No pretendo restar credibilidad a toda la farmacología disponible al respecto pero, como procedimiento, además de costoso puede resultar, incluso, contraproducente. Apelar a remedios caseros es, tal vez, una mejor opción, pero tomarse por las mañanas un plato de sopa orgánica para lo cual, previamente, deberá haber licuado media manzana, tres ramitas de perejil, una […]
No pretendo restar credibilidad a toda la farmacología disponible al respecto pero, como procedimiento, además de costoso puede resultar, incluso, contraproducente. Apelar a remedios caseros es, tal vez, una mejor opción, pero tomarse por las mañanas un plato de sopa orgánica para lo cual, previamente, deberá haber licuado media manzana, tres ramitas de perejil, una más de apio, una rebanada de piña y una hoja de lechuga en medio vaso de jugo de naranja, además de beberse dos litros de agua, tampoco me parece lo más recomendable. Y las lavativas de glicerina o de agua con aceite casero y limón, aún cuando fueran efectivas, que no lo pongo en duda, nunca lo serían tanto como el remedio que le propongo.
Simplemente, si usted padece estreñimiento, ocupe su lugar en el trono del baño, abra el periódico por la página que guste y espere el resultado.
Sólo tiene que leer, tras haber desclasificado el gobierno alemán documentación en relación al golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 en el parlamento español, la respuesta de la Casa Real: «El papel y la actuación del rey están ya consolidadas por la historia». Lothar Lahn, entonces embajador alemán en España, en la documentación que ahora se desvela, pone en boca del rey español algunas citas que parecen desmentir la «consolidada historia»: «los cabecillas sólo pretendían lo que todos deseábamos, la instauración de la disciplina, el orden, la seguridad y la tranquilidad… Aconsejé a Suárez que atendiera los planteamientos de los militares pero no me hizo caso, hasta que estos se decidieron a actuar por su cuenta… El 23-F debería olvidarse lo antes posible».
Y si la historia ya está consolidada, la unidad de la patria también. Lo asegura en la página de al lado Carlos Urquijo, delegado español en el País Vasco: «El gobierno no permitirá una broma en relación con la unidad de la nación». Es verdad que no aclara qué nación, tampoco qué gobierno, pero quedan proscritas las bromas, al igual que las palabras «amnistía», «presos políticos», «aurrera bolie» o «movimiento de liberación nacional», entre otras, mientras no las mencione el gobierno del Estado o sus miembros, como queda travestida, un titular más abajo, la expresión «cadena perpetua» por el eufemismo «condena permanente», eso sí, «permanente y revisable».
Siga leyendo que, dos páginas más lejos, va a encontrarse un titular que le pregunte. «¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema?». Lo consulta Patricia Flores, consejera de salud por la Comunidad de Madrid. Lo que sí tiene sentido, al parecer, es que Madrid sí tenga esa consejera y celebre sus humanitarias y cristianas dudas.
La culpa es del «backround» y de la «avalancha marroquí», justifica José Ignacio Wert, ministro de Educación, la debacle educativa y el abandono escolar de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, únicas competencias directas que tiene su Ministerio. «Hay que entender que en Ceuta y Melilla no sólo se proporciona educación a jóvenes con «backround» culturales dispares, sino a la avalancha marroquí que se beneficia del sistema gratuito educativo».
En la siguiente página, el mismo ministro, pone fin a la asignatura «Educación para la Ciudadanía», en base al «adoctrinamiento ideológico» que pretendía un libro de texto inexistente. Y otra página más tarde, también el mismo ministro, hace el anuncio de que «Francia puja para que las corridas de toros sean reconocidas en la UNESCO como patrimonio inmaterial de la humanidad», sin que tal puja haya existido. El que sí existe es el ministro, como Francisco Camps y la Virgen de la Macarena, única y verdadera artífice de la absolución de su macareno y a quien Camps venera, incluso, en euros. ¡Qué bella gráfica la de los dos absueltos!
Pero si tan severo es su estreñimiento que, llegado a este punto, todavía sus intestinos se obstinaran en demorar el homenaje, siga leyendo y sepa que, finalmente, el congreso del PSOE que se proponía hacer posible el cambio en el partido, ya lo ha hecho. Y el cambio no lo será Carme Chacó, de la que Rodríguez Ibarra dice es «Zapatero con faldas» sino Rubalcaba, de quien otros aseguran es «Felipe sin pelo». En cualquiera de los dos cambios, y si usted pensaba que «cambio» era otra cosa, es bueno que sepa, y se lo aclara Elena Valenciano, que el cambio ha sido un «cambio creíble» y todo para que, apunta Pepín Blanco «haya ganado el cambio», el cambio de Rubalcaba por Rubalcaba.
Las noticias internacionales también ayudan a la dura empresa de una feliz evacuación y en la página 14,
Mario Monti, primer ministro italiano que ni antes ni ahora ha necesitado pasar por las urnas para ejercer el poder, tan discreto como parecía, se descuelga, por fin, con un alarde de sincera y tecnócrata emotividad y declara: «Que los jóvenes se acostumbren a no tener trabajo fijo. Digamos la verdad: ¡qué aburrido es tener un puesto fijo toda la vida! Es mucho más hermoso cambiar y aceptar nuevos desafíos». A la espera de que renuncie el Papa o dimita el propio Monti para encarar, él también, nuevos y hermosos retos y de que Israel se decida a atacar Irán y desatar el caos, el gobierno de Estados Unidos se indigna por el veto de China y Rusia a las resoluciones contra Siria en Naciones Unidas.
Como lo leen, Estados Unidos se «indigna», se siente «asqueado» por el uso del veto, no por el que ellos vienen ejerciendo toda la vida de Cuba y de tantos otros pueblos y causas, sino por el que, esta vez, han usado dos de los cinco países que forman el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y que pueden anular con su derecho a veto cualquier decisión que tome el largo centenar de naciones restantes, uno de los mejores ejemplos del tipo de democracia que gestiona el más importante organismo llamado a velar por ella. Clinton, más indignado que nadie, ya ha llamado a actuar al margen de Naciones Unidas. Y de la indignación, en Estados Unidos, que siempre hay espacio para una peor noticia, se pasa al mayor de los escándalos, cuando en la final de la «Superbowl», la cantante británica M.I.A les hace a los televidentes una «peineta».
Sí, también lo sé. Ya usted no tiene problemas de estreñimiento. Hace rato que los solucionó. El problema va a ser ahora cómo tratarse la diarrea, pero de esos remedios mejor hablaremos otro día.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.