Apenas el 31 por ciento de los 20 millones 700 mil ciudadanos habilitados votó en Venezuela para elegir 277 integrantes de una nueva Asamblea Nacional unicameral, y el 68 por ciento de ellos se inclinó por los candidatos del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)- Polo Patriótico, ratificó Indira Alfonzo, presidenta del Consejo Nacional Electoral.
El ejercicio de este domingo en Venezuela, no entusiasmó a los venezolanos y las largas colas que se formaban en cada rincón del país en cada comicio, desaparecieron. Se eligieron a 277 parlamentarios para integrar la nueva Asamblea Nacional durante los próximos cinco años. Ello constituye un incremento del 66 por ciento del número de diputados.
“El pueblo no fue a votar porque le pasó la cuenta a esa política desastrosa y claudicante de la dirección del PSUV, además de su obstinada soberbia. Midan cuántos votos sacó el PSUV en las últimas elecciones y cuántos sacó ahora: no ponerse a esconder la abstención”, señaló Agustín Calzadilla, docente universitario y viejo luchador socialista.
La oposición tradicional alcanzó apenas 17.95 por ciento y la disidencia chavista de izquierda no rebasó la barrera de tres por ciento. La alianza encabezada por los partidos tradicionales Acción Democrática (AD) y Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei) –socialdemócratas y democristianos- quedó en segundo lugar con 944.665 sufragios.
Pero más importante que el número de diputados que logró cada sector, es el guarismo de la abstención, lo que mostró un hartazgo con la política tanto de chavistas como opositores, mucho más preocupados en resolver su supervivencia diaria, además del divorcio entre las propuestas de campaña electoral y los temas que realmente preocupan a la gente.
El bloqueo estadounidense, sumado a los errores del madurismo, ha llevado a un sector de los venezolanos a situaciones de pobreza impensables hasta 2012, en un país que acogió durante décadas a migrantes… y hoy lanza a sus profesionales y trabajadores a Chile, Argentina, Perú, Ecuador, México y otras naciones, en busca de un futuro.
La depreciación de la moneda nacional, el bolívar, ha llevado a su desaparición y todo lo que se pueda conseguir se cotiza en dólares o bitcoins. No hay gasolina (nafta) en un país petrolero, o es tan escasa que las colas son quilométricas.
El presidente Nicolás Maduro dijo que «nuevamente ha ganado la constitución y la paz», y reafirmó que el chavismo sabe “ganar y perder, y hoy nos tocó ganar una nueva Asamblea Nacional. Hace 5 años reconocí los resultados y la derrota, pensábamos que íbamos a construir canales de diálogo. Hoy, tengo que decir que tenemos una nueva Asamblea Nacional y hemos obtenido una gigantesca victoria electoral”, añadió-
El Canciller Jorge Arreaza, quien le dijo este domingo al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo: “asimile con calma y resignación la verdad: en Venezuela su fracaso es absoluto”.
Por su parte Juan Guaidó, el autoproclamado presidente interino cabeza de los opositores que no se presentaron a las elecciones de este domingo siguiendo las instrucciones de Washington, reiteró en su cuenta de Twitter que los comicios fueron «un fraude» y llamó a movilizarse en la “consulta popular”, vía una aplicación de teléfono y de manera contra Maduro, el próximo 12 de diciembre.
La pregunta es qué hará el sector que aún se mantiene con Guaidó luego del 5 de enero -día en que se juramente la nueva Asamblea Nacional- dada su dependencia pol´pitivca y sobre todo financiera de Estados Unidos, país donde está en marcha un cambio de administración y posibles modificaciones de abordaje del expediente Venezuela.
Henrique Capriles Radonski, dos veces candidato presidencial de la oposición, quien en primer lugar iba a participar de las legislativas, y finalmente dio marcha amparándose en la decisión de la Unión Europea, calificó la iniciativa de la “consulta” como de “llamado a una movilización sin soluciones tangibles”.
Lo que vendrá
La nueva Asamblea Nacional modificará parcialmente la situación política, siempre y cuando se fije el objetivo urgente de abordar la situación económica, lo que pasará por posibles acuerdos internos y diálogos con Estados Unidos, país que sostiene sanciones económicas, financieras y un destructor bloqueo.
Asimismo, seguramente marque la formación de una nueva oposición que si bien obtuvo menos votos de lo que pensaba, sumará más actores y disputará las elecciones a alcaldías y gobernaciones en el 2021.
Por último, el resultado general de la votación, y en particular la tasa de abstención, pone sobre la mesa la necesidad de abordar asuntos como de renovación de discursos, dinámicas políticas, en el marco de un conflicto prolongado que ha dejado marcas profundas en la sociedad.
Después de las elecciones la posición de Guaidó queda aún más debilitada, ya que había sido «elegido» presidente interino por la Asamblea que terminó su mandato con estas elecciones.
Estas elecciones parecen un nuevo movimiento en el tablero de ajedrez político: ahora le toca a la oposición. Este movimiento fue posible por la ayuda del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que propone que opositores formen parte del gabinete para cogobernar, y quien ahora pide a la Unión Europea modificar su postura de no reconocer estas elecciones.
En las propias filas del oficialismo hay voces que consideran un error que Maduro haya convertido esta elección en una suerte de referendo sobre su propia gestión. Hace unos días, el presidente obrero reiteró a los medios locales: “Si ganan las elecciones parlamentarias de este 6 de diciembre, me retiro, pero si ganamos, vamos para adelante con el pueblo”. Sin comentarios.
*Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)