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Jueces y periodistas

Fuentes: Rebelión

Las dos profesiones menos valoradas por los ciudadanos son la de juez y la de periodista. Pero no son comparables. El juez -y el fiscal- obtienen sus plazas en oposiciones y las tienen ya de por vida con un sueldo desahogado. El periodista -por lo general- no vive, sobrevive, y está sometido a no pocos […]

Las dos profesiones menos valoradas por los ciudadanos son la de juez y la de periodista. Pero no son comparables. El juez -y el fiscal- obtienen sus plazas en oposiciones y las tienen ya de por vida con un sueldo desahogado. El periodista -por lo general- no vive, sobrevive, y está sometido a no pocos escarnios. Juez y fiscal se supone que son libres, el periodista, no, depende de la línea editorial de su medio, ligado con frecuencia a un grupo mediático que a su vez está aliado con la banca, construcción, fondos de inversión…. El periodista es un currante por cuenta ajena, el juez y el fiscal son respetables funcionarios públicos de élite.

La movida que está teniendo lugar en España con la Justicia confirma mis sospechas de que, si te cae el marrón de tenerte que poner ante la Justicia, tal vez sea mejor desaparecer. No se puede confiar en la Justicia y eso es muy triste en un estado de derecho. Y ya no lo digo tanto por el tema Urdangarin-Cristina, un asunto que no ha hecho más que darle de nuevo la razón a Marx y a Lenin ahora que se cumplen cien años de la Revolución Soviética: los de arriba crean su justicia y sus medios de comunicación para defenderse y seguir en el poder todo lo que puedan. De vez en cuando le ofrecen al populacho una cabeza de turco pero, oye, sin pasarse.

Lo que me da pavor es que los partidos más influyentes se repartan a jueces y fiscales y que tenga que oír y leer: «este fiscal o este juez es progresista, aquellos otros conservadores». Pero, ¿qué es esto? Puedo sospechar entonces que para tales personas la Justicia no tiene un velo en los ojos sino que depende de las emociones de sus señorías. En Sevilla, los medios insinúan que una jueza es cercana al PSOE y otra al PP pero no lo dicen abiertamente. Eso no es periodismo, o lo afirmas con pruebas o te callas y no manchas el nombre de nadie.

Por su parte, Trump vuelve a la carga contra los medios y Maduro cierra la CNN. No tienen razón en cerrar señales y en prohibir la entrada de los medios a las ruedas de prensa pero sí en que el periodismo desinforma. La campaña mediática contra Trump es feroz, me está recordando a la que se hizo contra Chávez, cada una con sus peculiaridades. Incluso la de Trump es más intensa porque empezó mucho antes de que ganara las elecciones. Es una vergüenza que dos profesiones tan necesarias y hermosas, por ser servicios públicos, estén embarradas por intereses que no tienen nada que ver con la esencia de ambas ni con la buena fe de casi todos sus profesionales.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.