Este artículo forma parte del libro «Aprender Economía Social Solidaria», que será publicado por la editorial Dialektika en 2025.
En el año 2023 la compañía petrolera Repsol obtuvo utilidades ascendentes a € 3 284 000 000, gastó por concepto de remuneraciones a los trabajadores € 1 531 000 000 y contaba con una plantilla de 25 000 empleados (Grupo Repsol, 2023).
Si se divide el monto de las utilidades por el número de trabajadores para conocer el promedio de utilidades que crea cada trabajador, se obtiene que:

La retribución anual promedio por trabajador sería:

Si se divide el monto anterior entre 12 meses del año para obtener el salario promedio mensual, se obtiene:

Un salario mensual de cinco mil euros pudiera resultar satisfactorio para todos aquellos que no se detienen a analizar cuánto han producido con su trabajo y que irá a parar al bolsillo de los dueños de la corporación petrolera. Pero si se realizan comparaciones se detecta que el salario promedio mensual de € 5 000 representa solamente el 3.8 % de los € 131 000 de ganancia generada por el trabajador en un año. La remuneración anual promedio de € 61 000 solo equivale a menos de la mitad de los € 131 000 de ganancia generada por el trabajador en un año, esto significa que los dueños de Repsol acaparan más del doble del dinero producido por cada trabajador mediante el privilegio que les otorga el contrato de trabajo asalariado para expropiar el plusvalor.
Si se repartieran de manera justa las utilidades, cada trabajador de Repsol podría ganar como promedio € 192 000 al año (€ 131 000 + € 61 000) y podría percibir un salario promedio mensual de € 16 000 (€ 192 000 ÷ 12 meses). Téngase en cuenta que este reparto justo de las ganancias no afecta la partida contable para mantenimiento y adquisición de maquinarias e insumos, pues se trata de cifras de utilidades.
La explotación en el modo de producción capitalista ocurre porque el obrero realiza un trabajo necesario que es el requerido para cubrir el salario que ganará a fin de mes, pero debido a lo que estipula el contrato el obrero también está obligado a realizar un trabajo excedente, y este trabajo excedente lo realizará de forma gratuita porque no se le recompensará por esa labor dado que el dueño de la empresa se apropiará de esa ganancia extra. Ese es el modo en que se crea la plusvalía, la fuente del enriquecimiento de los capitalistas (Kreimer, 2022; Marx, 2008).
La explotación no consiste en si el salario que percibe el trabajador es alto o bajo, sino en todo el dinero que el capitalista les quita a los trabajadores y que el trabajador podría haber ingresado mediante un reparto equitativo de las utilidades.
Se pudiera argumentar que el capitalista dirige la empresa y con ello realiza una labor necesaria para la sociedad. Sin embargo, en muchas empresas privadas los administradores no son los dueños sino personas calificadas para la administración que son contratadas por los capitalistas para la ejecución de esas funciones. Las empresas colectivas gestionadas por los trabajadores demuestran que las labores de administración pueden realizarse de forma democrática mediante la aprobación de los planes y la elección de los miembros del órgano de administración apelando al voto directo de la asamblea de trabajadores, por lo que no se necesita al capitalista para organizar las actividades de la empresa.
También pudiera decirse que quien desee liberarse de las cadenas de la explotación capitalista tiene la libertad de fundar su propia empresa colectiva sin que ello afecte los intereses capitalistas. Pero este argumento es falible por varios aspectos. Si un obrero crea una empresa colectiva, esa acción no evitaría que siga ocurriendo la explotación capitalista en las otras empresas privadas existentes. Obsérvese lo sucedido con la esclavitud y la fundación de la República de Liberia. A principios del siglo XIX los supremacistas estadounidenses prefirieron desembarazarse de los negros emancipados antes que renunciar a sus políticas racistas y opresivas. Se decidió enviar a los afroamericanos de vuelta a África, donde se creó de forma arbitraria un nuevo estado que cobijara a los libertos. Lejos de resolver el conflicto, la fundación de Liberia significó el desplazamiento y la violación de los derechos de los pueblos originarios que habitaban ese territorio, mientras que las tensiones sociales y políticas provocadas por la esclavitud mantuvieron una espiral ascendente en los Estados Unidos que condujo al estallido de la Guerra de Secesión. No es justo exigirles a los esclavos que se marchen a otra tierra para fundar una república donde puedan vivir sin esclavitud. Combatir la esclavitud y el racismo significó eliminar por completo las relaciones esclavistas de subordinación en las empresas existentes en el siglo XIX y seguir batallando contra cualquier traza de discriminación racial.
Los trabajadores no cuentan con las mismas posibilidades económicas para crear una empresa si se les compara con el capitalista que heredó la riqueza de sus antepasados o que se beneficia de vínculos sociales que se traducen en apoyos para los proyectos de emprendimiento. Esta situación provoca que el punto de partida de los ciudadanos sea muy desigual a la hora de enfrentarnos a las dinámicas del mercado capitalista. Los trabajadores solo cuentan con un recurso, su mano de obra, por lo que terminan vendiendo su fuerza de trabajo mediante la firma de un contrato de trabajo asalariado injusto que les obliga a renunciar de antemano a la plusvalía que será creada durante la jornada laboral. La firma de un contrato de trabajo asalariado no constituye una negociación justa entre el obrero y el capitalista, puesto que si el trabajador no acepta las condiciones prestablecidas por el contrato se arriesgaría a no encontrar otro empleo y de este modo caería en la pobreza, mientras que el capitalista ostenta el privilegio de poder sentarse a esperar a que otro obrero necesitado se acerque a su oficina en busca de trabajo.
Una publicación de Forbes revela que en el año 2024 ninguno de los multimillonarios menores de 30 años que aparecían en el listado de las personas más ricas del mundo había creado su propia riqueza, sino que la han heredado de sus antepasados. La multimillonaria más joven de ese listado, Livia Voigt, contaba con 19 años y consiguió su fortuna porque es la accionista minoritaria en el negocio de su padre (Hunter-Hart, 2024). Ciertamente no todas las personas han obtenido riquezas mediante herencias o a través de la explotación de trabajadores asalariados. Existen afortunados que ganan la lotería o artistas hollywoodenses con salarios extraordinariamente altos. Pero esos casos representan una minoría ínfima cuando se analiza el conjunto de la sociedad.
En los casos de Bill Gates, Jeff Bezos, Elon Musk y Mark Zuckerberg tampoco se sostiene el argumento de que fueron personas pobres que supieron triunfar por su propio esfuerzo. Ninguno de esos multimillonarios conoció la pobreza, porque provienen de familias de altos ingresos, lo que les permitió estudiar en universidades prestigiosas y tejer una red de contactos y apoyos en el mundo empresarial.
Las ideas sobre meritocracia que afloran en las sociedades contemporáneas plantean que las posiciones jerarquizadas son conquistadas con base al merecimiento, en virtud del talento, educación, competencia o aptitud específica que tiene una persona para un determinado puesto de trabajo. Estas visiones ideológicas explican la desigualdad económica como la consecuencia de la falta de talento o de esfuerzo en las personas pobres. Pero el pobre no es pobre porque quiere. Se han realizado muchos estudios sobre movilidad social en diferentes países. El estudio de Azevedo y Bouillon (2011) hace una revisión de la evidencia sobre movilidad social intergeneracional en América Latina. Los resultados indican que la región latinoamericana presenta bajas tasas de movilidad, incluso cuando se compara con Estados Unidos o el Reino Unido, que son a su vez países con movilidad baja. Aunque la movilidad educacional haya aumentado en las últimas décadas, la región de Latinoamérica aun así presenta baja movilidad social intergeneracional y se observa una alta inercia en la distribución de ingresos. Estudios previos indican que estos resultados parecen estar ligados a dinámicas de exclusión social, bajo acceso a educación superior y discriminación en el mercado laboral.
Se han realizado varias investigaciones sobre las características del entorno social donde nacen y crecen los emprendedores, así como los factores que influyen en que algunos emprendedores sean exitosos mientras que otros fracasan. Schiller y Crewson (1997) analizaron una muestra de 12.000 individuos con un modelo de regresión y concluyeron que la disponibilidad de recursos financieros es el elemento que más incide en el éxito de un emprendedor. El estudio de Levine y Rubinstein (2013) examinó tres paneles de datos estadísticos y demuestra que los emprendedores exitosos tienden a ser hombres blancos pertenecientes a familias de ingresos altos, y que incluso llegan a realizar actividades ilícitas durante su adolescencia. El análisis econométrico de Blanchflower y Oswald (1998) también confirma que la posibilidad de convertirse en emprendedor exitoso depende de si el individuo alguna vez recibió una herencia u otro tipo de ayuda material.
En el capítulo 24 del tomo primero de El capital, Marx analiza el proceso de acumulación originaria de riqueza. Para ello, Marx se pregunta cómo una persona llega al mercado con una cantidad suficiente de recursos económicos que le permiten contratar asalariados que trabajarán para incrementar su riqueza (Kreimer, 2022). Si se observa el sector agrícola, se aprecia claramente que los señores feudales se apropiaron del suelo mediante el uso de la violencia. En el caso del continente americano los invasores europeos desplazaron a las comunidades aborígenes que habitaban esos territorios. De tal forma, los campesinos que perdieron la tierra terminaron disponiendo solamente de su fuerza de trabajo para ofrecer en el mercado.
Como lo describe Kreimer (2022), ser la primera persona en ocupar una tierra, incluso por vías pacíficas, no justifica su apropiación a perpetuidad para la explotación de otros seres humanos. La mayoría de los actuales habitantes del planeta no tuvo la suerte de que algún antecesor suyo ocupara una tierra que en el pasado remoto no tenía dueño. Justificar un privilegio que se traduce en explotación apelando a los logros o méritos de los antepasados implicaría condenar a las nuevas generaciones a enfrentar grandes desventajas heredadas. Una persona que nace en una situación de desventaja material y que carece de riqueza pudiera trabajar hasta el agotamiento toda su vida sin que ello le garantice ingresos suficientes para comprar una casa, mientras que otra persona nacida en una familia adinerada sí pudiera poseer cuatro casas, aunque nunca hubiese trabajado para conseguirlo.
Referencias
Azevedo, V. M. R., & Bouillon, C. P. (2011). Intergenerational Social Mobility in Latin America: A Review of Existing Evidence. Economic Analysis Review, 25(2), 7-42. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-88702010000200002
Blanchflower, D. G., & Oswald, A. J. (1998). What makes an entrepreneur? Journal of labor Economics, 16(1), 26-60. https://doi.org/10.1086/209881
Grupo Repsol. (2023). Cuentas anuales consolidadas.
Hunter-Hart, M. (2024, 1 de abril). The World’s Youngest Billionaires 2024. Forbes. https://www.forbes.com/sites/monicahunter-hart/2024/03/31/worlds-youngest-billionaires-2024-john-collison-ben-francis-evan-spiegel/?sh=2db2b0671352
Kreimer, R. (2022). El fracaso de la derecha: Libertarianismo y liberalismo económico: críticas basadas en la evidencia científica. Editorial Galerna.
Levine, R., & Rubinstein, Y. (2013). Smart and illicit: Who becomes an entrepreneur and do they earn more? National Bureau of Economic Research – Working Paper Series.
Marx, K. (2008). El capital. Crítica de la economía política. (Vol. I). Siglo XXI.
Schiller, B. R., & Crewson, P. E. (1997). Entrepreneurial origins: A longitudinal inquiry. Economic Inquiry, 35(3), 523–531. https://doi.org/10.1111/j.1465-7295.1997.tb02029.x
Fuente: https://dialektika.org/la-acumulacion-de-capital-y-la-desigualdad-distribucion-de-la-riqueza/