El impulso warp o empuje por curvatura es una forma teórica de propulsión hiperlumínica que no viola el límite relativista de la velocidad de la luz, pues se basa en una distorsión del espacio-tiempo que «acerca» el objetivo del viaje al punto de partida. Casualmente (o tal vez no: in nomen omen), WARP es también […]
El impulso warp o empuje por curvatura es una forma teórica de propulsión hiperlumínica que no viola el límite relativista de la velocidad de la luz, pues se basa en una distorsión del espacio-tiempo que «acerca» el objetivo del viaje al punto de partida. Casualmente (o tal vez no: in nomen omen), WARP es también el acrónimo de World Advanced Research Project.
Este Proyecto Mundial de Investigación Avanzada es una empresa colectiva surgida a raíz de una serie de encuentros internacionales e interdisciplinares organizados por la UAM (Universidad Autónoma Metropolitana de México) con el apoyo de otras instituciones, como el Instituto de Ciencia y Tecnología del Gobierno del Distrito Federal o la CASS (Chinese Academy of Social Sciences), encuentros que han culminado en el reciente Congreso Mundial de Excelencia Científica que, bajo el lema «Estado, mercado y desarrollo del ser humano en el siglo XXI», se ha celebrado en mayo de 2012 en la sede de la UAM, y al que he tenido el privilegio de asistir.
Llegué al Congreso con un montón de preguntas en la cabeza (de hecho, mi ponencia se titulaba Ciencia y marxismo: doce preguntas y una propuesta) y encontré al menos una respuesta convincente: la consolidación de WARP. Durante una intensísima semana, he podido cambiar impresiones con físicos y matemáticos de la talla de Raimundo Franco, Julio Mendoza, Paul Cockshott y José Antonio de la Peña; sociólogos y economistas como Heinz Dieterich y Cheng Enfu; biólogos como Manuel Limonta y Alfredo Jalife-Rahme; ingenieros e informáticos como Michel Bawens, Peter Fleissner, Martin Gross y Klaus Bartsch; ecologistas como Stefan Rehfus; especialistas en medicina nuclear como Gilmara Pimentel; neurólogos como Gernot Ernst… Y todos ellos bombardeados por las incisivas preguntas y comentarios de notorios representantes de los medios de información alternativos, como Aníbal Garzón (Kaos en la Red) y Martín Sánchez (Aporrea). Y, por primera vez en mi larga y accidentada vida de militante anticapitalista, he tenido la sensación de asistir al nacimiento de un frente revolucionario de clara inspiración científica y provisto de las más avanzadas herramientas teóricas e informáticas, lo que supone un auténtico salto cualitativo en el imprescindible proceso de convergencia de las ciencias naturales y las ciencias sociales, así como en la lucha de clases.
El impulso warp de la física especulativa nos recuerda que no hay barreras infranqueables: si no puedes superar la velocidad de la luz, busca un atajo, aunque para ello tengas que doblar el espacio-tiempo. Análogamente, el proyecto WARP se propone buscar un atajo científico-tecnológico hacia la superación definitiva del capitalismo, impulsando la creación de una red mundial de intercambio de informaciones y propuestas que nos permita funcionar, a imitación de los sectores más avanzados de la comunidad científica, como una auténtica inteligencia de enjambre. Una inteligencia y una voluntad colectivas al servicio de la transformación radical de la sociedad.
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