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La bebida del capitalismo y la epidemia de la obesidad

Fuentes: Monthly Review/Sin Permiso

Los Angeles Times informa que Disneylandia está adaptando las barcas de las atracciones acuáticas a la epidemia de obesidad que hay en Estados Unidos, «para ocuparse del delicado problema de las barcas que tocan el fondo». La gente sencillamente está demasiado gorda para los paseos acuáticos existentes, incluyendo el que ahora se llama satíricamente «Es […]

Los Angeles Times informa que Disneylandia está adaptando las barcas de las atracciones acuáticas a la epidemia de obesidad que hay en Estados Unidos, «para ocuparse del delicado problema de las barcas que tocan el fondo».

La gente sencillamente está demasiado gorda para los paseos acuáticos existentes, incluyendo el que ahora se llama satíricamente «Es un mundo pequeño»:

«Cuarenta años después de que debutase en el parque Anaheim el paseo de fantasía, Disneylandia planea cerrar la atracción en enero para darle un muy necesitado retoque – y ocuparse del delicado problema de las barcas que tocan el fondo.

«Las barcas se están quedando encalladas en dos lugares distintos debido a unas cargas más pesadas de lo esperado, permitiendo una larguísima contemplación de la policía montada canadiense y los gansos escandinavos», dijo Al Lutz, cuya página web MiceAge fue la primera en informar sobre los planes de renovación.

«Disneylandia es muy consciente de la expansión de las cinturas de América.

«En los últimos años, el parque ha rediseñado muchos de sus disfraces y ha empezado a aprovisionarse de tallas más grandes para acomodarse a las cinturas que se ensanchan sin parar. Los adultos pesan unos 15 kilos más que en 1960, y se considera que un 65% padecen sobrepeso, según el Centro Nacional de Estadística de la Salud. El peso medio pasó de 75 kilos en 1960, a 87 kilos en 2002; las mujeres pesan una media de 74 kilos, en lugar de 64.

«Por supuesto, este es un mundo de fantasía y el sitio perfecto para olvidarse durante unas horas de esa dieta. Así que cuando se echa a alguien de la barca, dijo Lutz, los operadores del paseo de Disenylandia se aseguran de que los clientes no se vayan decepcionados. Les dan un vale de comida.»

La causa principal de esta epidemia (que tiene una correlación inversa muy clara con la posición del individuo en la estructura de clases) es el capitalismo corporativo.

Como explico en mi libro The Consumer Trap, el desarrollo del sistema obliga a todas las grandes empresas a extenderse y refinar sus operaciones de marketing, que no son más, pero tampoco menos, que las campañas de control de comportamiento más detalladas y caras de la historia. Como genera una creciente carrera de marketing, cada vez comercializa y mercantiliza más la vida fuera del trabajo. Por el camino, las prácticas y productos menos adaptables al capitalismo dejan paso a otros más capitalistas.

Uno de los productos definitivos (y por lo tanto más importantes) del capitalismo corporativo es el refresco: se aprovecha de la debilidad humana por el azúcar, la cafeína y la excitación sensorial. Es imposible hacerlo en casa y obtenerlo gratis. Es ligeramente adictivo. Es fácilmente enpaquetable y puesto en el mercado. Junto con el reino del automóvil (otro de los productos centrales del capitalismo corporativo), el refresco es la causa principal de la terrible epidemia de obesidad en los Estados Unidos.

El refresco tiene, más o menos, 150 calorías vacías por cada 33cl. En 1990, los americanos se bebieron un equivalente a 12 latas de 33cl de refresco por cápita y por año. En 1929 se bebieron 26 latas por persona por año. En 1948 fueron 158 latas, y en 1957 fueron 200. En 2004 han sido 535 latas de refresco por persona por año. El refresco sobrepasa de mucho al agua como lo que más beben los americanos. Entre 1980 y 2005, ¡su ingesta por persona en los Estados Unidos aumentó cada año!

[Una nota al margen: La gente de los medios de comunicación de masas a menudo se asombran de que los franceses no sean tan gordos como los americanos. ¿Es por el vino? ¿La mística francesa? ¿Una epidemia secreta de bulimia? ¡Pues no! Son los coches y los refrescos, es decir, el capitalismo ilimitado, ¡ignorante! Los franceses tienen el metro de París y el TGV y numerosas ciudades que se pueden recorrer a pie o en bicicleta. ¿Y cuál es la ingestión de refresco por persona en 2004 en Francia? Poco más de 100 latas por persona, una quinta parte de la que tiene Estados Unidos; 400 latas de refresco, la cantidad que se beben los americanos cada año por encima de la media francesa, contiene 60,000 calorías. Q.E.D.]

Como me gusta decir, el grado de control que la clase gobernante tiene sobre nosotros, sus súbditos, haría que Joseph Stalin se sonrojase. Aquí en América vivimos simplemente bajo un totalitarismo de mercado. Nuestras costumbres se están acercando a la mercantilización total, con unas consecuencias que merecen seria consideración por cualquiera que se esté preguntando qué clase de fundamento representa el dinero para una civilización miope…

Michael Dawson es un escritor y profesor de sociología que vive en Portland, autor de The Consumer Trap: Big Business Marketing in American Life (University of Illinois Press, 2005) y Automobiles Ueber Alles: Capitalism and Transportation in the United States (un libro que aparecerá en Monthly Review Press). Mantiene un blog en: <www.consumertrap.com>.

Traducción para www.sinpermiso.info: Sebastián Porrúa

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