El asesinato de Samuel Chambers es un asesinato de odio, cuyas varias aristas contemplan la posible violencia de género. Sí, la misma que se arroga o se le atribuye únicamente a la mujer, para quienes entienden superficial, banal, vacía y torpemente. No está en debate que la mujer por su condición de género esté en […]
El asesinato de Samuel Chambers es un asesinato de odio, cuyas varias aristas contemplan la posible violencia de género. Sí, la misma que se arroga o se le atribuye únicamente a la mujer, para quienes entienden superficial, banal, vacía y torpemente.
No está en debate que la mujer por su condición de género esté en menos desventaja que el hombre, ya sea social, económica, psicológica, moral, espiritual, entre otras; puesto que, dicha desventaja debe materializarse en garantías como leyes afirmativas. Pero también se trata de aquellas personas que rompen esa norma establecida y adoptan un rol de género que los coloca en esa «desventaja» social.
La violencia de género transgrede toda norma establecida. Al aprobar una ‘Ley de Erradicación de Violencia de Género contra la Mujer’ hay que impulsar una similar para varones. No es una impertinencia, como lo supo decir una inculta asambleísta públicamente. Samuel era lo que ninguna ley contra la violencia de género hasta este momento recoge: identidad de género.
Para fácil comprensión, fue un varón con túnicas aparentemente femeninas, que él mismo confeccionaba de retazos multicolores llenos de vida. Que se lo asocie o no a la diversidad, no es lo que importa. Lo importante aquí es que era una nueva masculinidad itinerante y eso en esta violenta sociedad le costó su vida. Él, un ser humano único como pocos entenderán y como casi nadie será. Defensor de los animales, de las diversidades sexuales y ambientalista.
Era un ser humano libre.
No existe nada material e inmaterial que satisfaga la ira de su partida, ni tampoco los gritos que puedan socavar el dolor causado. Si la #JusticiaParaSamuel llega a materializarse por la exigencia de sus allegados, de igual forma, esta sed infinita de justicia no podrá compensar jamás la devolución de Samuel. Es el héroe silencioso que empoderado se enfrentó al machismo, y que hoy, a más de cobrar la vida de mujeres, se lleva a los varones que la desafían también.
Diane Rodríguez: asambleísta nacional.
Fuente: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/punto-de-vista/1/justiciaparasamuel