pronto se tradujo al castellano por Alianza Editorial (H62-2016). Está en acceso abierto en su versión inglesa en historymanifiesto.cambridge.org. Es un proyecto relevante para comprender la función que puede tener la Historia en la cuestión pública, principalmente en la planificación.
Muchas veces descartamos a la Historia, lo cual nos reduce el horizonte. Esto es muy recurrente en los que se encargan de la cuestión pública, se piensa en la prospectiva sin tener en cuenta la retrospectiva. Es natural ya que quieren resultados a corto plazo, pero eso no es precisamente lo que se necesita.
Lo primero que crítica el libro es precisamente la inmediatez. Sólo se piensa en los resultados rápidos y lo que beneficie el desarrollo económico, esa es la muletilla de los que gestionan la cuestión pública. Esta inmediatez más que todo es lo que critican estos profesores norteamericanos. Los cuales señalan que «vivimos un momento de crisis acelerada, cuya característica es la escases de pensamiento de largo plazo.» Ellos señalan que prácticamente esto es una enfermedad, y se llama cortoplacismo (p, 15).
Antes esta realidad, las Humanidades, la Historia y la Filosofía en particular han sido descartadas de la agenda pública, incluso se disminuyen las horas en los programas educativos. En Panamá es notable esta situación y ya me he referido a esto en otro artículo (Revista Panameña de Política, nº17). La Historia y las Humanidades siempre han sido un pilar del conocimiento y parte de la emancipación societal. Así, en la antigüedad para el mundo occidental habría que recordar la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles. En el Medioevo el trivium (gramática, lógica y retórica) y el quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía); y ya en el Renacimiento propiamente las Humanidades o las disciplinas humanas. En la actualidad hay un proceso interesante de mirar todo esto desde una perspectiva decolonial que busca visibilizar todo lo que fue encubierto por la hegemonía occidental, como por ejemplo el conocimiento de los pueblos aurorales como diría nuestro amigo y maestro Aristeides Turpana.
No se puede pensar la cuestión pública, la planificación sin la Historia. Se requiere impulsar el pensar en ondas de larga duración en cuanto a la planificación general de la cuestión pública, eso una de las invitaciones que nos hace el Manifiesto por la historia.
Abdiel Rodríguez Reyes, Investigador en la Universidad de Panamá.
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