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Innovaciones

Fuentes: Rebelión

De cara a mejor insertarnos en los retos del nuevo milenio debiéramos tomar ejemplo de los ingleses que, preocupados por la necesidad de incentivar trabajo y productividad, han inventado un sandwich en forma de cono (el conesandwich) que tiene la propiedad de que se puede agarrar con una sola mano. De esta manera, los trabajadores […]

De cara a mejor insertarnos en los retos del nuevo milenio debiéramos tomar ejemplo de los ingleses que, preocupados por la necesidad de incentivar trabajo y productividad, han inventado un sandwich en forma de cono (el conesandwich) que tiene la propiedad de que se puede agarrar con una sola mano.

De esta manera, los trabajadores ingleses que hasta la fecha perdían media hora diaria en afanes tan pueriles y miserables como alimentarse, podrán seguir trabajando y aprovechar mejor el tiempo, ya que el revolucionario sandwich les deja libre una mano con la que tomar el teléfono, subir y bajar palancas, teclear, barrer y desplazarse de andamio en andamio guindados de la mano liberada.

Y es que no se puede tolerar que en los albores de una nueva era, el género humano siga despilfarrando minutos de digna laboriosidad so pretexto de que tiene que comer.

Se me ocurren algunas maneras en las que también podría suprimirse la pérdida de tiempo que representa para la productividad de una empresa el trasiego de trabajadores a los baños y en ese sentido, no sería mala idea que se estudiara la posibilidad de que las modernas sillas del tercer milenio, tanto en sus modelos para secretarias como para ejecutivos, dispongan en su base de un hueco especial, inodoro e incoloro, que se abra y se cierre herméticamente, y en el que depositar los residuos de los «conesandwich» una vez triturados y deglutidos. Pero por si acaso está usted precisamente comiendo en estos momentos un «conesandwich», para poder sostener con la otra mano el periódico, voy a omitir los funcionales detalles de tan innovadora silla.

Desgraciadamente, los ingleses, con esto de la globalización, se han vuelto tan «americanos», que ya al parecer ni siquiera recuerdan al inglés más brillante que haya conocido el siglo que se va.

Y es una lástima, porque si recordaran a Charles Chaplin, tal vez podrían evocar también esa joya del cine llamada «Tiempos Modernos» que es por cierto la más demoledora crítica que se haya hecho sobre conceptos como trabajo y productividad, entendidos en su acepción más infame y asquerosa.

Lo más doloroso es que la genial parodia de Chaplin tiene alrededor de medio siglo sin que la humanidad haya extraído de ella mejores maneras de vivir, y el cretino que ha inventado la porquería de sandwich en forma de cono está ganando tantos cuartos, que puede darse el gusto de ir a comer todos los días a distinguidos restaurantes y comer, además, con las dos manos y a dos carrillos.