Hombre, hombre sin muerte, la noche respiró tu suerte, hombre de buen destino, y hay luces puestas en camino. Silvio Rodríguez, al Che El 19 de junio de este año, mientras en la Argentina reeditabamos el libro ‘OSPAAAL-RPDC- 50 Años de Solidaridad Intercontinental», editado en el 2017 por la ORGANIZACIÓN DE SOLIDARIDAD CON LOS […]
hombre sin muerte,
la noche respiró tu suerte,
hombre de buen destino,
y hay luces puestas en camino.
El 19 de junio de este año, mientras en la Argentina reeditabamos el libro ‘OSPAAAL-RPDC- 50 Años de Solidaridad Intercontinental», editado en el 2017 por la ORGANIZACIÓN DE SOLIDARIDAD CON LOS PUEBLOS DE ASIA, AFRICA Y AMERICA LATINA (OSPAAAL), recibí una comunicación desde La Habana, Cuba, fechada el 11 de junio, que decía lo siguiente:
«Queridos compañeros y compañeras:
Por medio de la presente cumplimos la indicación de informales que el Partido Comunista de Cuba ha adoptado la decisión de dar por concluidas las labores de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL), nacida por acuerdo de la Primera Conferencia Tricontinental, celebrada en La Habana en enero de 1966, a partir de la consideración de que la organización ha cumplido su misión fundacional de acompañar solidariamente las luchas de los países del Tercer Mundo en sus batallas por la descolonización y de favorecer su unidad alrededor de todas las causas justas de sus pueblos.»
Entre otras cosas, la misiva, firmada por el Secretariado Ejecutivo de la organización, sostenía que, aunque la Revolución Cubana continuaría solidarizándose con las luchas por la resistencia y la emancipación de los pueblos, la OSPAAAL se daba por concluída por cuanto ‘la decisión responde a la necesidad de racionalizar esfuerzos y recursos’.
Fundada el 12 de enero de 1966 en consonancia con la realización de la Primera Conferencia Tricontinental de La Habana como una organización que promovía la ‘globalización de los pueblos’ frente a la internacionalización del capital imperialista y sus corolarios de saqueos, agresiones, amenazas y genocidios, la OSPAAAL contaba con un Secretariado Ejecutivo de partidos y organizaciones revolucionarias y antiimperialistas de 12 países miembros, a saber: Angola, República del Congo, República de Guinea, Sudáfrica, República Popular Democrática de Corea (RPDC), Vietnam, Palestina, Siria, Chile, Guatemala, Puerto Rico y Cuba, en donde se estableció su Secretaría General. De 46 a más de 50 países crecieron los miembros de la organización, que recibió distinciones del Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) en 1998, organizó Foros internacionales de distinto tipo, entre ellos el de descolonización del Sahara Occidental y Palestina por Israel, las migraciones, la globalización neoliberal y otros, donde participaron delegados de todos los continentes, incluidos EE.UU., Gran Bretaña, Francia, China, Alemania, Italia y otros países del mundo todo.
El número cero de la revista TRICONTINENTAL, órgano de la OSPAAAL, transcribió el ‘Mensaje a los Pueblos del Mundo- Crear, dos, tres, muchos Vietnam…’ del Guerrillero Heroico, Comandante Ernesto Che Guevara, mentor de esta ‘internacional’ de los pueblos, acorde con el internacionalismo proletario y revolucionario que lo caracterizó siempre hasta su asesinato en Bolivia, el 9 de octubre de 1967.
No analizaremos aquí, teniendo en cuenta la nueva situación existente en el mundo luego de la ‘coexistencia pacífica’, la emulación económica de los ‘logros’ del capitalismo, la posterior ‘autodisolución’ de la URSS y los países del Este europeo, el ‘socialismo de mercado’ chino y las nuevas visiones de confrontación/asociación con el capital imperialista surgidas de estos ‘fenómenos’. Solo incluiremos algunos párrafos del ‘Mensaje a los pueblos del mundo’ del Comandante Che Guevara y del Gran Líder Kim Il Sung, de la Corea Socialista, quien en el número 1 de Tricontinental (1967) publicó el artículo ‘Reforcemos la lucha antiimperialista y antiyanqui’.
En una parte de su ‘Mensaje…’ el Che sostuvo, refiriéndose a los ‘grandes’ del Movimiento Comunista Internacional en aquel momento, y a sus pugnas: «El imperialismo norteamericano es culpable de agresión; sus crímenes son inmensos y repartido por todo el orbe. ¡Ya lo sabemos, señores! Pero también son culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Vietnam parte inviolable del territorio socialista, corriendo, así, los riesgos de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a una decisión a los imperialistas norteamericanos. Y son culpables los que mantienen una guerra de denuestos y zancadillas comenzada hace ya buen tiempo por los representantes de las dos más grandes potencias del campo socialista.»
Y acotaba enseguida: «Preguntemos, para lograr una respuesta honrada: ¿Está o no aislado el Vietnam, haciendo equilibrios peligrosos entre las dos potencias en pugna? Y ¡qué grandeza la de ese pueblo! ¡Qué estoicismo y valor, el de ese pueblo!. Y qué lección para el mundo entraña esa lucha!»
Más adelante, el Guerrillero Heroico sostenía, con respecto a la guerra y la paz:
» Y, a nosotros, explotados del mundo, ¿cuál es el papel que nos corresponde? Los pueblos de tres continentes observan y aprenden su lección en Vietnam. Ya que, con la amenaza de guerra, los imperialistas ejercen su chantaje sobre la humanidad, no temer la guerra es la respuesta justa. Atacar dura e ininterrumpidamente en cada punto de confrontación, debe ser la táctica general de los pueblos. Pero, en los lugares en que esta mísera paz que sufrimos no ha sido rota, ¿cuál será nuestra tarea? Liberarnos a cualquier precio».
Este fue, es y será el quid de la cuestión para los pueblos oprimidos.
Y en cuanto a Nuestra América Indolatina y Caribeña, el Che exponía: » En este continente se habla prácticamente una lengua, salvo el caso excepcional del Brasil, con cuyo pueblo los de habla hispana pueden entenderse, dada la similitud de ambos idiomas. Hay una identidad tan grande entre las clases de estos países que logran una identificación de tipo «internacional americano», mucho más completa que en otros continentes. Lengua, costumbres, religión, amo común, los unen. El grado y las formas de explotación son similares en sus efectos para explotadores y explotados de una buena parte de los países de nuestra América. Y la rebelión está madurando aceleradamente en ella.
Podemos preguntarnos: esta rebelión, ¿cómo fructificará?; ¿de qué tipo será? Hemos sostenido desde hace tiempo, que dadas sus características similares, la lucha en América adquirirá, en su momento, dimensiones continentales. Será escenario de muchas grandes batallas dadas por la humanidad para su liberación.» (…) «América, continente olvidado por las últimas luchas políticas de liberación, que empieza a hacerse sentir a través de la Tricontinental en la voz de la vanguardia de sus pueblos, que es la Revolución cubana, tendrá una tarea de mucho mayor relieve: la de la creación del segundo o tercer Vietnam o del segundo y tercer Vietnam del mundo.
En definitiva, hay que tener en cuenta que el imperialismo es un sistema mundial, última etapa del capitalismo, y que hay que batirlo en una gran confrontación mundial. La finalidad estratégica de esa lucha debe ser la destrucción del imperialismo. La participación que nos toca a nosotros, los explotados y atrasados del mundo, es la de eliminar las bases de sustentación del imperialismo…»
Más adelante, y para que no haya dudas, el Comandante Guevara sostenía: «Por otra parte las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo y solo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución.(…)
Y anclando, el Che se manifiesta, como ‘hombre sin templo’, contra todo dogmatismo y sectarismo en cuanto a la unidad contra el imperialismo. Así declamaba: «Es la hora de atemperar nuestras discrepancias y ponerlo todo al servicio de la lucha.
Que agitan grandes controversias al mundo que lucha por la libertad, lo sabemos todos y no lo podemos esconder. Que han adquirido un carácter y una agudeza tales que luce sumamente difícil, si no imposible, el diálogo y la conciliación, también lo sabemos. Buscar métodos para iniciar un diálogo que los contendientes rehúyen es una tarea inútil. Pero el enemigo está allí, golpea todos los días y amenaza con nuevos golpes y esos golpes nos unirán, hoy, mañana o pasado. Quienes antes lo capten y se preparen a esa unión necesaria tendrán el reconocimiento de los pueblos.» (…)
«En nuestro mundo en lucha, todo lo que sea discrepancia en torno a la táctica, método de acción para la consecución de objetivos limitados, debe analizarse con el respeto que merecen las apreciaciones ajenas. En cuanto al gran objetivo estratégico, la destrucción total del imperialismo por medio de la lucha, debemos ser intransigentes.»
En cuanto al Gran Líder Kim Il Sung, de la RPDC, este expuso en el artículo de Tricontinental más arriba citado: «Los imperialistas no pueden regalar la independencia a los pueblos coloniales. (…) Los pueblos oprimidos podrán librarse solo a través de la lucha. (…) Donde hay opresión hay también resistencia. Es una cosa inevitable que los pueblos oprimidos luchen por su propia liberación. Mientras el imperialismo saquee y oprima con violencia a las naciones pequeñas, es un derecho innegable el que las naciones oprimidas luchen con las armas en la mano para resistir a los agresores. Es un error tratar de evitar la lucha contra el imperialismo considerando que, aunque la independencia y la revolución son buenas, lo más precioso es la paz. La línea que persigue un compromiso sin principios con el imperialismo únicamente fomenta las maniobras agresivas de este, y aumenta el peligro de la guerra. (…) La paz acompañada de la sumisión esclavista no es una paz verdadera. Esta no puede ser lograda, si no luchamos contra los perturbadores de la misma y no derrocamos el dominio de los opresores oponiéndonos a la paz esclavista.»
Evita, en uno de sus discursos, dijo: ‘A la fuerza brutal de la antipatria opondremos la fuerza popular organizada’
En estos momentos duros para nuestro continente-pueblo y nuestro país, esas palabras llaman a la unidad continental para la lucha y a la unidad local para expulsar a los ilegítimos ocupantes del gobierno. En una Conferencia brindada a militantes de su partido hace unos pocos días, el dirigente Jorge Altamira sostuvo que el FMI, mentor, auspiciante y mandante del macrismo, extorsionaba a los participantes de las próximas ‘elecciones’ farsescas de octubre, y agregó: ‘¡Al FMI no se lo echa a través de elecciones, se lo echa por la fuerza!’. El ¡Fuera Macri ya! se halla implícito en estas palabras.
El Hombre sin Muerte vive en todos los revolucionarios del mundo y de aquí, donde el oportunismo, el dogmatismo, el sectarismo, el eclecticismo ideológico y la conciliación con el enemigo de clase y nación están a la orden de día.
La Tricontinental vive en el combate popular contra el capitalismo y el imperialismo.
El internacionalismo revolucionario no morirá nunca.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.