Seguro que los líderes mundiales, reunidos esta semana en la ONU, aprueban una resolución muy contundente, tan contundente como las que en el último año han pedido el alto el fuego, o las muchas resoluciones que Israel lleva décadas incumpliendo
¿Preocupado por la extensión de la guerra en Oriente Próximo, tras más de medio millar de muertos en un solo día de bombardeos israelíes, mientras los movimientos de tropas sugieren una invasión terrestre? Que no cunda el pánico: la comunidad internacional no permitirá que en Líbano se repita la matanza y destrucción de Gaza. Palabrita. Lo ha dicho el secretario de la ONU, Antonio Guterres: “El mundo no se puede permitir que Líbano se convierta en otra Gaza”.
Para demostrarlo, la mayoría de países no se ha quedado de brazos cruzados mirando el bombardeo: con decisión, sin perder un minuto, desde Estados Unidos hasta México, pasando por España y todos los países europeos, todos los gobiernos han reaccionado deprisa y están redoblando sus esfuerzos para… pedir a sus ciudadanos en Líbano que dejen el país cuanto antes. De hecho, la mayoría llevaba meses organizando la evacuación de sus nacionales, fletando aviones y barcos para sacarlos cuanto antes, pues hasta mi hija pequeña sabía que Israel acabaría atacando Líbano.
Pero bueno, no perdamos la esperanza: el mundo no permitirá otra Gaza en Líbano. Mira tú por dónde, justo esta semana están reunidos en la sede de la ONU los gobernantes de casi todo el planeta, así que no hay ni que esperar a que se reúnan, ya lo están. Hablarán entre ellos, y estoy convencido de que aprobarán una resolución contundente, firme, de gran dureza, “exigiendo”… Bueno, “reclamando”… Quizás más bien sea “proponiendo”… ¿Qué tal “invitando”?… Nos vale incluso “sugiriendo”, venga; una resolución contundente sugiriendo a las partes un alto el fuego, sin ser vinculante ni acompañada de sanciones o medidas de ningún tipo, pero muy contundente. Tan contundente como todas las resoluciones que la ONU ha aprobado en este último año pidiendo un alto el fuego en Gaza. Tan contundente como todas las resoluciones que la ONU, incluido el Consejo de Seguridad, ha emitido en el último medio siglo sobre el retorno de los refugiados palestinos o el fin de los asentamientos.
Vale, aun así, me agarro a mi optimismo: el mundo no permitirá otra Gaza en Líbano. Si hace falta, la ONU puede enviar una misión de paz al terreno. Cascos azules, que para eso están, ¿no? ¿Cómo? ¿Que en Líbano ya hay más de 10.000 cascos azules, incluidos 650 españoles, desplegados desde hace décadas? ¿Que estando los cascos azules en el terreno no ha dejado de haber guerras ni ataques en todo este tiempo? ¿Que tampoco han servido para evitar que Hizbulá siga armándose y lanzando cohetes periódicamente?
Pues se supone que la misión de la ONU en Líbano tiene como misión “velar por la seguridad y la paz”, supervisando la frontera y vigilando que no haya ni ataques israelíes ni lanzamiento de cohetes desde Líbano. Pero mira, ya que están allí, confiemos en que al menos sirvan ahora como fuerza de paz para que cesen los ataques, ¿no? Evidentemente, no. Están todos metidos en búnkeres, con sus armas y sus blindados a salvo, que la misión de la ONU solo les permite patrullar, y además saben que los bombardeos israelíes no distinguen niños, hospitales ni cascos azules. En el búnker pero con la moral alta, eso sí.
Con todo, sigo convencido de que la comunidad internacional no permitirá que en Líbano se repita la masacre de Gaza. Salgo un momento, que voy a buscar nuevos elementos con que sustentar mi convicción. Vuelvo en seguida.