Cuando me miro en el espejo me asombro de ver que soy tan bella, dijo en una ocasión nuestra barahonera actriz. Y me pregunto si no tendremos nosotros en la izquierda el complejo de la Cobra. Es cierto que como izquierda no tenemos ni gallinas ( yo tengo 5 pero sólo hablan en francés), ni […]
Cuando me miro en el espejo me asombro de ver que soy tan bella, dijo en una ocasión nuestra barahonera actriz. Y me pregunto si no tendremos nosotros en la izquierda el complejo de la Cobra.
Es cierto que como izquierda no tenemos ni gallinas ( yo tengo 5 pero sólo hablan en francés), ni puercos, ni sillas de ruedas para regalar y eternizar la corrupción. Tampoco tenemos comisiones para repartir ayudas a los damnificados. Tampoco tenemos entradas por inversiones en bienes raíces. Raíces si tenemos, lo que no tenemos es bienes; ni aquí, ni en España, ni en Bruselas.
Aunque las elecciones están lejísimo, la JCE dice que ya pueden empezar las bocinas, las mismas que hace tiempo nos tienen jartos. No hay que asombrarse, es parte de nuestro subrealismo. Las bocinas son necesarias para gritarle bien fuerte a la gente el VOTEN POR MI. Tienen que gritar muy fuerte y por mucho tiempo para que la gente se convenza, sino por convicción por hipnotismo. Muy fuerte porque están muy lejos del pueblo, como dijo el maestro Lin Fu. Bastaría un susurro si estuvieran cerca.
En la izquierda no nos ponemos de acuerdo sobre el candidato único que nos represente frente a esa vergüenza llamada partidos políticos y que se agrupan en los tres que todos conocemos.
Estoy escarbando con una palita de arqueólogo tratando de toparme con la explicación y siempre hallo el mismo hueso.
En la era de Balaguer, nunca pudimos acercarnos a pesar de la violencia de aquel contra nosotros, para eliminar yo la posibilidad de que sólo nos unimos en tiempo de guerra, Buscando la lógica sandinista de unirse hasta con las prostitutas con fin de sacar a Somoza y nosotros contra el muñequito de papel. Siempre hay un muñeco de papel.
El papel que hizo la izquierda en Chile en las últimas elecciones fue vergonzoso , no por la cantidad de votos, sino por la fragmentación. Lo mismo ocurrió ahora en Argentina contra Cristina. Y proyecto yo para ver el mismo resultado aquí, sin ir mas lejos. Los españoles llaman, a esa diversidad innecesaria de partidos la SOPA.
A la SOPA nuestra le hemos echado aji del picante, gratei, muchos huesos, pólvora, cheques gubernamentales, y hasta grasa de guagua. Como para que el que la pruebe no la vuelva a tocar.
Antes había sólamente un pelo; pero ahora parece que se nos unieron los barberos y le echan todo lo que recogen en sus barberías. Los argumentos que nos distancian son tan, pero tan ridículos que tal parecería estuviésemos jugando a … hoz si llevaba, lo que no llevaba era martillo….
El papel de los intelectuales ha tenido que ver mucho en todo esto, al no faltar nunca una nueva teoría mejor que la otra , o que justifique el sectarismo.
De guruses que todo lo saben, que conocen todos los métodos revolucionarios y todas las fórmulas cientificas para llegar al poder, hemos visto mas de los que podemos recordar. Muchos saben del daño que hacen al introducir cualquier excusa para derrumbar las posibles uniones, los posibles posibles.
Muchos de nuestros movimientos de izquierda son tomado como laboratorios por muchos intelectuales para proyectarse, para darse a conocer, para estar en el medio, para contruir un supuesto liderazgo y asegurar así una senaduría al venderse por plátanos a la derecha. La política como negocio, no como instrumento de cambio.
Siempre los hay fuera del poder, como el caso nuestro, o dentro del mismo como les ocurre a los venezolanos.
No somos capaces de ver que grado de manipulación funciona cuando aparecen algunos iluminados colocando peñones en el camino. Hay un protagonismo del que parece no nos podemos zafar, tenemos que lucirnos frente al resto, demostrar que tenemos ciertas cualidades que quizás no hemos podido demostrar por otro lado. Echamos al abismo las posibilidades de éxitos colectivos cuando estan en juego los nuestros propios.
Particularmente no sé que puede ganar, en términos personales, cualquiera de nuestros posibles candidatos de la izquierda sin el apoyo del resto. ¿Qué ganó Rigoberta Menchú alejándose de la izquierda en Guatemala ? Absolutamente nada. No sólo perdió las elecciones, sino toda la credibilidad de candidata unitaria, de candidata del pueblo. Desgastar el carisma en cuaresma.
¿Qué ha ganado la izquierda colombiana fuera de las FARC ? Nada. ¿Qué ha ganado la izquierda mexicana fuera del movimiento zapatista ? Dispersión.
Y esa dispersión no viene necesariamente de la idea de la pluralidad, viene también de la idea de debilitar. Y hay muchos millones para que existan muchos partiditos cuidando de esos ingresos.
Tanto en la derecha como en la izquierda. Entonces no se quiere perder esa seguridad económica, esas entraditas regulares, esos cacicazgos.
Por esto se podría afirmar que cuando hay organizaciones de izquierdas que rehuyen la unidad es porque defienden, mas que ideas, un presupuesto que proviene de quién sabe donde. Cuando hay líderes izquierdistas que se oponen a procesos unitarios, no necesariamente sea por convicción, sino por convi$ion. Otros, ya muy quemados, no tienen otro camino que trabajar directamente con la derecha y salir a defender a Hipólito, a Amable, a Leonel, a quien sea con tal de no perder esa venerable convi$ion.
Es importante por eso que las bases de los movimiento empujen por la unidad, por encima de muchos de sus líderes anquilosados y que en la práctica no tienen ninguna necesidad de que nada cambie.
La idea de Manolo era la de unificar al pueblo dominicano al igual que Amaury, quien hizo tantos esfuerzo por unificar la izquierda toda. Caamaño pretendía conseguir el apoyo de toda la izquierda en su proyecto. Ese fue otro gran momento para unificarnos y tampoco supimos aprovecharlo. Encontraron quizas todos los pelos de las barbas de Fidel. ¿Diferencias políticas o falta de cojones ?
Estamos desaprovechando uno de los mejores momentos históricos de República Dominicana, el momento del descrédito total de la derecha. La supuesta democracia, las grandes promesas electorales incumplidas, las contrucciones de puentes y rios, los Nueva Yores chiquitos convertido en ciénegas inundadas, la evidencia de pobres a la interperie y ricos en torres cuando ocurren tormentas, las reparticiones de dinero de manera directa y no encubierta como hacía Balaguer, todo eso hemos podido canalizar para construir una izquierda fuerte, y hasta llegar al poder unidos con un proyecto humano que nos acerque a nosotros y nos fortalezca como dominicanos.
A pesar de los errores, insistir en la unidad y romper todos los espejitos narcisistas.
Noviembre MMVII