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La Soberanía Alimentaria: deseos y anhelos de la UPOCAM en la provincia de Manabí

«La agricultura debe ser una relación armónica entre el ser humano y la naturaleza, no un gran negocio»

Fuentes: OCARU

Aporte de la Unión Provincial de Organizaciones Campesinas de Manabí: Derecho, acceso, autonomía, nutrición, sostenibilidad, control y capacidad de decisión son algunos conceptos asociados al poderoso marco político en defensa de la vida que denominamos Soberanía Alimentaria.

La UPOCAM (Unión Provincial de Organizaciones Campesinas de Manabí) en su búsqueda y defensa de la Soberanía Alimentaria.

Desde OCARU charlamos con Alberto Zambrano, miembro de la organización y técnico de COPISA (Confederación Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria). Según Zambrano, el nacimiento de la organización se remonta a 1978, un momento en que la lucha por la tierra era un escenario común entre las organizaciones tras las reformas agrarias de 1963 y 1974.

El fenómeno del »Niño», ocurrido en 1998 en la provincia de Manabí y que afectó a fincas de productores de plátano, cacao, palmicultores de coco y otros cultivos en las zonas bajas, empujó a que la UPOCAM optara por la defensa de la Soberanía Alimentaria en la zona con prácticas agroecológicas y producción independiente sin químicos.

Problematizando las demandas desde el territorio.

Un amplio grupo de organizaciones pertenecientes a la UPOCAM, con una mirada crítica sobre su realidad en el campo, expusieron cuáles son sus principales demandas y problemáticas en el territorio. Jipijapa y Rocafuerte fueron los lugares del debate al interno de la realidad en las organizaciones y su análisis del contexto actual en torno al agro ecuatoriano y su marco normativo.

Sus demandas y problemáticas no se hicieron esperar. Las voces campesinas se expresaron con fuerza en los diferentes reclamos sobre: la interpelación al gobierno en la elaboración de políticas públicas eficaces para el sector agrario en una producción para la vida; la exigencia en materia de derechos ante la necesidad de unidad para identificar las problemáticas comunes; la falta de acceso a recursos productivos como agua y tierra y la contaminación de los suelos; la acentuación de la pobreza en el sector campesino en Jipijapa; reconocer que el «kit agrícola» no es la medida ni el camino; el planteamiento de la urgencia de una escuela de Agroecología; y lograr que se declare a la agricultura como una política de Estado.

Hacia un pacto ético por el campo: la búsqueda de alternativas y propuestas.

La esfera de las propuestas y alternativas en el actuar por el campo estuvo marcada por las iniciativas centradas en: la elaboración de una propuesta de política pública en el avance de propuestas de desarrollo para la agricultura; la conformación de un Comité Interinstitucional donde tengan lugar las instituciones como COPISA, MAG, GAD Municipal, Gobierno Provincial y el Ministerio del Ambiente; la existencia de la Expoferia Agraria de Charapotó donde se ha desplazado al cultivo de maíz amarillo duro en la zona; y el centro de acopio de maíz conformado por una asociación de mujeres donde llevan un modo diferente de gestión.

Las competencias para alcanzar la Soberanía Alimentaria.

En relación al fomento a la producción, desde la COPISA (Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria) se expresó que los GADS provinciales y zonales tienen la facultad de crear dichas competencias junto a la asistencia técnica y las competencias de los mercados en el impulso de espacios de comercialización para la Agricultura Familiar Campesina.

«Todo lo que se ha hecho hoy día es importante para volver a sentarnos y construir ese proceso de organización, reflexión y lucha», destacó Alberto Zambrano, técnico de la COPISA.
La Conferencista Verónica Conforme y miembro de la UPOCAM, interpeló entre los asistentes: «cómo nos apropiamos de las políticas públicas que desde el Estado están por incrementarse y cómo relacionamos los derechos plasmados en la Constitución que están en el papel y no se han ido aplicando».

Las diferentes formas de mirar la agricultura.

Refiriéndose a dos esferas de la vida, a los anhelos y lo que vivimos, Esteban Daza, Investigador del IEE (instituto de Estudios Ecuatorianos), expuso cómo existen dos momentos para pensar y practicar otro tipo de agricultura y de política:

1. Cómo la realidad es representada a partir de propuestas críticas y convencernos de que los kits son «lo esencial» en una realidad bastante compleja. Se tratará de un principio esencial porque no aceptamos las cosas como naturales: «nosotros vemos las cosas», destacó el investigador.

2. El momento de la creatividad donde se parte de la reflexión de las experiencias a partir de dos elementos: lo material y lo espiritual (los anhelos). En este caso, se señalan dos maneras fundamentales de mirar la agricultura: una suerte de relación armónica entre el ser humano y la naturaleza; otra, de cómo el Capitalismo, el Mercado y el Estado y las políticas públicas miran la agricultura como un gran negocio.

Entre las personas integrantes de la UPOCAM y que participaron del taller, se destacaba cómo la «Minga Agropecuaria», en su contenido y antecedentes, hacía referencia a la inclusión de los pequeños y medianos productores para la realización de «algo más sostenible», pero que, tras analizar los ejes que marca esta política pública para el sector agrario, «los nueve ejes hablan del asistencialismo por parte del Estado».

Para Daza es esencial tener en cuenta que los pequeños productores han perdido la capacidad de producir lo que quieren producir y que este hecho se debe a la aprobación de leyes que complican el actuar del campesinado. Cuando se habla de Ley de Tierras, el motivo normativo va dirigido a la garantía de la Soberanía Alimentaria; pero también se impulsa la agroexportación y la matriz productiva. «Si imaginamos una torta, la mayor parte se la llevan los sectores agroempresariales», indicó.

La aprobación de una Ley de Semillas que abre las puertas a la investigación de cultivos transgénicos.

Para abordar un debate agrario de forma integral, se hacía necesario hacer la diferenciación entre qué es una semilla certificada, tradicional y transgénicas. Desde Acción Ecológica, la investigadora Elizabeth Bravo insistió en cómo los que más ganan en la circulación de semillas certificadas son las grandes empresas comercializadoras: Equaquímica, Agripac, Monsanto, Pioneer y Syngenta.

En el caso de la Ley de Semillas aprobada durante el mes de mayo, «la ley permite que se haga investigación en cultivos transgénicos y luego dejar que se produzca en ese territorio», insistió.
La idea principal del discurso de Bravo residió en que el debate agrario integral abordado por la Ley de Aguas, Ley de Tierras y la Ley de Semillas atiende a la modernización del campo con la inserción del sector privado y la subordinación del campesinado.

Situación e impacto de los plaguicidas en Ecuador.

Un tema tan poco tratado en los diferentes espacios de debate es el del uso de los plaguicidas por parte del trabajador en el campo y sus impactos para la salud. Alex Naranjo, investigador de Acción Ecológica describió al plaguicida como agrotóxico y veneno e hizo referencia a que cuando decimos «agro» nos referimos al conjunto del campesinado; «cuando se dice «agrotóxico», se entiende que es un veneno que invade a todos». Tal como indicó, en el contexto actual la invasión del capitalismo en el campo ha generado la expansión del monocultivo y dependencia de este tipo de productos con unas ganancias adquiridas; ganancias por parte de empresas que siempre ganan y nunca pierden en la creación de una relación de dependencia con el campesinado y la tierra quitándole la fertilidad natural al suelo.

La aprobación del Acuerdo Comercial de Ecuador con la Unión Europea en el control de los territorios y poblaciones para tener acceso a los recursos naturales.

Al abordar los impactos de los Tratados de Libre Comercio y los Acuerdos Comerciales y su relación con las normativas, la investigadora del Instituto de Estudios Ecologistas Cecilia Chérrez, destacó cómo la Soberanía Alimentaria se ve mermada por los Tratados de Libre Comercio. Cuando habló de rentabilidad, hizo especial hincapié en que: «no es rentable para el modelo de Soberanía Alimentaria que sean pocos los que acumulen para la alimentación de un pueblo».

La autonomía, una adecuada nutrición y el fortalecimiento del tejido social estrecharían el puente entre el campo y la ciudad conformó la idea principal desarrollada por Chérrez en el debate con los participantes del taller.

El módulo sobre Soberanía Alimentaria compartido por la COPISA junto a las organizaciones y dirigentes de la UPOCAM, se impartió para su validación durante el 14 y 15 de septiembre en Rocafuerte y Jipijapa, provincia de Manabí.

Como OCARU, seguiremos en el debate sobre el estado de las políticas públicas en el agro.

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«La resistencia hay que globalizarla», Alejo Baque Barreto, Presidente de la UPOCAM.
«Y las organizaciones sociales, ¿qué vamos a hacer?» (…) «¿Qué está haciendo el Estado? en relación al Acuerdo es un acuerdo impuesto hacia afuera. Tenemos que llegar a un acuerdo comercial entre campo y ciudad, entre nosotros.»

OCARU, Movimiento, Acciones y Alianzas por el Campo

Fuente: http://ocaru.org.ec/index.php/territorios/acciones/item/7941-la-soberania-alimentaria-deseos-y-anhelos-de-la-upocam-en-la-provincia-de-manabi