Este gobierno se sirve de la confusión sistemática e insultante como estratagema para defenderse ante la opinión pública de sus corruptelas. Solo por el impresentable modo de dar explicaciones en comparecencias no pedidas o de responder a los periodistas, los portavoces del gobierno, sus ministros y el presidente muestran una incompetencia que nos obliga a […]
Este gobierno se sirve de la confusión sistemática e insultante como estratagema para defenderse ante la opinión pública de sus corruptelas. Solo por el impresentable modo de dar explicaciones en comparecencias no pedidas o de responder a los periodistas, los portavoces del gobierno, sus ministros y el presidente muestran una incompetencia que nos obliga a sacudirnos los oídos.
Y si la confusión sembrada responde a una estrategia sugerida por picapleitos, peor. Porque la confusión dura poco, y a ella pronto sigue más desconfianza que se suma a ésa que el ciudadano siente hacia bancos e instituciones; ésa a la que a su vez se suman políticas nefastas para la clase trabajadora, que permiten desahucios inhumanos en contraste con la dolce vita de las clases dominantes.
En todo caso, las contradicciones, omisiones e increíble ignorancia de la ley al referirse a la relación laboral, negada en un principio, con el ya famoso ex tesorero evidencian la tendencia de la gente de esta facción a hacer el más espantoso ridículo…
Indocumentados y absurdos, recuerdan a toda hora a los Marx Brother’s, dejando constancia de su incapacidad jurídica y política para gobernar este país.
La ciudadanía empieza a tener la fuerte sensación de navegar en un barco a la deriva en un océano de corrupción, de saqueo, de querellas, de desplantes y de tomaduras de pelo. El expolio del dinero público en proporciones de macroeconomía por parte del poder político, empresarial y real a lo largo de al menos una década, cierra el círculo de una situación insostenible que evoca el desmoronamiento de los imperios. En el caso del romano, las arcas públicas vacías por una corrupción generalizada que hizo imposible pagar a los mercenarios (como pronto aquí a los pensionistas) y proseguir más guerras, desembocaron en la subasta del cetro imperial. Aquí se perfila algo parecido…
Porque si, además de tener que soportar los recortes, los desahucios y el desempleo crónico, la ciudadanía ha de consentirles que insulten a su inteligencia como si fueran súbditos, la ciudadanía ha de llegar a la conclusión de que esta mala imitación de democracia está de más. Pero los políticos que han venido mangoneando durante los 37 años de esta farsa no van a renunciar al poder ni van a convocar elecciones así como asì… Va a ser preciso arrebatárselo, como ellos y los banqueros han hecho con el dinero de todos. En suma, urge la aparición en este país de un Beppe Grillo, el cómico que ha salido como tercera fuerza política en las elecciones de Italia…
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.