No hace tanto tiempo que parecía que la praxis revolucionaria se había extinguido en Euskal Herria al son de los cambios sociales y políticos acaecidos. Hace unos pocos años hubiera sido impensable que una organización estudiantil reeditara un libro que lleva por título Comunismo o Caos escrito en 1996 por Justo de la Cueva con […]
No hace tanto tiempo que parecía que la praxis revolucionaria se había extinguido en Euskal Herria al son de los cambios sociales y políticos acaecidos. Hace unos pocos años hubiera sido impensable que una organización estudiantil reeditara un libro que lleva por título Comunismo o Caos escrito en 1996 por Justo de la Cueva con el imprescindible apoyo de Margari Aiestaran, militantes comunistas e independentistas. Ahora no sólo se reedita el libro sino que además se realiza un reconocimiento público a su autor, como el de hoy, 6 de agosto de 2017 en el gaztetxe Zazpi Katu de Bilbo, a los pocos meses de su fallecimiento.
Son dos ejemplos, pero cada vez hay más, que atestiguan que la juventud trabajadora vasca se ha puesto de nuevo en marcha. En realidad, nunca se detuvo del todo ni en los momentos de mayor pesimismo y desorientación aunque sí se redujo bastante, casi hasta desaparecer del todo su capacidad organizativa de formación política y teórica. ¿A qué es debido, entonces, este resurgir, esta recuperación tras veintiún años de autores del calibre de Justo de la Cueva? La respuesta es sencilla: a su actualidad.
En 1924 un joven húngaro comunista, Georg Lukács, escribió sobre las fundamentales aportaciones realizadas por Lenin, que había muerto pocos meses antes. El breve capítulo primero de su gigantesca obrita se titulaba La actualidad de la revolución y venía a decir que Lenin había recuperado y adecuado a las condiciones del imperialismo una de las bases decisivas del materialismo histórico: la revolución comunista como la única solución posible a todos y cada uno de los problemas de la humanidad:
«La actualidad de la revolución indica la nota dominante de toda una época. Tan sólo la relación de las acciones aisladas con este punto central, que no puede ser encontrado sino mediante el análisis preciso del conjunto histórico social, hace que las acciones aisladas sean revolucionarias o contrarrevolucionarias. La actualidad de la revolución significa, en consecuencia, esto: tratar todo el problema cotidiano particular en relación concreta con la totalidad histórica social; considerarlos como momentos en la emancipación del proletariado […] La actualidad de la revolución significa, en consecuencia, esto: tratar todo el problema cotidiano particular en relación concreta con la totalidad histórica social; considerarlos como momentos en la emancipación del proletariado. El enriquecimiento que el marxismo deba a Lenin consiste simplemente -¡simplemente!- en el nexo más íntimo, más visible y más cargado de consecuencias de las acciones aisladas con el destino general, el destino revolucionario de la clase obrera en su totalidad. Significa simplemente que cada cuestión actual -por lo pronto en la medida que es una cuestión del orden del día- se ha vuelto, a la vez, un problema fundamental de la revolución».
La editorial Grijalbo publicó en 1974 el libro Lukács sobre Lenin donde puede leerse esta cita, pero hemos preferido recurrir a www.marxists.org/espanol/lukacs/1924/lenin.htm porque es mucho más fácil acceso para la juventud trabajadora.
Pues bien, Justo de la Cueva en Comunismo o Caos desarrolla el principio de la actualidad de la revolución concretándolo en y para la juventud vasca de finales del siglo XX. El título de la obra es una adaptación del originario título de Caos o Comunismo, que da entrada al apartado 34 del Capítulo IV del libro ABC del Comunismo escrito por Bujarin y Preobrazhanski en 1919 -(edit. Fontamara, Barcelona 1977, pp. 134-136)- que fue uno de los más importantes textos de formación política de la militancia de la URSS y de otros muchos partidos revolucionarios hasta ser prohibido una década después por la burocracia en el poder en Moscú. Sus dos autores fueron marginados en esos años y fusilados en 1938 acusados de agentes del fascismo. Que nosotros sepamos, en Internet y en lengua española sólo puede encontrarse una versión muy amputada y sólo firmada por Bujarin en la que no aparece el título original del apartado 34 arriba citado ya que ha sido cambiado por el de «¿Disolución general o comunismo? «, pero mantiene su contenido.
No sabemos si el título inicial del apartado 34 fue escogido por los autores para resaltar el avance de la teoría revolucionaria producido en menos de cuatro años si partimos del dilema de Socialismo o Barbarie presentado por Rosa Luxemburgo en 1915 en su brillante obra El folleto de Junius, accesible en Internet. Que Rosa le atribuyera la autoría de ese dilema a Engels, cuando en realidad era de Kautsky, no disminuye en absoluto su poder heurístico sino que lo confirma porque Rosa lo escribió en la cárcel, bajo la censura y en el contexto de la represión durante la guerra de 1914-18. Recordemos que Rosa no firmó el texto con su nombre sino con el pseudónimo de Junius, precisamente como medida de seguridad.
El que Rosa cometiera un error al fiarse de su memoria, al no disponer en la prisión del texto de Engels o el que deliberadamente no quisiera citar a Kautsky para no comprometerlo ante la represión, ambas posibilidades sólo muestran, como decimos, el poder heurístico del marxismo, es decir, su capacidad de imaginar y producir teorías adelantadas a su tiempo, tanto que rompían los esquemas conceptuales dominantes, los burgueses en general y en particular sus versiones reformistas. Además, de crearlas en las peores condiciones imaginables si las comparamos con la tranquilidad política y económica en la que la vive la casta intelectual burguesa. Tanto si fue un error como si fue un acto de lógica precaución, al margen de esto, actualizo un debate estratégico de efectos totales.
En las condiciones de cerco económico asfixiante y de múltiple invasión imperialista a la joven revolución bolchevique, Bujarin y Preobrazhenski avanzaron un significativo paso en la reflexión recuperada por Kautsky y luego revivida por Rosa Luxemburgo. Decimos recuperada por Kautsky porque la misma problemática de necesidad de opción entre los contrarios antagónicos unidos en una lucha permanente recorre de principio a fin la entera obra de Marx y Engels expresada con otros términos. De hecho, una de las primeras expresiones en lengua griega antigua, homérica en concreto, de la dialéctica se refiere a esta necesidad consciente de optar por la libertad humana en un momento crítico en la que ésta corre riesgo de perecer bajo la presión aplastante de la contradicción real.
Nos hemos referido a estas cuestiones falsamente secundarias para mostrar la aportación de Justo de la Cueva, y de Margari Aiestaran, a esa permanente línea de praxis vital que identifica al marxismo desde su origen y especialmente su desarrollo en Euskal Herria uno de cuyos ejemplos es Comunismo o Caos. Margari y Justo sufrieron los golpes del terrorismo y de la represión política y económica como tantas y tantos marxistas. Su obra teórica está así enriquecida por este auténtico principio de realidad que define a la lucha de liberación nacional de clase de nuestro pueblo trabajador: sin esta verdadera totalidad objetiva y subjetiva, que abarca mucho más que lo que entendemos por «contexto», es incomprensible la actualidad del libro Comunismo o Caos, actualidad que es la causa de su reedición veintiún años después.
Es actual por una razón básica que debemos analizar aplicando la categoría de lo singular, lo particular y lo universal. Su singular actualidad radica en que la crítica de la opresión que sufría la juventud vasca de entonces mantiene su vigencia por encima y por debajo de los datos, porcentajes y cifras que ahora mismo pueden presentarse. El cuarto de siglo que casi ha transcurrido desde entonces valida el método marxista aplicado por Justo en Comunismo o Caos. Todas las contradicciones y sus tendencias evolutivas que Justo detalla con el rigor que le caracterizaba se han desarrollado a peor teniendo en cuenta la dialéctica de la ley general de la acumulación capitalista.
Su particular actualidad radica en que el capitalismo vasco está estructuralmente unido al imperialismo franco-español, dependiendo para su supervivencia del poder de ambos Estados, con los que se fusionó desde su origen histórico. En su libro, Justo detalla esa particularidad sosteniendo que esa fusión es imprescindible para asegurar la supervivencia de la burguesía llamada vasca. Justo demuestra en el libro por qué la explotación de la juventud era una prioridad ya entonces tanto para los Estados como para la burguesía autóctona, y por qué se hará más perentoria con el tiempo, como está sucediendo.
Su universal actualidad radica en que Justo basa, sustenta, su estudio en la evolución del capitalismo mundial y europeo del momento, de manera que las tendencias que analiza en lo singular y en lo particular están dentro de las contradicciones mundiales. La Gran Crisis de 2007 no hace sino agudizar todas las tendencias que Justo desmenuza en Comunismo o Caos de manera que, al leerlo ahora, vemos como se suceden diversos niveles de la realidad, desde hace mucho detallados con un método que relaciona muy bien la explicación lógica con la explicación histórica.
Comprenderemos mejor la interacción entre lo lógico y lo histórico, y entre lo universal, lo particular y singular, que Justo de la Cueva disecciona con su habilidad de bisturí y luego fusiona con sus eficaz exposición, si vemos varios ejemplos en los que el método dialéctico se desenvuelve a la perfección porque en todos ellos esas dos partes del método aparecen con normal naturalidad.
El primero es el de las referencias que hace al texto de KAS de 1994 titulado Nuestro presente, nuestro futuro, en el que se hacía una muy profunda investigación de la composición de clase, de sexo-género y de edad del pueblo trabajador vasco de aquél momento. Veintisiete años después, la izquierda abertzale sigue sin haber actualizado aquél documento que marcó época, si exceptuamos un muy reciente borrador elaborado por un colectivo. Este primer ejemplo simultanea la explicación lógica con la histórica, y enseña cómo los cambios innegables habidos en la lucha de clases en los últimos veintisiete años responden a lo singular de Euskal Herria, a lo particular del imperialismo franco-español, y a lo universal del capitalismo mundial.
El segundo es la referencia que hace a la VI Asamblea de ETA realizada en 1973, la asamblea oficial que no la de los escindidos durante la segunda parte de la V Asamblea, conocidos como «ETA VI-LCR», en la que se asume la identidad comunista de la militancia de ETA y la necesidad de un Estado Socialista inserto en esa visión comunista. La tesis lukacsiana de la actualidad de la revolución se enriquece así tras medio siglo de lucha de clases mundial en la actualidad del comunismo, tesis más necesaria que nunca antes y después de las lecciones presentes de la Gran Crisis y de las perspectivas de futuro. Como veremos al final, la idea del comunismo como necesidad se ha ido forjando desde los primeros textos marxistas, allá por 1843-44 hasta ahora, pasando por 1924, 1973, 1994, 1996…
El tercero es la referencia clave, insustituible, al papel de las militantes jóvenes: el libro está dirigido una chica independentista y socialista de Iruña, y en sus páginas su presencia es innegable de principio a fin, sobre todo cuando remitiéndose de nuevo al documento de KAS recuerda el fundamental papel de la explotación, opresión y dominación de la mujer trabajadora para el capitalismo. Veintiún años después el sistema patriarco-burgués se resiste a la desesperada para contener el avance del feminismo abertzale, comunista, que, al igual que el movimiento juvenil, acelera su recuperación tras el desconcierto de hace unos años.
El cuarto es el estudio de la depauperación absoluta y relativa de la juventud trabajadora como tendencia imparable explicada, en lo esencial, por Marx en El Capital. Ahora no ya la juventud, ni siquiera el salario medio de una trabajadora adulta garantiza ya el que no caiga en la pobreza. En su libro, Justo explica el desenvolvimiento de la teoría marxista de la depauperización del trabajo con respecto al capital. Hoy abundan los datos sobre el creciente empobrecimiento juvenil pero, salvo error nuestro, no existe todavía una síntesis teórica actual que explique porqué la burguesía que se dice vasca se enriquece a costa del pueblo trabajador y sobre todo de sus mujeres jóvenes. Sabemos que sólo el 5% de los contratos realizados en Julio de 2017 es indefinido a jornada completa, como media del Estado español, o sea uno de cada veinte. La siempre imprescindible crítica política es necesaria para saber por qué se ha llegado a este infierno, pero la crítica política está coja si no se vertebra internamente con la teoría marxista, y nuestra pregunta es ¿qué sabe la militancia vasca sobre la teoría de la plusvalía, del salario, del fetichismo…? Margari y Justo estaban cada día más preocupados por el retroceso intelectual de la izquierda vasca.
Y, por no prolongarnos, el quinto y último ejemplo tratado en profundidad por Justo -la crisis socioecológica causada por el capitalismo- también es de una actualidad que estremece: el pasado día 2 de agosto de 2017 el capitalismo había llegado al terrible «día del exceso» correspondiente a este año. Desde el día 3 de agosto todo lo que tan alegre e irracionalmente consume el capital se carga sobre la lista de los números rojos, del debe, o sea, nos estamos comiendo el futuro. Hay que recordar que en 2016 el día del exceso llegó el 8 de agosto, en 2015 el 13 de agosto, en 2014 el 19 de agosto, en 2013 el 20 de agosto… y en 1970 llegó el 23 de diciembre. Hay una aceleración del consumo a pesar de que la Gran Crisis ha ralentizado mucho la producción. Quiere esto decir que las reservas mundiales se agotan cada vez más rápidamente. Si a esto le sumamos la certidumbre científica de que se ha iniciado la sexta extinción de la vida en el planeta, la actualidad del libro Comunismo o Caos es innegable.
Podríamos seguir enumerando ejemplos de la demostrada corrección del método empleado por Justo de la Cueva, pero sería alargar demasiado esta presentación. Lo que nos interesa decir, para ir acabando, es que Comunismo o Caos está vigente porque se han agudizado las contradicciones que describe. Redactado a los cinco años de la implosión de la URSS, aguantando el diluvio del triunfalismo imperialista, Justo de la Cueva demuestra que el capitalismo es inhumano, depredador, salvaje, y que existe un modelo alternativo, cualitativo y radicalmente superior, que no perdió ni un ápice de su fuerza liberadora potencial con la implosión de la URSS, sino al contrario.
En 2017 esta ferocidad se percibe bastante más fácilmente que en 1996. Defender la actualidad del comunismo, explicar que si no destruimos el modo de producción capitalista el caos controlado e incontrolado se irá adueñando del mundo, destrozando nuestras vidas, es hoy más fácil que hace veintiún años. Basta saber que la deuda mundial del capitalismo supone casi el 328% del PIB del planeta, algo impagable, para comprender la magnitud del problema al que nos enfrentamos.
Ni Margari ni Justo se arredraron en aquellas circunstancias. Escribieron, dieron charlas y participaron en debate, reuniones y asambleas. Denunciaron la alienación, la tortura, la mentira y la miseria humana: el libro Comunismo o Caos es una brillante síntesis de su praxis. En la Euskal Herria actual, el criterio de la actualidad de la revolución comunista es válido en sí mismo por la opresión nacional de clase que padecemos.
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