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La bomba atómica es un peligro la tenga el Vaticano o EUA

Fuentes: Rebelión

Es por demás insultante a la conciencia de los pueblos del mundo que verdaderamente ansiamos vivir en paz, que sean cabalmente los responsables principales de la inestabilidad en el Planeta, quienes alzan el grito al cielo para «condenar» y «alertar» al mundo del peligro que significa que pueblos que no pertenecen a la férula de […]

Es por demás insultante a la conciencia de los pueblos del mundo que verdaderamente ansiamos vivir en paz, que sean cabalmente los responsables principales de la inestabilidad en el Planeta, quienes alzan el grito al cielo para «condenar» y «alertar» al mundo del peligro que significa que pueblos que no pertenecen a la férula de sus intereses, cuando ejerciendo su derecho de autodeterminación, hacen los esfuerzos para dotarse de armamentos que ellos como eternos agresores, los tienen a montones y que además ya los probaron contra el ser humano en el Japón, como la bomba atómica y otras armas de última generación las usan cotidianamente en sus actuales agresiones.

Casi nos tienen convencidos al mundo, por lo menos a una buena parte, de que solamente ellos, las llamadas potencias mundiales pueden tener en su poder armamento atómico, y que son los únicos que tienen ese «derecho celestial», otorgado entre ellos mismos, pero ese acuerdo de caballeros tiene sus excepciones, cuando algún gobierno es parte de sus complicidades de atropellar pueblos como el caso concreto del gobierno sionista de Israel, que según una serie de denuncias es poseedor de armamento nuclear ,todos ellos callan y ninguno dice nada, ni condena ,ni pide a la ONU y su respectivos mecanismos para hacer alguna averiguación más bien ésta, hace coro al imperio como su vulgar sirviente para condenar a cualquiera que no esté en la orbita de los gobiernos serviles .

Ese obsoleto código de complicidad de los poderosos, cada día se irá cayendo a pedazos, pues la energía nuclear nos guste o no, es la más limpia del universo y mientras no haya un sustituto al petróleo para mover al mundo, es el arma que los poderosos quieren tener solamente ellos a la mano, para domesticar y obligar a los demás pueblos que no la tuvieren, a obedecer su mandato conforme a sus intereses de explotación y sometimiento.

Al compas que camina el mundo, el sistema capitalista que ya no se corresponde a las relaciones sociales de producción, y consecuentemente ya no soporta las relaciones de propiedad, basadas en la súper explotación del hombre y la naturaleza y la acumulación de los excedentes en pocas manos y el drama mundial del empobrecimiento de las mayorías junto a la depredación de la naturaleza, con esta situación su sobrevivencia se le hace cuesta arriba y solo le queda seguir agrediendo.

En diferentes partes del mundo se rebela la consciencia de los pueblos, pues han decido arreciar la lucha, con la certeza de que no solamente «otro mundo es posible», sino que es urgente y necesario cambiar este sistema y para ellos, todos los pueblos tenemos el legítimo interés de defender nuestros recursos, nuestras vidas, usando los medios que las circunstancias aconsejen, así mismo utilizando la ciencia y los avances de la tecnología para asegurarnos el futuro con energía y con las capacidad negociadora de hacer respetar nuestros derechos de autodeterminación.

Es cierto y real, la bomba atómica es muy pero muy peligrosa y el club de las potencias mundiales tienen en sus arsenales, más que la cantidad suficiente para hacer estallar el planeta en pedazos, sea que la tenga Corea del Norte, el Vaticano o los EUA, pero la prerrogativa democrática debe ser o para todos o para nadie. Ellos siguen investigando y construyendo todo tipo de armamentos y aparatos sofisticados en su loca carrera de seguir siendo los gendarmes del universo, para matar y controlar el mundo, pero a veces se olvidan de que «no hay enemigo pequeño».

A raíz de la tercera (léase bien tercera) detonación atómica subterránea de Corea del Norte, es bueno dejar en claro la doble moral del imperio, cuando mueve todo su aparato de propaganda y desinformación y pretender condenar el hecho, cuando los EUA llevan hasta el presente más de 1000 detonaciones atómicas, y con cifras menores. Reino Unido, Francia, China, Rusia, etc. ni la ONU ni nadie los condena.

Al tigre hay que responderle con otro tigre, no con un gato, y eso es lo que están haciendo pueblos que han decidido, usar la ciencia y el conocimiento para defenderse y sobrevivir y no ser arrasados impunemente como acostumbra hacer el imperio norteamericano y sus cómplices, junto a la OTAN. En una guerra por sobrevivir, todo vale.

José Justiniano Lijerón es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.